La presidenta electa en los comicios generales de 2014, Dilma Rousseff, anunció que esta semana lanzará una carta abierta al Senado y al pueblo brasileño comprometiéndose a apoyar un plebiscito para salir de la crisis política si la dejan volver al poder, mediante nuevas elecciones: «Sólo puede haber una recomposición de la democracia en Brasil a través de la consulta popular», indicó.
La Presidenta busca convencer al menos 27 de los 81 senadores que votarían en su contra.
«Yo estoy abogando por un plebiscito porque ¿quién puede decir lo que hago? No es ni el Congreso, ni una encuesta. ¿Quién puede hablar? La totalidad de la población que me dio 54 millones y medio de votos «, exclamó Rousseff con ánimos de volver a darle valor al voto popular.
Rousseff admitió que «puede ser difícil que pase» esa iniciativa en el Congreso, aunque una encuesta reciente de Datafolha muestra que el 62% de los brasileños respaldan una convocatoria a elecciones.
Señaló que tiene la intención de presentarse en persona en su defensa cuando el caso sea juzgado por el Senado, entre finales de agosto y principios de septiembre.
La celebración de un referéndum depende de la aprobación del Congreso -incluso si Dilma puede volver a la presidencia no podría llamar a la consulta mediante decreto-.
Cuando se le preguntó a Rousseff si la anticipación de las elecciones podría crear más inestabilidad política, ella señaló: «Este argumento fue el de la última dictadura militar. ‘¿Sabes por qué no podemos hacer la elección? En primer lugar, debido a la inestabilidad política; en segundo lugar, la gente no es capaz de votar y elegir adecuadamente; en tercer lugar, la mayoría no siempre es lúcida ‘. Estas tres razones nos han dado 20 años de dictadura «.
La líder brasileña vaticinó la realización de más protestas con el desenlace del juicio político que se realiza en su contra por una comisión del Senado: «Para un golpe de este tamaño es necesaria una movilización mayor», sostuvo Rousseff, en una entrevista con la cadena británica BBC.
Ausente en la ceremonia inaugural de los JJOO
Recientemente Rousseff decidió no asistir a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos en el estadio de Maracaná, para evitar estar en una posición secundaria respecto al presidente interino Michel Temer, a quien ella acusa de dar un golpe en su contra.
«Estar disputando quién es la autoridad dentro del Maracaná es lo que daría una mala señal, para mí también», sostuvo. Y agregó: «Mi lugar era en la tribuna de honor, no sólo por ser presidenta: porque en esto (los Juegos Olímpicos) quien trabajó fui yo».