El Programa del candidato presidencial del Frente Amplio Alberto Mayol para Refundar Chile y Tener un País Decente debe tener un correlato con una nueva Política de Relaciones Internacionales. Este documento, presentado este fin de semana, fue elaborado por los especialistas en política exterior y relaciones comerciales internacionales Coral Pey, Esteban Silva y Pablo Sepúlveda Allende.
PRIORIDAD EN LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA, REFUNDACIÓN DEL SISTEMA INTERNACIONAL PARA UN COMERCIO JUSTO Y EQUITATIVO Y UN DESARROLLO SUSTENTABLE Y SOLIDARIO.
Las relaciones internacionales del país están íntimamente vinculadas al nuevo modelo de desarrollo que buscamos construir para un nuevo Chile. Por ello, priorizaremos estratégicamente una integración económica, productiva y energética de Latinoamérica y del Caribe respetuosa del medio ambiente, y una cooperación sur-sur para un comercio justo y equitativo en beneficio de los pueblos, no sólo de las empresas transnacionales y de los grupos económicos locales.
Una nueva estructura financiera y de fomento productivo para la integración regional requerirá que Chile busque fuentes de financiamiento regionales alternativas productivas y de fomento para la integración y el desarrollo industrial. Ello como parte de una estrategia de integración pública y privada en infraestructura que genere cadenas productivas para las micro y pequeñas industrias en la región. Esta visión y estrategia debe extenderse hacia el Banco Interamericano de Desarrollo BID.
La nueva diplomacia de Chile no será solo comercial y financiera; también será política, social y cultural por la paz y en apoyo a la democracia. Tendremos un papel más protagónico ante problemas y negociaciones globales que aquejan a la humanidad, como el cambio climático, la seguridad humana, la lucha contra la pobreza, el hambre, la defensa de la niñez y la adolescencia, la protección a los migrantes, la contaminación ambiental, la defensa de la naturaleza, la protección a las minorías, en particular de los pueblos originarios y la igualdad de la mujer, entre otras.
Para ello, priorizaremos nuestra real vinculación en y desde la UNASUR y la CELAC, en relación a espacios regionales y birregionales, así como en foros temáticos latinoamericanos. Postulamos el retiro inmediato de Chile de la Alianza del Pacífico (AP), por representar esta última una zona de libre comercio entre los países más liberalizados de la región y un freno para los ya debilitados procesos de integración en curso. En consecuencia, buscaremos redefinir y edificar una nueva concepción de alianza económica comercial, productiva, industrial y sustentable, en alianza prioritaria con países latinoamericanos que no son miembros de la AP, y en particular con el Ecuador para construir una política conjunta hacia el Pacífico.
Hemos sido contrarios a la adscripción de Chile al Acuerdo Transpacífico (TPP) y en consecuencia rechazaremos todo intento por reflotar Acuerdos fracasados que responden a los intereses de las grandes corporaciones transnacionales, hegemonizadas por Estados Unidos y los países centrales.
Hacemos nuestra la propuesta de Chile Mejor sin TLC de una Moratoria que se traduce en la No suscripción de ningún otro Tratado de Libre Comercio ni complementos a los existentes mientras no se evalúen a fondo y en forma integral los efectos y resultados sociales, ambientales y económicos de los Tratados de Libre Comercio TLC’s que Chile ha suscrito y que tanto impacto han causado a nuestra casi inexistente industria nacional y a nuestra economía productiva, así como a los recursos naturales y al medio ambiente. Todos los Acuerdos y Tratados Internacionales que el país suscriba deberán estar sujetos a información fidedigna, consulta y aprobación ciudadana. Al mismo tiempo, rechazamos la vía bilateral para profundizar los compromisos multilaterales en materia de liberalización comercial y financiera bajo las reglas ya lesivas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En el ámbito global priorizaremos la participación de Chile en el Movimiento de países No Alineados (MNOAL) y en los esfuerzos internacionales que buscan construir una nueva arquitectura para la refundación del sistema de Naciones Unidas basado en un mundo multipolar, sin armas de destrucción masivas. Las tratativas internacionales deberán centrarse en la paz y el respeto a la autodeterminación de los pueblos, así como en la crítica a los centros imperiales , al colonialismo, neocolonialismo y al racismo en todas sus formas.
