La presidenta del PPD dijo que hay temor y conservadurismo para enfrentar cambios necesarios. Insistió en una coalición donde estén el PC, Enríquez-Ominami, Arrate y muchos más. Afirmó que es posible una cooperación entre el mundo social y los partidos para hacer cambios para recuperar la credibilidad, pero reconoció que hay desconfianza de la gente.
Lejanos están los tiempos en que Carolina Tohá, siendo estudiante de secundaria, caminaba por las calles de Ciudad de México a donde llegó exiliada junto a su madre y su hermano, después del arresto y presumible asesinato de su padre, José Tohá, leal colaborador del Presidente Salvador Allende. Lejanos los tiempos de ajetreos académicos en Italia y jornadas de lucha estudiantil universitaria en Chile. Actualmente es presidenta del Partido por la Democracia (PPD) y está en el centro nervioso de la política contingente.
En entrevista, se puso en frente de los duros cuestionamientos que se hacen a la Concertación y tuvo respuesta para todo, sin dejar de reconocer que la gente no confía en la coalición, que en su interior hay temores y miedo al cambio, e insistiendo en que hay que ampliar la convergencia política y lograr la articulación del mundo social con el mundo político.
-En el documento de debate que presentó el PPD se afirmó que “la política está perpleja y requiere respuestas”. ¿Su planteamiento aspira a salir de la perplejidad y hallar respuestas?
-Esa afirmación se refiere no sólo a la política chilena, sino a un momento más global. En muchos países se constata un desacoplamiento del debate de la sociedad con la capacidad de respuesta desde el mundo político. En particular hay una demanda que se expresa en todos los movimientos ciudadanos, como lo hemos visto en países de las latitudes más diversas, en cuanto a que la política sea capaz de ofrecer una opción de desarrollo que no se base solamente en una visión economicista de la vida y en la lógica del mercado. Ante esa demanda, la política tiene respuestas insuficientes, tiene una batería de propuestas que son extremadamente limitadas, que tienden a compensar desequilibrios, a humanizar las relaciones en la sociedad, pero no a cambiar sustantivamente el modelo de desarrollo. Hay que partir por la necesidad de hacerse preguntas, de enfocarse en esa demanda que está planteando la ciudadanía en todo el mundo y asumir una actitud de búsqueda. No quedarnos en las respuestas que ya tenemos porque son insuficientes.
-¿Está diciendo que un nuevo eje de la Concertación sería plantear el cambio del modelo de desarrollo?
-Absolutamente. Es parte de los desafíos que tenemos, no sólo para la Concertación sino para la coalición que esperamos supere a la Concertación. Es parte del debate que tenemos que hacer las fuerzas que tenemos una mirada progresista, conectados con una reflexión más global que hay en otros países por parte de fuerzas políticas y movimientos ciudadanos que comparten valores con nosotros y se hacen las mismas preguntas.
-¿Por qué ahora la gente debería confiar en ustedes, creer en la renovación de la Concertación?
-No creo que la gente deba confiar en la Concertación. Más bien creo que nosotros como Concertación debemos escuchar que hay una desconfianza de la gente. Tenemos que asumir una mirada de nuestra política hacia el futuro que asuma las falencias que hemos tenido y que llevaron a ese distanciamiento con la gente. Desde ahí hay que construir una respuesta, dialogando, abriéndose a nuevos encuentros, a nuevas propuestas, y en ese camino se deben construir las confianzas. La confianza no se puede exigir como punto de partida. La confianza se construye, además, entre todos. No es que unos la pidan y otros la den. Debe haber una construcción permanente de confianzas.
-El historiador Gabriel Salazar dijo en estas páginas que la Concertación traicionó al pueblo.
-No creo eso. Creo que la Concertación es producto de una época, cumplió metas muy importantes para Chile y fue insuficiente para otros objetivos. Esas insuficiencias tienen que enfrentarse con valentía, con actitud abierta, formulando un proyecto para esta nueva etapa que le dé impulso a los grandes temas pendientes en Chile y que siempre han estado en el ADN de las fuerzas que conformaron la Concertación, como llegar a una democracia más abierta y no limitada, y tener una sociedad que enfrente las desigualdades, los desequilibrios.
-Lo que ocurre, Carolina, es que desde el mundo social ven como una impostura que los partidos convoquen al diálogo o el acuerdo. Se ve una fractura irreversible a pesar de lo que planteen ustedes.
