China con estas enmiendas atrajo la atención de analistas nacionales e internacionales por las implicaciones que estas reformas poseen en la gobernanza; además de eliminar por primera vez el límite a dos mandatos consecutivos del Presidente y Vicepresidente, al tiempo que se plantea convertirse en un Estado socialista, moderno, próspero y fuerte a mediados de este siglo.
Sin embargo, las autoridades chinas aseguran que la cláusula está destinada a «salvaguardar la autoridad y el liderazgo centralizado y unificado del Comité Central del PCCh con su máximo dirigente, Xi Jinping, como núcleo».
Alegan que estas enmiendas garantizarán la unidad de las tres principales posiciones de Xi como gobernante, Secretario General del Partido y jefe de la Comisión Militar Central, también denominado el sistema «tres en uno».
Asimismo, se lee en la carta magna las particularidades del socialismo con peculiaridades propias orientadas en el marxismo, a solidificar el comunismo, así como cultivar y practicar los valores socialistas esenciales, pero a la vez concretar las proyecciones de evolución.
A su vez, contempla la actualización de las leyes, transformar al Ejército Popular de Liberación en unas fuerzas armadas de primer orden mundial e incentivar una nueva forma de relaciones internacionales para garantizar un futuro mejor y distinto a la humanidad.
También especifica acciones que permitirán resolver la pobreza, la contaminación, los riesgos financieros, el desarrollo sostenible y la corrupción, que podrían atentar contra los planes de revitalización nacional.
La primera Constitución de China fue promulgada en 1954. La actual entró en vigencia desde 1982 y fue objeto de reformas en los años 1988, 1993, 1999, 2004 y 2018.