Luego de una extensa sesión, la Cámara de Diputados de la República Argentina aprobó el memorándum de entendimiento firmado con la República Islámica de Irán para avanzar en la causa del atentado a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) ocurrido en 1994, de este modo el mismo queda establecido como Tratado Internacional, ya que anteriormente había sido aprobado por el Senado. La oposición parlamentaria, en un nuevo acto de servilismo imperialista e islamofobia, se dedicó a demonizar y atacar a la República Islámica de Irán.
La iniciativa gubernamental contó con 131 votos a favor y 113 en contra, luego de más de trece horas de debate en las que expusieron más de 80 oradores. Previamente hubo un intento de la oposición al gobierno de no brindar quórum para que no se vote el memorándum, pero finalmente tuvieron que concurrir porque no contaron con la suficiente fuerza para lograrlo.
La oposición muestra su cara imperialista
Los diputados de la oposición, pertenecientes a distintos partidos políticos, en sus intervenciones dentro del debate celebrado en el Congreso, dejaron al descubierto su clara alineación a los intereses imperialistas emanados del Estado de Israel y de los Estados Unidos.
La fundadora de la Coalición Cívica Elisa Carrió, quien el día anterior le había dicho al canciller Hector Timerman “usted ha entregado al pueblo hebreo, y al pueblo argentino, y yo en su lugar hubiera renunciado antes de firmar esta vergüenza”, en relación al acuerdo con Irán, ayer, volvió a la carga con su oratoria pro-sionista al advertir que es “demasiado peligroso” el acuerdo con Irán y acusó al gobierno de Cristina Fernández de “cambiar la política exterior” en línea con la del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y de “meterse en el conflicto de medio oriente con implicancia nuclear”.
La diputada del PRO Laura Alonso preguntó cínicamente: “¿Alguien puede creer que un régimen como el islámico, que no garantiza el debido derecho para sus ciudadanos, va a hacerlo para los argentinos? Díganme si el régimen islámico de Irán va a garantizar el debido proceso a las víctimas de la AMIA”. La diputada Alonso por lo visto no conoce la situación social, política, económica y cultural de Irán, sino sería muy difícil sostener semejante exabrupto.
Mientras el diputado nacional del Frente Amplio Progresista (FAP), Claudio Lozano, señaló que “si se cumple el Memorándum el Gobierno Argentino propiciará un escenario para que Irán diga a la comunidad internacional que no tiene nada que ver con lo ocurrido”. Al parecer quiere culpar a un país sin ser probada su verdadera implicancia.
El diputado Pablo Tonelli del PRO, miembro informante de ese bloque derechista que impulsó un dictamen propio, consideró que de aprobarse el acuerdo “Argentina no logrará nada que permita avanzar con la investigación”, al sostener que “los imputados van a estar libres de las órdenes de captura de Interpol”. Es decir que para Tonelli no existe la posibilidad que sean inocentes. Una posición rara teniendo en cuenta que su líder, Maurico Macri, está procesado por escuchas ilegales, por espionaje. Por lo tanto, el hecho de que esté procesado según la mayoría de los diputados de la oposición lo convertiría en culpable.
Párrafo aparte merecen las intervenciones del presidente del bloque radical, Ricardo Gil Lavedra y del diputado del Peronismo Federal, Eduardo Amadeo.
Ricardo Gil Lavedra, justificó la negativa de acompañar la aprobación del proyecto en “el cambio en la política exterior del gobierno, la indeterminación del texto; y aun aceptando la interpretación del gobierno éste documento, no trae ninguna utilidad para el objetivo que persigue, no sólo porque no es beneficioso sino porque puede traer consecuencias graves”. ¿Cuáles serían esas consecuencias graves? Solo él las sabe, porque no hizo referencia a ellas. Lo que sí hizo, fue decir que “Me molesta que se negocie con los asesinos”, en referencia al acuerdo con la República Islámica de Irán.
