En el marco del “plan de austeridad” impulsado por la Cámara de Diputados, que incluye diversas medidas para recortar gastos, que tenían por objetivo reunir recursos para financiar a los 35 nuevos diputados que se sumarán en marzo de 2018, producto de la implementación de la reforma electoral que puso fin al sistema binominal y que aumentó el número de integrantes de la Cámara desde 120 a 155, se lograron reunir los $1.200 millones que permitirán llevar a cabo estas operaciones.
Lo anterior, considerando que cuando La Moneda impulsó esta reforma en 2014, su compromiso fue que el alza de parlamentarios -que también contempla elevar el número de senadores de 38 a 50- se realizaría sin solicitar recursos adicionales a Hacienda. De hecho, en el informe financiero del proyecto se indicaba que esta ley “no irrogará un mayor gasto fiscal”. Esto generó que la Cámara buscara maneras de solventar a los nuevos legisladores.
Según consigna La Tercera, son $ 1.244 millones los que serán destinados a la habilitación de las dependencias para los nuevos diputados en el edificio del Congreso en Valparaíso.
“Estos $ 1.200 millones se destinarán a la implementación de las nuevas oficinas, readecuación del hemiciclo de la corporación, redistribución de las salas de los comités parlamentarios y otras adecuaciones que deben estar listas en marzo de 2018”, declaró el vicepresidente de la Cámara, Gabriel Silber. Y además agregó que “estos son los resultados concretos de la política de austeridad que implementamos, en línea de cumplir con el compromiso de que el cambio al binominal no irrogue gastos adicionales para el erario nacional”.
Sin embargo, aun queda paño que cortar en esta materia pues un informe de junio de este año de de la Biblioteca del Congreso estimó que, en caso de mantenerse las actuales dietas parlamentarias y las asignaciones, cada nuevo diputado tendrá un costo mensual cercano a los $ 25 millones. De esta forma, los 35 diputados adicionales totalizarán un costo de aproximadamente $ 10 mil millones anuales.