El miércoles pasado en la tarde hubo peleas entre animalistas y criadores de perros galgos afuera del congreso en Argentina. Tanto fue el alboroto que la policía debió intervenir. La razón era sencilla: luego de muchos años de argumentos para terminar con las carreras de estos animales, con 132 votos a favor y 17 en contra, el parlamento de ese país prohibió esta tradición en todo el territorio.
Las malas prácticas en estas competencias estaban a la vista en suelo argentino. Muchas organizaciones ya las venían denunciando. Una de ellas fue la Asociación de Protección al Animal Abandonado, que en 2014 declaró en Crónica que estos perros eran drogados con efedrina, cocaína y mezclas de arsénico y clembuterol; todo con el objetivo de que alcanzaran mayor velocidad a la hora de la carrera.
Un artículo publicado por El País de España cuenta que este negocio movía millones en Argentina. Departamentos de dos ambientes con vista al mar, autos y motos son algunos de los premios que se podía ganar dentro de estas competencias. Pero todo se acabó, y la multa para aquellos que sigan con esta práctica puede llegar a los 80.000 pesos argentinos ($3.491.200 pesos chilenos) o a los 4 años de cárcel.
La modalidad de estas carreras es simple: unos perros enjaulados son liberados. Al ver una liebre mecánica –mecánica porque en realidad es un cuero tirado por un cordel– corriendo delante de ellos, lo persiguen. Y corren.
«Esto genera un desgaste físico y sicológico del animal», dice Mauricio Serrano, fundador y coordinador de la ONG internacional Animal Libre.
En Chile no hay ninguna ley que prohiba las carreras de galgos. Tampoco ha estado en la agenda de discusión. Este año la polémica por los animales ocurrió días antes de las fiestas patrias, cuando el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, prohibió la práctica del rodeo en toda la comuna, iniciativa que fue apoyada y rechazada por distintas autoridades en Santiago.
Esta discusión –la del rodeo– puso en el tapete la vigencia de ciertas tradiciones. Mostró, además, que algo tan controvertido para algunos puede resultar tan natural para otros. Animal Libre también estuvo presente en la prohibición lograda hace dos días en Argentina. Mauricio Serrano anticipa a El Ciudadano que el próximo año van a perseguir una regulación similar para Chile.
«Queremos poner el tema en la palestra el próximo año en Chile. Ya algunos parlamentarios se han pronunciado», dice Serrano.
«Los animales deben ser idealmente rescatados de las manos de estas personas que solo los miran como objetos para sacar un beneficio económico. Mientras les rinda los van a seguir utilizando, pero cuando el animal no rinda, lo van a vender o lo van a sacrificar».
El debate está recién comenzando. Es lo que se viene para el próximo año.