Este martes el Gobierno anunció que pondrá suma urgencia al debate sobre la Ley de Identidad de Género, iniciativa que actualmente se encuentra en tercer trámite constitucional en el Senado.
Esto significa que el proyecto de ley deberá ser discutido en los próximos 15 días. De ello surgen dos posibilidades respecto al futuro de esta iniciativa: una es que sea resuelto en las sesiones que el Senado tiene esta semana; la otra, que se convierta en uno de los primeros tópicos del próximo periodo parlamentario.
En caso que se diera el segundo escenario quedará en manos de la administración de Sebastián Piñera la decisión sobre mantener o retirar la suma urgencia. Ante ello el proyecto podría «reposar» indefinidamente en el Senado.
Si bien existe una urgencia social que exige premura en la tramitación de estas iniciativas, la voluntad política no parece actuar en consecuencia con las necesidades ciudadanas. Fue solo gracias a la premiación de la película Una mujer fantástica en los premios Oscar que volvió a la palestra las urgentes necesidades de la comunidad trans.
No obstante, el escenario que en el Congreso Nacional deberá enfrentar la Ley de Identidad de Género es controversial y choca con las posiciones más conservadoras de la política nacional que exigen modificaciones al proyecto actual, entre ellas la senadora UDI Jacqueline Van Rysselberghe, presidente de la UDI. Junto con ello aparece también la tibia actitud del oficialismo, que hasta ahora -más allá del discurso- no había manifestado una voluntad concreta respecto a una pronta promulgación de la ley.
La discusión de esta semana resultará fundamental para el futuro de la ley, pero es bastante complicado que se dé un consenso en tan pocos días. Todo frente a un tema que genera controversias a nivel político, mucho más que a nivel social.
El Ciudadano
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