-No creo que sea así. Creo que en el mundo social se están planteando aspiraciones que son ampliamente compartidas por el mundo político y la posibilidad de llevarlas a cabo pasa por una capacidad de cooperar y hacer alianzas para sacar adelante las reformas necesarias. Quiero decir que cooperar y llevar adelante estrategias comunes no es sinónimo de subsumir a los actores sociales dentro de los partidos, ni de utilizarlos. Ser respetuosos de su autonomía y de sus propios espacios de desarrollo. Es un profundo error esperar que la solución sea que los partidos controlen a los movimientos sociales.
CONVERGENCIA CON EL PC, ENRÍQUEZ-OMINAMI, ARRATE Y OTROS
-Usted habló de hacer converger los partidos de la Concertación con el PC, el PRO y otros grupos. Habló de discutir la creación de un nuevo partido donde esté toda la centro-izquierda y el progresismo. Camilo Escalona y Osvaldo Andrade (PS), Ignacio Walker (DC) y diputados del PPD se molestaron, no les gustó la idea.
-Hubo varias reacciones muy recelosas con la propuesta que hicimos. Nosotros entendemos que cuando hay estos momentos de cambio, cuando hay que abrirse a dar un paso a una nueva etapa, inevitablemente se tocan intereses, se tocan inercias y se encuentran actitudes muy humanas de temor. No debemos ser prisioneros de esas actitudes. Entiendo que detrás de varias de esas críticas, que distorsionan el contenido de lo que el PPD propuso, hay un fenómeno natural de reticencia al cambio y que hay que sobreponerse a eso y no sucumbir a un clima beligerante. Hay que debatir sin descalificar. Como PPD no queremos derrocar a los demás; queremos convocar, queremos convencer, queremos dialogar. Somos y vamos a seguir siendo muy firmes en cuanto a no aceptar que se imponga un statuo quo que la mayoría de la gente no quiere. La gente de la Concertación y más allá de la Concertación, quiere ver cambios. En esa decisión vamos a ser persistentes y pacientes.
-¿Usted está por una alianza con el Partido Comunista, el Partido Progresista, el Maiz que encabeza Jorge Arrate?
-Estamos haciendo dos planteamientos paralelos. Uno, que como fuerzas de oposición hoy nos articulemos todos los que estamos en esa oposición y trabajemos unidos para generar una alternativa al actual Gobierno y representar a la gente que hoy no está contenta con él. Esa debe ser una labor inmediata e inclusiva de todas las fuerzas de oposición. En segundo lugar, hay que hacer un trabajo más complejo, que va a tomar más tiempo, que es la construcción de una coalición que supere a la Concertación, que tenga el objetivo no sólo de oposición, sino que se proponga ser una fuerza de gobierno. ¿Quiénes serán parte de ese proyecto? Deberían ser todos aquellos que logremos entendernos en base a un proyecto de futuro, con visión de las reformas que requiere el país en base al tipo de desarrollo que queremos para Chile y ojalá que en eso nos encontremos con todos los partidos que tú mencionaste y con muchos otros. Pero eso dependerá de la voluntad de cada parte para establecer la convergencia. No hay que analizarlo con la mirada de hace 20, 30 ó 50 años, sino con la mirada de lo que queremos para los próximos 20 ó 30 años. Los que encontremos acuerdos en ese camino, debemos ver la manera de trabajar juntos, conformar una misma coalición.
-Pueden estar el PC, la DC, el PPD, el PS…
-Si hay coincidencia en un proyecto de futuro se puede trabajar juntos. Dependerá de cada uno.
-¿Usted quiere destruir a la DC? ¿Quiere alejarse de la DC?
-Yo considero que para hacer un proyecto alternativo en Chile es necesario una alianza de la izquierda con el centro. Pero que esa alianza tiene que tomar una nueva forma, no podemos tener la soberbia de pensar que la única forma posible de hacer una alianza del centro con la izquierda es la actual Concertación. Hay otras formas más amplias, más adecuadas a los tiempos de hoy, de reconstruir esa alianza y una mayoría para el Chile del futuro.
-El planteamiento se parece al Frente Amplio de Uruguay, donde están los tupamaros, los socialistas, los comunistas, los socialdemócratas.
