«Me hago responsable de todo. No rehuyo ninguna de mis responsabilidades», dijo Artur Mas, quien acudió a los tribunales acompañado por los miembros de su gobierno, parlamentarios nacionalistas y más de 400 alcaldes de la región. En su declaración, que duró más de una hora, el presidente rechazó las acusaciones en su contra por haber impulsado una consulta popular el 9 de noviembre de 2014, para que el pueblo catalán expresara si quería ser independiente o no de España.
El tribunal «deberá juzgar si actuar como un demócrata equivale a actuar como un delincuente», dijo Mas, esperando que se archive la causa y consideró que él «debería comparecer ante un parlamento pero nunca ante un tribunal».
«Nos enfrentamos a un Estado que está actuando de una manera muy dura, muy áspera y en algunos casos muy sórdida». «Pero yo confío en el criterio de la gente que debe impartir justicia», aseguró.
En frente del juzgado había unos 3 mil militantes que lo recibieron cuando salió del edificio saludando con cuatro dedos de su mano derecha, símbolo de las cuatro franjas rojas de la bandera catalana, y cantó junto a su amplia comitiva el himno regional.
«¡Todos somos Mas!» o «¡Esto no es justicia, es inquisición!», gritaban sus simpatizantes, cuyas movilizaciones fueron criticadas por el poder judicial como «un ataque directo y sin paliativos» contra la independencia de la Justicia.
Casualidad del calendario, la jornada coincidió con el 75¡ aniversario del fusilamiento por parte de la dictadura de Francisco Franco del presidente catalán Lluís Companys, quién en 1934 había llegado a declarar un efímero Estado catalán, de pocas horas.
Fuente: Página 12