Bizarre Noir Picture Show: la Argentina en días de ballotage (parte I)

Con tono sarcástico, Jimena Bezares analiza los días siguientes a la primera vuelta de las elecciones presidenciales en la Argentina. Todo está dado, parece, para plantear una analogía con una película de terror bizarra. Ella termina por preguntarse: «¿Por qué se desea la política de cotillón?». Y, lo que es excepcional, responde.

Bizarre Noir Picture Show: la Argentina en días de ballotage (parte I)

Autor: Lucio V. Pinedo

fiilosofias

Una mujer rompehielo, un líder sin carisma, el hombre de hojalata, una Pandora del marionetista, una morsa que camina pero no llega, el tercer hombre y los 4 fantásticos, un coro de fantasmas. Increíble pero real, demasiado real, la política argentina entre la civitas romana y la Metro Goldwyn Mayer. ¿Pan y circo? Sí, en la literalidad estricta, dos modelos que cómodamente se inscriben a sí mismos de un lado y otro de la disyunción. Y como si esto fuera poco, la TV da rienda suelta a su imaginación con métodos muy lejanos a la sutileza de un tal Goebbels:

El día después de la elección:

  • Un hombre de Olivos (el barrio de residencia de la presidencia en las afueras de la Capital Federal) descubre que su camión, único medio de trabajo, ha sido incendiado por su vecino. Un conflicto de territorialidad donde dos garrafas dispuestas por una pareja de señores mayores despierta la preocupación del barrio junto con la angustia del damnificado.

Dos días después de la elección:

  • Una mujer de Olivos no quiere que nadie se detenga ni en el cordón ni en la vereda de su casa y la llena de clavos. Los vecinos movidos por el caso de «Garrafita», como se denominó al autor del incendio del camión, se «animan» a la denuncia.
  • En Pinamar, un hombre con una motosierra no deja árbol en pie. Nace entonces «El loco de la motosierra» que será el primer desafío público que deberá afrontar el flamante intendente electo de dicha localidad costera que resalta, además, por ser el más joven (29 años) y por representar a la fuerza ganadora en la provincia de Buenos Aires.
  • Lilita Carrió —la abanderada de la República— en una entrevista con Fantino —un periodista de fútbol que piensa que puede ganar el Pulitzer— se autodefine, ante la mirada atónita del periodista, como un rompehielos para que la República y el pueblo pasen por el surco que deja (obligado ver Snowpiercer, de Joon ho Bong, 2014), se piensa a sí misma como una maestra de política, una estratega de la semiología —al punto que el hecho de haberse ausentado del recinto para ir a comer una pizza a Los inmortales es vista como el inicio de la «nueva alianza ganadora»—, en pocas palabras, una especie de santa en vida. Y para darle un condimento Noir al asunto, devela las tramas de la corrupción, arriesgando incluso su propia vida en muchas oportunidades (¿reales y ficticias?). Una heroína incomprendida del cinema policial: pocos amigos, muchos peligros y cartas bajo la manga. Luego de develar su napoleónica estrategia no pudo evitar señalar que sigue guardando secretos, pero esta vez no serán revelados en lo inmediato, ya que señalan a la mismísima «oposición». Lloró por sus amistades perdidas y citó el salmo 126:5 para no decepcionar al público que espera siempre su reflexión teológica «los que siembran llanto cosecharán canciones», y así, entre el Imperio Romano y el origen del Cristianismo, entre el policial negro y el documental, entre la Biblia y el calefón Lilita conoce de cerca una victoria.

