Analista político: «El terrorismo perpetrado por Estado Islámico es un problema global»

Los franceses recién se recuperaban de la cadena de atentados que el pasado mes de noviembre los terroristas perpetraron en la Sala Bataclan de París y que terminaron con la vida de 130 personas; y del asesinato por parte de un comando armado yihadista que atacó, también en París, la sede del periódico satírico Charlie Hebdo, y en el que fallecieron doce personas entre periodistas, diseñadores e incluso el director Charbonnier- fallecieron.

Para analizar las causas de este último ataque y dibujar las posibles consecuencias que pueden devenirse a partir de ahora en el escenario internacional, El Ciudadano contrastó las opiniones de dos expertos en el contexto político internacional: el analista político Pierre Lebret y el director de Le Monde Diplomatique Chile, Víctor Hugo de la Fuente.

Preguntados por la razón de llevar a cabo un tercer ataque en Francia en apenas un año y medio, y  en una fecha tan señalada para el país como el 14 de julio, día de su fiesta nacional, ambos consideran que se trata de un hecho simbólico. Lebret matiza que «se trata de un ataque a los valores de la República francesa: libertad, igualdad y fraternidad». Coinciden también en que «Francia está en la mira del terrorismo tras su intervención militar en varios países del Medio Oriente y África, pero especialmente después de su participación en la guerra contra el Estado Islámico», dice De la Fuente, quien apunta también a «la existencia de sectores de la misma población francesa, de origen extranjero, principalmente de ex colonias, que viven segregados y en malas condiciones, lo que fomenta actitudes de rebelión, a veces extremas, y búsqueda de identidad, que creen encontrar el ese combate un sentido a sus vidas».

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Y agrega: «Los atentados se han intensificado en Europa en la medida que el Estado Islámico pierde terreno (el llamado califato controla hoy un 30% menos de territorio en Irak y Siria que hace un año) y más que pedir a jóvenes que viven en Europa que vayan a combatir a esos países hoy les piden que hagan atentados, en las ciudades europeas donde residen, de la manera que puedan».

A pesar de la última tragedia en Francia, la mayoría de las víctimas del terrorismo yihadista son musulmanes y árabes. Cabe recordar las atrocidades cometidas por Boko Haram en Nigeria, el Frente Al Nusra en Siria, o el último ataque en Iraq perpetrado por el Daesh (Estado Islámico), que terminó con la vida de más de 200 personas. Los ataques del Daesh a veces se interpretan y explican como un enfrentamiento entre Occidente y Oriente pero no se trata de eso. Al respecto, Pierre Lebret aseguró que «el terrorismo actual perpetrado por Estado Islámico es un problema global que sufren muchos países que sufren inestabiliad y que las acciones de estos grupos buscan precisamente conseguir más territorio y sembrar más terror, más allá de Europa».

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Por su parte, el director de Le Monde Diplomatique Chile considera que aunque «efectivamente los atentados en Irak, Afganistán, Siria, Turquía, Túnez y diversos países africanos son -de lejos- los que han causado la mayor cantidad de muertos, los atentados en Europa tienen repercusión mediática mucho mayor por parte de la prensa occidental». Y agrega: «Lo mismo sucede con los refugiados, la gran mayoría de desplazados se encuentra en Turquía, Líbano y otros países del Medio Oriente, pero la prensa se centra en los que llegan a Europa».

Sobre los efectos que este atentado puede provocar en un escenario internacional marcado por la salida de Reino Unido de la Unión Europea y por las próximas elecciones norteamericanas, los dos expertos señalan que los movimientos populistas y de extrema derecha son los que más aprovechan estas situaciones, llamando al cierre de fronteras e «intentando aparecer como los más firmes para combatir el terrorismo, haciendo una amalgama con los extranjeros y con el islamismo», apunta De La Fuente. El periodista asegura que también «la prensa y los sectores más retardatarios atizan las iras contra el islamismo y contra los inmigrantes, aumentando el racismo y la xenofobia».

Para Víctor de la Fuente, también se provocó esta situación con las posteriores intervenciones armadas en Libia y Siria (en las que sí Francia se involucró). «Estados Unidos ya lo había hecho en Afganistán cuando apoyaron a los talibanes contra la URSS y ayudaron a Osama bin Laden a crear Al Qaeda», explica.

Por su parte, Pierre Lebret «claramente hay responsabilidad de Occidente en la desestabilización del Medio Oriente y por lo tanto hay una responsabiliad en su pacificación, que tiene que ser de la mano de las autoridades de los países afectados y de las demandas de la sociedad civil.