La Sala dio por aprobado el proyecto de ley –en segundo trámite- que fija porcentajes mínimos de emisión de música nacional y de raíz folklórica oral a la radiodifusión. De esta forma, ahora la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología comenzará a analizar una serie de indicaciones que se presentarán hasta el 30 de junio.
Por 16 votos a favor, 6 en contra y 5 abstenciones, los legisladores despacharon la idea de legislar en medio de un debate marcado por la defensa de la identidad nacional y los potenciales problemas de constitucionalidad de la norma, particularmente respecto a la vulneración de la libertad de programación radial, su línea editorial y el rol del Estado.
Durante la discusión hicieron uso de la palabra los senadores Fulvio Rossi, Eugenio Tuma, Rabindranath Quinteros, Lily Pérez San Martín, Hernán Larraín, Jorge Pizarro, Ignacio Walker, Ena Von Baer, Juan Pablo Letelier, Francisco Chahuán,Manuel Antonio Matta, Alejandro Navarro, Alejandro Guillier, Jaime Quintana, Guido Girardi y Felipe Harboe.
El presidente de la Comisión de Educación, el senador Rossi explicó la tramitación de la iniciativa, dando cuenta de las indicaciones que se introdujeron y que terminaron con la aprobación del texto. Así dejó en claro que “la música chilena no es un género, por lo que la idea es defender todas opciones creativas de artistas locales” junto con precisar que “este proyecto es un mecanismo de acción positiva para promover lo nacional”. También aclaró que se incorporó que los artistas emergentes estén consignados en la programación, al menos en un 25%.
El senador Tuma hizo un llamado a mirar el bien superior que implica proteger la producción nacional cultural. “Nuestro objetivo es asegurar la difusión de la cultura que se expresa entre otras formas, por medio de la música” manifestó planteando que “es necesario también garantizar que la expresión de los pueblos originarios, su música pueda ser difundida en todas las radioemisoras”. Asimismo, el legislador admitió estar inhabilitado para votar por su participación en esta industria.
En tanto, el senador Quinteros valoró el rol que juegan las radios en regiones, por ejemplo, cuando se registran catástrofes naturales y las personas buscan comunicarse con sus familiares por este medio. En cuanto a la norma dijo que “el nuevo informe de la Comisión solo da cuenta de mejoramientos menores, por ejemplo, respecto a los artistas emergentes, porque abogó por incorporar también a los exponentes de la música regional”. El congresista también apeló a que el Estado promueva la identidad nacional no sólo a través de fondos anuales, sino que asuma “un papel activo en este quehacer”.
Para la senadora Pérez San Martín lo más importante es la libertad de elegir, no obstante, declaró que “en este caso, creo que el Estado no puede tener un rol secundario en el desarrollo de la cultura, las artes y la música”. Aplaudió el hecho que se contemple en el nuevo texto a los artistas emergentes, asegurando que “es un impulso necesario aun cuando transitorio”. En esa línea, recordó que otras naciones han dado el mismo paso puesto que “no se debe tener miedo a la libertad pero tampoco a defender lo nuestro”.
El senador Larraín profundizó en los problemas de constitucionalidad de la propuesta. “Nuestra Carta Fundamental consagra la libertad de emitir opiniones sin censura previa, pero también nos indica que el Estado está al servicio de la persona (..) con el fin de lograr la realización espiritual y material posible, y ello apunta al corazón de la identidad cultural”. Adelantó su voto favorable recordando también que hace años se impuso un mínimo de emisión de un 40% de la producción nacional en televisión.
El senador Pizarro respaldó la propuesta e indicó que el proyecto ha sido analizado tanto en la Comisión como en la Sala y se debería contemplar la difusión de músicos emergentes regionales, “porque no es la mismo emitir música de cantantes regionales que de nacionales”. Agregó así que los medios de comunicación -en especial las radios- tienen un rol social, por lo que se debiera establecer un horario de emisión “porque no es lo mismo programar música nacional a las dos de la mañana que a las cuatro de la tarde”.
Para el senador Ignacio Walker, este no es un debate entre artistas y las radios, “porque ambos se necesitan recíprocamente”. Tampoco indicó el legislador, “es un debate entre la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI) y la Sociedad del Derecho de Autor (SCD), porque lo que se debiera discutir es la identidad que representa la música nacional”. Abogó también por contemplar “espacios para músicos emergentes, sobre todo en las regiones, donde debieran ser apoyados al momento de dar a conocer su arte”.