-El proyecto del Frente Amplio es muy interesante y deberíamos emularlo en sus características. La más potente de todas es que se trata de una coalición que aspira a tener un diálogo preferencial con el mundo social. No se limita a articular a actores políticos. Puede haber distintas maneras de hacerlo, lo importante es que tiene ese propósito. El Frente Amplio es una coalición que tiene instancias de decisión y de debate mucho más participativas que lo que tiene la Concertación y ello permite que en los temas que no hay consenso se tomen decisiones de mayoría y de minoría. Hay mucho que mirar de la experiencia del Frente Amplio pero, ciertamente, desde realidades y particularidades de la experiencia chilena.
-Ignacio Walker (presidente de la DC) dijo que su propuesta es un retroceso para la Concertación.
-Ignacio Walker hizo un revoltijo muy extraño. Porque dice que el planteamiento del PPD es armar un solo partido con la izquierda de la Concertación. La verdad es que ese tema no está en el documento del PPD. Ese tema lo conversaron dirigentes socialistas con algunos dirigentes del PPD. Eso no es parte de nuestra propuesta ni de nuestro diseño de ahora. Es un tema válido de discusión y quiero decir que soy partidaria de que los partidos de la Concertación trabajen más articulados, tengan más identidad dentro de una coalición de centro-izquierda, que se visualice el centro y se visualice la centro-izquierda. El partido de los sectores progresistas y de centro-izquierda no es el tema que estamos discutiendo hoy, ni es el contenido del documento que presentamos en septiembre.
-Al final nadie entiende si quieren ampliarse o no, abrirse o no, como que todo seguirá igual en la Concertación, con los mismos de siempre.
-No, yo creo que no se comprenden materias centrales y se ponen encima cosas secundarias, distorsionadas. Se ha dicho que queremos matar a la DC, que queremos armar un partido de izquierda que no considera al centro, que es un planteamiento que impuso otro sector del PPD a esta presidenta, puras cosas alejadas de la realidad.
MIEDO Y VÉRTIGO ANTE LA NUEVA ETAPA
-Pero algunos están pegados en la Concertación.
-Algunos tienen vértigo de perder esta experiencia política y saltar al vacío sin tener claro hacia dónde vamos a caminar. Otros creen que el mundo no cambió y tienen una actitud muy conservadora para interpretar la realidad y creen que van a volver las cosas como eran hace 15 ó 20 años. Otros tienen miedo.
-¿Hay miedo en la Concertación para encarar los problemas?
-Hay gente que tiene miedo. Hay otros que están en actitud renovadora, de abrirse a otras fórmulas y enfrentar la nueva etapa sin miedos. Como siempre hay diversidad de posturas. Lo que veo mayoritario es enfrentar esta nueva etapa, asumiendo que hay un ciclo que se cierra y otro que se abre.
-Usted sabe que hay un cuestionamiento ético a la clase política, una crítica a la forma en que actúa la clase política: Acomodamientos, parlamentarios designados, hipocresías, pugnas, ligas con el poder financiero, componendas. Su partido recibe cuestionamientos de ese tipo.
-Lo primero es que creo que el primer paso para enfrentar esta temática es dejar de hablar de clase política y empezar a hablar de los políticos. En el sistema político chileno hay quienes no practican los principios que plantean sus partidos. Se les pide transparencia, participación, apertura, pero no se aplica. Hay gente que se acostumbró al poder y asumió que era un derecho inherente seguir teniéndolo permanentemente. Pero también hay sectores que trabajan consistentemente contra esas prácticas, que son partidarios de reformas para ponerle coto a esas prácticas, por regular el dinero en la política, por regular el lobby, por cambiar el sistema electoral, por promover la inscripción de los jóvenes. Una cosa clave para combatir la corrupción y las malas prácticas políticas es separar a los que las realizan de los que no las hacen. Dejar de actuar corporativamente. Alguien que actúa mal en su tienda o tienda ajena, debe ser sancionado. No puede haber doble discurso, tolerante con los míos y exigente con los otros.
-¿Está firme en la presidencia del PPD?
-Sí, absolutamente. ¿Por qué me dices eso?
-Como está recibiendo tanto fuego amigo.
-Mira, lo que pasa es que eso del partido de izquierda no fue una propuesta del PPD. Se instaló por una nota en un medio y por una reunión entre dirigentes del PS y del PPD donde yo ni siquiera participé. Fue toda una noticia distorsionada y salen comentarios de una información falsa porque no hay esa propuesta.
Por Hugo Guzmán
El Ciudadano Nº111, primera quincena octubre 2011