Asimismo, bajo una lógica de cooperación sur sur, Chile ampliará su marco de relaciones con todos los países de África, Asia y el Caribe, de los cuales ha estado aislado por décadas.
Nos vincularemos con las potencias globales desde una posición soberana y digna, fortaleciendo para ello las instancias regionales. Valoramos y apoyamos la construcción de nuevos espacios de integración que apuntan a la cooperación en vez de la competencia, a la solidaridad en vez de la agresión y a la paz en vez de la guerra.
El nuevo gobierno de Chile reconocerá a todos los pueblos y naciones que luchan en el presente para ser reconocidos como Estados y como naciones. En particular, a la República Árabe Saharaui Democrática, la nación kurda y al pueblo palestino y establecerá relaciones inmediatas abogando en el seno de la ONU por la inmediata realización del referéndum de autodeterminación saharaui.
Igualmente, se profundizará la cooperación humanitaria cultural , comercial, productiva y científica con el Estado Palestino.
El gobierno de Chile expresará su claro respaldo a la autodeterminación de los pueblos, en contra del colonialismo y la discriminación. En consecuencia, apoyaremos la justa aspiración por la independencia del hermano pueblo de Puerto Rico y la lucha de Argentina por la recuperación de las Malvinas por vías pacíficas y mediante la negociación.
Profundizaremos una activa participación de Chile en el acompañamiento en los procesos de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC y el ELN, que actualmente se llevan a cabo.
Respetamos las decisiones internas del pueblo venezolano en la elección de sus gobernantes y formas de gobierno. En consecuencia, rechazamos toda injerencia externa, particularmente de la Secretaría General de la OEA. De igual forma, nos oponemos a las acciones de desestabilización y golpismo en contra del gobierno venezolano y respaldamos la institucionalidad que los propios venezolanos se han dado.
En relación a Cuba, reiteramos nuestro rechazo al bloqueo de los Estados Unidos y a las nuevas medidas tomadas por la Administración Trump en contra de dicho país, las que constituyen un retroceso en los avances en la normalización parcial de relaciones entre Cuba y los EEUU.
En el marco del proceso de integración, Chile privilegiará una política vecinal de fronteras integradas y con soberanía compartida con la Argentina, Bolivia y el Perú. La OEA debe ser fiel a su Carta fundacional y convertirse en un foro político de los Estados americanos y estar al servicio de la integración multidimensional y de cooperación, sin tutelajes de ningún tipo y favoreciendo el diálogo político. A la vez, debe servir como plataforma de diálogo entre Estados Unidos y Canadá con América Latina y el Caribe, considerando la diversidad política de la región y respetando las decisiones internas de cada país tal como lo enuncia su propia Carta.
En consecuencia, propiciamos la reestructuración de la OEA y el cambio de sede de la Corte Interamericana de Justicia y su transferencia a la CELAC.
El nuevo gobierno, desde una política de governancia, debe incorporar firme y decididamente a la ciudadanía y sus actores en forma vinculante en todos los procesos, negociaciones e instancias políticas que se lleven a cabo en materia internacional. A la vez, se deben realizar plebiscitos y consultas sobre decisiones trascendentes en relaciones internacionales, aprovechando las nuevas tecnologías existentes.
Finalmente, el respeto a los derechos humanos integrales debe ser considerado como el pilar fundamental del sistema político y la defensa de la democracia, contra cualquier atisbo autoritario o de amenaza a la paz y la integración entre los pueblos.
Refundar Chile implica refundar también nuestra política exterior y de relaciones internacionales.
Porque el futuro es ahora.
Esteban Silva
Pablo Sepúlveda Allende
Coral Pey