Andrés Allamand afirma que no hay votos entre los parlamentarios para iniciar una Asamblea Constituyente

El parlamentario de la Alianza, en conversación con Radio Cooperativa, señaló que no existe voluntad dentro del parlamento para poner en marcha una iniciativa como la Asamblea Constituyente y ese mecanismo «no está contemplado en la Constitución y no van a haber votos en el Congreso para darle curso».

Estos comentarios se dan en el contexto del mensaje emitido por la presidenta Bachelet a través de cadena nacional el martes recién pasado, en donde anuncia que «en Septiembre, mes de Chile, daremos inicio al Proceso Constituyente abierto a la ciudadanía, a través de diálogos, debates, consultas y cabildos, que deberá desembocar en la Nueva Carta Fundamental, plenamente democrática y ciudadana, que todos nos merecemos». Ahora bien, las suspicacias aparecen acá porque la figura de la Asamblea Constituyente no se expresa en toda su dimensión, por lo tanto, los mecanismos de puesta en marcha y reconfiguración de una nueva constitución no aseguran que sean los que realmente quiere y necesita la ciudadanía.

Allamand afirma lo anterior indicando que la mandataria ha descartado el camino de la Asamblea Constituyente para lograr una Nueva Carta Magna y que «si nos vamos por el lado de la AC, van a haber todo tipo de conflictos», sepultando de plano la posibilidad de lograr una Nueva Constitución a través de esta vía.

Como era de esperarse, el senador de oposición resiente siquiera la idea de que los cambios que se hagan al andamiaje constitucional se logren a través de mecanismos de real participación popular, insistiendo en prever un escenario de crisis si se trabaja a través de esta forma, señalando que «si nos vamos a ir por el lado de la Asamblea Constituyente, no hay duda que esto va a ser un conflicto severo, entre otras cosas, porque eso genera un serio problema y una seria tensión institucional».

Resulta lamentable ver cómo algunos actores de nuestra clase política le temen tanto a la expresión de la ciudadanía y a las decisiones que ella tome con respecto a los lineamientos constitucionales que crea necesarios. Se desprende, por lo tanto, que va a ser muy difícil lograr transformaciones profundas y sobre todo, en consonancia con el sentir de la mayoría de la población junto con sus necesidades y no con los idearios de una élite de nuestro país, que hasta el momento, ha probado solo actuar bajo intereses particulares y mezquinos.