El impulsor del juicio político a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, Eduardo Cunha, enfrentará este lunes la etapa final de un proceso que podría terminar su mandato al frente de la Cámara de Diputados.
A pesar de que Cunha ha hecho todo tipo de recursos legales y de maniobras dilatorias para evitar su destitución, el ex líder de la Cámara podría ser separado de su cargo parlamentario si sus pares en Brasilia aprueban el juicio que la Comisión de Ética abrió por presunta corrupción.
La mayoría de los miembros de la Cámara baja de Brasil anticiparon que votarán este lunes a favor de la destitución del polémico expresidente.
Según informó TeleSUR, los recientes sondeos divulgados este lunes por diferentes diarios, al menos 298 de los 513 miembros de la Cámara de Diputados manifestaron su intención de despojar del mandato a Cunha.
De acuerdo a los resultados de la encuesta, sólo 4 de los legisladores consultados declararon que votarán por la absolución de Cunha, 26 dijeron que se ausentarán de la histórica votación y 183 prefirieron no pronunciarse.
El pleno de la Cámara de Diputados tendrá que pronunciarse sobre una decisión ya aprobada por el Consejo de Ética que considera que Cunha violó el Código de Honra de los diputados al mentir ante una comisión parlamentaria que lo interrogó.
La votación del pleno de diputados depende de que al menos 420 diputados estén presentes para la votación, quórum mínimo exigido por el actual presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, debido a que la destitución de Cunha, a quien la justicia brasileña suspendió el pasado 5 de mayo, tiene que ser aprobada por la mitad más uno de los diputados, es decir por 257 legisladores.
El expresidente de los diputados aprovechó su cargo para, mediante numerosos recursos y maniobras, dilatar al máximo el proceso que le abrió en octubre del año pasado el Consejo de Ética y que ha sido hasta ahora el más largo de este tipo en Brasil.