Luego de tres semanas de vacaciones en Caburgua, la Presidenta Michelle Bachelet se reincorporará a sus labores en La Moneda. Su descanso interrumpido por el escándalo protagonizado ni más ni menos que por su hijo Sebastián Dávalos y su nuera Natalia Compagnon remecieron la casa de veraneo e Caburgua y seguramente impidieron que la Bachelet se desconectara de sus responsabilidades.
La Presidenta reaparecerá hoy ante la opinión pública y la prensa en una instancia -que de no haber sido por el caso Caval- su hijo protagonizaría, pues este ocupaba el cargo de director Sociocultural de La Moneda y estaba a cargo de las funciones de «primer damo». La inauguración de un jardín de la Junji en la comuna de Isla de Maipo será protagonizada por la Presidenta y el ministro de Educación Sebastián Eyzaguirre. Según distintos medios, fuentes al interior de la Moneda señalaron que allí la mandataria se referirá al caso más difícil de su segunda administración y responderá a las preguntas de la prensa que llegará hasta ese lugar.
Recordemos…
Hace dos semanas el rostro de Sebastián Dávalos se repetía en las portadas y artículos de prensa. Quienes hasta entonces no lo conocían, terminaron por identificarlo fácilmente: el hijo de la presidenta que obtuvo un millonario crédito a manos de Andróniko Luksic, empresario controlador de varias empresas y con una fortuna tan grande que es conocida a nivel mundial.
Dávalos, quien se dio a conocer por sus lujosos autos Lexus y la disputa mediática con Tomás Mosciatti, terminó por consagrar su «popularidad» por medio de un escándalo que no ha dejado de sumar aristas y que sin duda significó un descanso para la Alianza y un golpe para el Gobierno, que recién comenzaba a repuntar en las encuestas producto de los avances legislativos ocurridos en enero.
Cuando se supo de la reunión que Dávalos y Compagnon concertaron con Luksic en 2013, hasta las aguas del Caburgua se inquietaron, pues de aquella cita se aprobó un crédito de 6.500 millones de pesos para la sociedad Caval -cuyo 50% pertenece a Compagnon-. Empresa con un capital no superior a los 6 millones de pesos y a la cual otras entidades bancarias como Santander, Itaú y BCI habrían negado el préstamo. Cabe señalar que el préstamo fue destinado a la compra de 44,3 hectareas en Machalí, región de O’Higgins. Terrenos que más tarde fueron vendidos en 9.500 millones de pesos y que tras la devolución del préstamo y sus intereses dejó por una ganancia de 2.500 millones de pesos para Caval… tan sólo con una transacción, que por cierto es cuestionada por el acceso que la empresa tuvo a la información sobre esos sitios.
Aquella primera semana del escándalo, el gobierno sólo se refirió al caso por medio de José Antonio Gómez -vocerosubrogante- y Rodrigo Peñailillo, ministro del Interior. EL primer se esmeró en aclarar que no había similitudes con el caso Penta, que no había ilícitos y que Dávalos daría a conocer su declaración de intereses. En tanto, Peñailillo hacía énfasis en que la responsabilidad del problema recaía solamente en Dávalos y no involucraba al gobierno. Además, el vicepresidente de la República exigía máxima transparencia y la explicación de Dávalos. Desde la Nueva Mayoría, principalmente desde los presidentes de los partidos que la conforman escaseaban las declaraciones. SIn embargo, desde la Alianza no vacilaron en agarrarse de ese flotador y arremetieron con todo en contra de Dávalos, la Presidenta y el Gobierno.
Tras la declaración de intereses presentada por Dávalos, las dudas aumentaron hasta que éste enfrentó a la opinión pública y en una escueta declaración que no permitió preguntas de la prensa, pidió perdón y renunció a su cargo en La Moneda. Luego de ello, personeros de Renovación Nacional presentaron una denuncia ante la Fiscalía Nacional para que se investigue tráfico de influencias y acceso a información privilegiada por parte de Caval. A raíz de eso, se designó al fiscal Luis Toledo a cargo de la investigación quien la semana pasada comenzó con la primera parte la cual consta de obtener información de los involucrados. En este caso desde la Seremi de Vivienda de O’Higgins y el Minvu en Santiago. E incluso, el fiscal se refirió a lo probable que es que los vinculados deban declarar. Además, Luksic se refirió a sus empleados del Banco de Chile y les explicó que el «creditazo» a Davalos se habría dado dentro del debido proceso del banco, en una jugada por limpiar su imagen y de paso aclarar su participación en este escándalo político.
En resumen, de todos los involucrados directa o indirectamente en este caso, la versión restante es la de la Presidenta, quien deberá aclarar si estaba al tanto de la reunión y el préstamo a sus familiares y que tan cercana es su relación con el grupo Luksic para que este tuviera ese acto «tan deferente» con su retoño. Estaremos atentos a las declaraciones de Bachelet en este día que estará marcado por el regreso a sus labores presidenciales y a lo que pueda decir de este vergonozoso «Nueragate».