Mientras Ankara cree que los políticos no deberían visitar la base, el gobierno turco dice que las delegaciones militares y técnicas sí tienen la libertad de hacerlo, informa RT.
De acuerdo al medio alemán Der Spiegel, una autoridad ministerial dijo que Turquía había bloqueado la visita porque recientemente el parlamento alemán había aprobado la resolución del genocidio armenio.
El año pasado, Alemania acordó enviar jets de vigilancia y otras naves aéreas a la base, para ir en ayuda de la coalición contra el Estado Islámico (IS, ex ISIS/ISIL). Actualmente, Alemania tiene 250 soldados, seis jets Tornado y un avión de suplemento de combustible estacionados en la base.
La decisión de Ankara llega sólo unos días después de que un vocero del Ministerio de Defensa alemán dijera que ambos países estaban finalizando los últimos detalles de un trato para construir nuevas instalaciones -habitacionales y aéreas- para las fuerzas alemanas en la base.
Las tensiones entre Ankara y Berlín han aumentado en los meses recientes, debido a una seguidilla de comentarios abiertos que comenzó en abril, cuando un comediante alemán leyó un poema ofensivo acerca de del presidente turco Recep Tayyip Erdogan al aire. Alemania ha sido crítico de las medidas drásticas que ha tomado Ankara contra periodistas, académicos y medios, urgiendo a Turquía para que reconsidere sus controvertidas leyes.
Las relaciones entre ambos países llegaron a un punto aún más tenso, luego de que el Bundestag aprobara una resolución que reconoce como genocidio los asesinatos masivos contra el pueblo Armenio cometidos por Turquía en 1915.
Después del voto por la resolución del genocidio armenio, Erdogan acusó a los parlamentarios alemanes de hipocresía, diciendo que no tenían derecho a emitir una opinión sobre el tema y que en primer lugar debían hacerse cargo del Holocausto. El mandatario también dijo que los políticos alemanes de origen turco que votaron a favor de la resolución tenían «la sangre manchada» y debían pasar por exámenes de sangre para probar si eran genuinamente turcos.
El Ciudadano