Tres días después:

  • Massa y los fantásticos, en Puerto Madero. En el centro de la atención, la tercera fuerza, rodeada por cuervos y gaviotas, elige uno de los hoteles más caros de Buenos Aires para hablar de la imposibilidad de tomar una posición cuando se está tomando una posición. ¿Cómo? En definitiva y luego de muchas horas de misterio, el escenario estaba listo. Un coro de políticos y afines rodeaba a lo lejos a los 4. En el centro De la Sota, Massa, Sáenz y Lavagna, solemnes, como esperando para cantar el Himno, se turnan desordenadamente para pasar al frente y contestar las preguntas que, intentan, pero no pueden dar con una respuesta concluyente. Ante la opción Scioli o Macri, Massa responde «Cambio» y Cambio se ha vuelto el verdadero candidato. La política argentina atraviesa sus horas más metafísicas, de repente el problema del cambio es más importante que las políticas públicas. Aristóteles estaría tan contento, metafísica y política dejan de ser oposiciones aparentes para mostrar su lealtad y dependencia, tanto más rico sería este debate.
  • El rey de la carne, Maquiavelo del chorizan. Uno de los estrategas más interesantes de la política actual, Alberto Samid, tal vez el que entiende a la perfección el valor de panem et circenses en un sentido riguroso y estricto. Al ver la repercusión de la noticia sobre el vecino que había perdido su camión a manos de «Garrafita» lleva una parrilla móvil para donar las ventas que se acumulen en tres días y así ayudar en la compra de un nuevo camión.
  • Triste aparición en Mar del Plata. Y mientras tanto, un Scioli muy cansado se presenta en un acto en Mar del Plata, tratando de sostener el discurso en contra del cambio mientras en las internas de su ¿propio? partido se llama a votar en el desgarro.

Y el cuarto día…

Cadena Nacional, el fin de una época. Una de las espectaculares superproducciones del peronismo, una Masterpiece del discurso y la imagen la presidenta Cristina Fernández de Kirchner da uno de sus últimos discursos en Casa Rosada. Un mensaje de memoria y de despedida, cientos de militantes a llanto vivo, la medición perfecta del tiempo y del tono, el silencio que dice y la cercanía con el líder, el original, el único Juan Domingo Perón.  En un logro sin precedentes, el peronismo vuelve a la vida, resucita y se espeja. Los Kirchner cuentan la historia al revés, primero se va Él y Ella mantiene su memoria, y la superan. El personalismo es el corazón del partido más auténtico de la Argentina, aquel que logró captar una identidad nacional. «En el fondo somos todos peronistas», pero hasta qué punto una identidad se cristaliza.

No hace falta aclarar. Admiro la capacidad para crear una imagen y un discurso, admiro el genio que supone este tipo de producción, pero también creo que el dinamismo de cotillón, a pesar de ser terriblemente superficial y chabacano, ha ganado más votos. Y sin duda que hay un cerebro detrás, ¿no es increíble que a base de globos, payasos y una estética de cumpleaños de quince se haya ganado una elección y se esté en posición de ganar otra aún más importante?

¿Por qué se desea la política de cotillón?

… desde hace tiempo —exactamente desde que no tenemos a quién vender el voto—, este pueblo ha perdido su interés por la política, y si antes concedía mandos, haces, legiones, en fin todo, ahora deja hacer y solo desea con avidez dos cosas: pan y juegos de circo.

Juvenal, Sátiras

Estamos asistiendo, creo yo, al fin de la política y si no nos ponemos tan apocalípticos al menos al intervalo. En el mundo se levanta la derecha, todos sabemos a qué lleva eso. La política es cíclica como la historia, no puede detenerse, pero lo que sí nos corresponde es marcar los límites de lo que estamos dispuestos a ver. Sin duda, el siglo ya se ha inaugurado y aunque, a comparación del anterior, las cosas parecen sucederse de manera más lenta, es tiempo de adoptar parámetros.

Al margen de la serie de sucesos de vecinos (lo que muestra la dificultad de la vida en común, o sea, de la misma política) y de los actos extraños, maravillosos, tristes y patéticos de nuestros dirigentes, es cierto que el mundo está cambiando. Sin embargo, eso no implica que un discurso vacío sobre el cambio sea el mejor puerto. Evaluemos, pensemos y sepamos que es momento de hacerse responsable, diría Kant sapere aude, es momento de salir de la minoría de edad. No sucumbamos en el tremendismo, es hora de estar atentos.


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