En tanto, la senadora Von Baer discrepó de la obligatoriedad de difundir un 20% de música nacional, por cuanto “se atenta la libertad de expresión cuando se establece una norma, un porcentaje y se ponen limitaciones, imponiendo además un punto de vista”. Confesó que más que apoyar la posición de contenidos chilenos, “se debiera entregar un mayor apoyo a la creación por medio de fondos para ayudar a grupos musicales o jóvenes, pero no imponiendo producción”.
El senador Letelier recordó que el espacio electromagnético es de todos, por lo que las concesiones deben revisarse, especialmente las radiales. Reparó en que las radios locales son las que más música nacional emiten, por lo que defienden la identidad local. Indicó que “el gran debate que se suscita, radica en los intereses económicos, debido a que se reduce en gran medida al derecho de propiedad”.
En tanto, el senador Chahuán estimó que “además de todo el debate por la inclusión del 20% de música chilena, se debiera debatir la inclusión de los músicos emergentes y la distribución de los recursos para ellos”. Hizo presente que debieran establecerse sistemas de fondos concursables especiales para músicos regionales y un fondo de pensiones para artistas nacionales. También recomendó a la SCD que fomente la identidad nacional con mayor ímpetu, y a la vez manifestó a la Sala su interés que la Comisión de Educación vuelva revisar el texto.
A su turno, el senador Matta mencionó algunos datos entregados por la Agrupación Nacional de Artistas. Así detalló que existen tres sellos internacionales que producen la música, cuyo material es promovido por seis empresas radiales en Chile, las que tienen la concentración del mercado. “Quiero recordar la Convención de la Diversidad Cultural de la Unesco, cuyos países se han comprometido a defender la identidad cultural, los mismos que han fijado cuotas en este sentido”, aclaró.
Por su parte, el senador Navarro cuestionó los argumentos utilizados por la ARCHI respecto a que fijar un porcentaje mínimo no es el mejor instrumento. “El problema es que no han dicho de qué otra forma se puede preservar lo nuestro, ¿dónde están sus propuestas? No se requiere dictar un decreto para escuchar a los artistas chilenos, lo único que pedimos son condiciones de igualdad para competir”, reflexionó junto con garantizar que la norma no atenta esta actividad económica.
Luego el senador Guillier dijo compartir los objetivos del proyecto, pero lo calificó como un “mero guiño”. Así hizo un llamado a generar una política pública de promoción de la música chilena y las artes. “No se explica que ya no haya música en los colegios, que el estudio en un conservatorio no sea acreditado y que los artistas no tengan previsión”, reconoció confesando que “mi temor es que aprobemos esto cerrando la posibilidad de legislar respecto a lo de fondo”. Asimismo, reiteró que la norma vendrá a beneficiar a los artistas ya consolidados.
Para el senador Quintana lo primero debe ser revisar si la actual institucionalidad está funcionando que corresponde a la ley de fomento de la música chilena. “Acá no se trata de blanco y negro, es decir, si se está a favor de la música, se aprueba el proyecto; y si se está en contra de ésta, se rechaza. Eso no es así”. En esa dirección, apeló a que el Estado asuma su rol, puesto que “acá estamos dejando toda la responsabilidad a los privados, a las radios, y me pregunto cuál es la propuesta del Gobierno para fomentar la música”.
El senador Girardi dio una mirada general al tema, apuntando a que la sociedad capitalista es la responsable de una cultura individualista donde se minimiza la importancia de la educación y la cultura. “No existe una política cultural ni una protección del patrimonio. Chile entiende que el desarrollo se traduce en variables económicas exclusivamente, pero nos olvidamos del ser humano”. En este contexto, solicitó terminar con el IVA a los libros y ampliar el debate respecto a la preservación de la identidad local.
Finalmente, el senador Harboe dejó constancia que en la actualidad, en el país, “no existen amplios niveles de libertad y eso se nota en la aberrante concentración del mercado musical. De hecho ni siquiera un programador tiene la libertad de poner la música que desea, sino aquella que estimó un sello transnacional que busca defender sus intereses”. El parlamentario expresó finalmente que aun cuando el proyecto es limitado, abre una discusión más profunda.