Por su parte, el diputado Eduardo Amadeo, que expnía un cartel con la leyenda “Irán Mata”, sostuvo su postura con una autopregunta: “¿Por qué nos hemos convertido en seguidores fieles de Venezuela?”, y señaló que “como parte de esta alianza con el país chavista, la Argentina está acompañando la destrucción de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”. Y luego remató diciendo que “lo más fuerte es suponer que algún jerarca iraní va a declarar en contra de sí mismo”.
La oposición argentina, en los debates de ayer, terminó por reafirmar su alineamiento absoluto a los intereses de las potencias imperialistas, pero principalmente demostraron por qué no logran obtener más del 15% de los votos. Sus discursos reaccionarios dan cuenta de ello.
Apoyos y rechazos
Afuera del recinto, algunos pocos manifestantes de organizaciones de la izquierda tradicional, como el Partido Obrero y Libres del Sur, se unificaron al reclamo de los partidos reaccionarios como el PRO, la Unión Cívica Radical, el Frente Amplio Progresista y la Coalición Cívica, todos ellos dirigidos para esta ocasión por entidades sionistas, principalmente por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), que concentrados frente al Congreso rechazaron el acuerdo con la República Islámica.
La comunidad judía en Argentina se mostró dividida con la firma del convenio y sus posibles resultados. Las dos principales asociaciones, AMIA y DAIA, manifestaron que “es un grave retroceso en la búsqueda de justicia”, mientras que la mayoría de los familiares de las víctimas del atentado creen que es un paso adelante en la búsqueda de justicia.
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner recibió el respaldo de Amnistía Internacional, que a través de un comunicado señaló que el acuerdo constituye una “oportunidad para alcanzar justicia y reparación para las víctimas”.
El acuerdo entre Teherán y Buenos Aires se firmó el 27 de enero, con el objetivo de conformar una Comisión de la Verdad, integrada por cinco miembros especialistas que no pertenezcan a ninguno de los dos países en cuestión, para avanzar en el esclarecimiento del atentado a la AMIA, que asesinó a 85 personas e hirió a unas 300 en el año 1994.
Después del atentado en el edificio de la AMIA, Buenos Aires y Teherán suspendieron sus relaciones diplomáticas, a raíz del fallo del juez argentino encargado del caso, Juan José Galeano, quien acusó al Gobierno iraní de ser el impulsor del ataque terrorista, imputación que el país persa rechazó rotundamente.
Posteriormente, Galeano fue destituido por numerosas infracciones y por sabotear el proceso investigativo en torno al caso AMIA. Se reveló, asimismo, que algunos testigos habían dado falso testimonio tras recibir sobornos del citado juez. A su vez, Rubén Beraja que era el presidente de la DAIA en aquel momento, fue uno de los principales encubridores de pruebas.
Los funcionarios judiciales dejaron de investigar la conexión local y, a pedido de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires –según indican los cables filtrados por Wikileaks-, se centró en la pista iraní sin contar con argumentos serios para acusar de semejante crimen al gobierno de la República Islámica de Irán.
Irak se opuso a aplicar las sanciones contra Irán
El Gobierno de Irak, a través de un comunicado publicado por su cancillería, anunció que va a privilegiar las relaciones comerciales con la República Islámica de Irán antes que aplicar las sanciones impuestas por las potencias occidentales contra su vecino.
“Nuestras relaciones económicas con Irán continuarán y no estamos en conflicto por las resoluciones internacionales”, subraya la comunicación irakí en alusión a las sanciones financieras y diplomáticas aplicadas por Washington y sus aliados atlánticos a la República Islámica por su programa de desarrollo nuclear pacífico.
Ambos gobiernos, de Bagdad y Teherán, en los últimos meses fueron estrechando sus relaciones a través de visitas de altos funcionarios de los dos países, incluido el ministro de Defensa iraní, Ahmad Vahidi, que visitó suelo irakí la última mitad del año pasado.
Fuente: PIA