Cuesta abajo en la rodada ha ido el gobierno de Michelle Bachelet en las últimas semanas. La crisis política a partir de los aportes de campaña por parte a los grandes grupos económicos, la intervención de operadores políticos vinculados a las campañas de la Concertación (hoy Nueva Mayoría) y la errática gestión política de la crisis por parte de La Moneda han desencadenado un verdadero cortocircuito en la coalición oficialista.
El punto más alto de esta crisis, no se puede hablar de cúlmine pues aun queda mucho paño que cortar, fue la renuncia del ex ministro de la Secretaria General de la Presidencia, Jorge Insunza, a partir de su reconocimiento de haber realizado trabajos para Antofagasta Minerals – brazo minero del grupo Luksic – mientras era presidente de la comisión de Minería de la Cámara de Diputados.
En su única intervención para referirse a este tema, fue en Bélgica en medio de la reunión CELAC – Unión Europea, Bachelet señaló que «Quiero decir que cuando uno nombra a una persona, cuando uno llama a una persona para pedirle que acepte un cargo, uno como gobierno busca toda la información pública que existe. Nosotros no somos una estructura policial, tampoco somos una estructura de inteligencia como la que se usaba años atrás, ni la vamos a reproducir, y funcionamos a base de la buena voluntad y de la fe pública». Esto en respuesta a las críticas por la falta de chequeo de los antecedentes del ex ministro.
Vale recordar que Bachelet hace casi un mes realizó, sin consultar a los partidos de la Nueva Mayoría, su primer cambio de gabinete como una forma de salir del atolladero en el que se encontraba a partir de la serie de boletas que su ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, emitió al operador Giorgio Martelli, quién es hoy investigado por se recolector de fondos provenientes de SQM para la campaña presidencial.
Por este motivo, los miembros de la coalición gobernantes esperan modificar el rumbo de las relaciones con La Moneda. En este sentido el senador y presidente del MAS, Alejandro Navarro, señalo que el caso de Insunza permita al gobierno «sacar el modelo del hermetismo. El modelo del secretismo tiene que ser evaluado, ha fracasado».
Mientras el presidente del PPD, el senador Jaime Quintana, expresó a la salida del comité político realizado el pasado lunes que “Aquí hay un tema estructural. Yo creo que los partidos tienen que hacerse cargo de cómo ayudan al gobierno, pues la salida de esta crisis es política. Es momento de reconocer las cosas que se están haciendo mal”.
“Es verdad que no todos sabíamos lo que hacía cuando era diputado. No lo teníamos claro y al parecer el gobierno tampoco lo sabía en su totalidad, pero eso no opta que tengamos una mirada crítica y que de aquí en adelante las cosas se hagan de una manera diferente” expresó el presidente del PC y vocero actual de la Nueva Mayoría, Guillermo Teillier.
Claramente no será fácil la nueva etapa del gobierno de la presidenta Bachelet, donde los partidos comienzan a pedir mayor protagonismo ante la situación actual. El senador Navarro lo deja suficientemente claro cuando señala “Espero que Bachelet confíe más en nosotros. Los presidentes pasan, los partidos quedan”.