Colombia: Triunfó la Operación Santos

La celebración del triunfo del nuevo presidente de Colombia tuvo de todo: Animador, orquesta, cantante sanandresana, folclor, pantallas gigantes, globos tricolores, fiesta…

Colombia: Triunfó la Operación Santos

Autor: Cesarius

La celebración del triunfo del nuevo presidente de Colombia tuvo de todo: Animador, orquesta, cantante sanandresana, folclor, pantallas gigantes, globos tricolores, fiesta…. Al mejor estilo de las convenciones estadounidenses, los seguidores del candidato de la ‘U’ (partido oficialista) esperaron durante casi cuatro horas la entrada triunfal del hoy primer mandatario.

Izquierda: Juan Manuel Santos, presidente electo. Der: Antanas Mockus, candidato derrotado.

Desde la 1:00 p.m. el recinto se abrió para que la prensa se acreditara y en adelante se dispusieron dos entradas, una «amarilla» o VIP, para aquellos con tarjeta de invitación, es decir políticos y miembros de la campaña, y una «naranja» para los seguidores del candidato.

Al lado del «Circo las Vegas», cuyas funciones del día estuvieron especialmente vacías «seguramente por el circo que nos montaron al lado», como dijo jocosamente uno de los taquilleros, una enorme pantalla daba la bienvenida al lugar con la frase «Unidos con Juan Manuel».

Aunque la gente empezó a celebrar desde las 4:30 p.m. cuando ya se conocía el resultado de casi el 50% de las mesas, fue al filo de las 6:30 p.m. cuando se vieron largas filas que terminaron llenando el lugar con casi cuatro mil personas. A la entrada, todos recibieron camisetas con fotos de Santos, logos del partido de la ‘U’ y lemas de campaña. También manillas y pancartas con la frase «Gracias Colombia».

Adentro los vallenatos «Para seguir avanzando» y «Todos unidos con Juan Manuel», ambos compuestos por Jorge Celedón, acompañaron las horas de espera. Cantitos en favor de Uribe, y gritos de júbilo se interrumpieron ante la aparición del candidato Antanas Mockus en las pantallas. Comenzaron las rechiflas que se convirtieron en aplausos con el reconocimiento de su derrota.

Unos jóvenes en el ala oeste gritaron en son de mofa: «Yo vine porque quise, a mí no me pagaron», cántico original de los fanáticos del Partido Verde que al término de la primera vuelta respondieron así ante las múltiples denuncias de presión a los votantes.

El discurso de Antanas se vio interrumpido en las pantallas por la llegada de la comitiva de Santos. Aunque el candidato no había puesto un pie en el coliseo, gracias a las cámaras, la gente pudo seguirlo desde el momento que su avanzada de seguridad se ubicó en los estacionamientos internos. Figuras cercanas al uribismo también recibieron vítores a su llegada: Andrés Felipe Arias, Juan Lozano, Germán Vargas Lleras y Rodrigo Rivera fueron los más ovacionados. Armando Benedetti quiso entrar al ala destinada para la prensa, pues un medio televisivo le solicitó declaraciones, y como los de seguridad no lo conocían, indignado les gritó a empellones que era Senador de la República y que ahora sí no se les olvidaría.

Todos ellos se ubicaron en el ala amarilla donde se vio también al llamado gurú del internet, el estadounidense de ascendencia hindú, Ravi Signh, cuya adhesión a la campaña de Santos fue muy hermética. Esta noche estuvo tomándose fotos con cuanto simpatizante se lo pidió. También junto a él aparecieron otros estrategas de la ‘U’ como Germán Chica y los de Sancho Publicidad.

La expectativa fue extendida con la presentación del ballet de niños cantores de Baranoa, que entonaron y bailaron temas como «Mi Buenaventura», «San Juanero» y «Colombia Tierra Querida», son que, finalmente, acompañó la entrada del candidato. El flamante presidente saludó efusivo a cientos de manos que se apostaron al lado de las vallas que le sirvieron de calle de honor. Entró acompañado de su esposa Tutina, y sus hijos, Martín, María Antonia y Esteban, quienes portaban camisetas blancas y saludaban entusiasmados. Luego apareció el vicepresidente electo Angelino Garzón, junto a su esposa Montserrat y su hija Ángela.

El himno nacional fue cantado luego por Angélica Celis, natural de San Andrés, y dio al espacio unos minutos de solemnidad. Al término vinieron las anheladas palabras del candidato y en línea con sus promesas de campaña, su discurso fue de unidad nacional.

LAS PALABRAS DE SANTOS

Dio gracias a los 9 millones de ciudadanos que lo acompañaron en la lluviosa jornada del domingo, y definió en su discurso el nuevo reloj que marcará a Colombia. «Llegó la hora de la Unidad Nacional, llegó la hora de la concordia entre los colombianos, llegó la hora de trabajar juntos por la prosperidad.”

Saludó a los coequiperos del Partido Verde: Antanas Mockus y a Sergio Fajardo, y los invitó a ser parte de su campaña. «El profesor Mockus fue un contendor de altura, que puso a pensar a Colombia en el valor de la vida, el valor de la transparencia y el valor de la legalidad», dijo. «Si en el fragor de la campaña, y su natural confrontación, se produjeron algunas heridas, hoy se cierran para siempre»

Luego le rindió un homenaje al presidente Uribe: «El mejor presidente que han tenido los colombianos». «Éste es el triunfo de todos los que creemos que la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social son logros que no pueden abandonarse… Este es su triunfo, presidente Uribe». La gente estalló en júbilo y coreó el nombre de Uribe por varios segundos. Santos respondió aseverando que era el primer triunfo presidencial del partido de la ‘U’ y agradeció las adhesiones del Partido Conservador y de Germán Vargas LLeras.

Juan Manuel Santos, mientras era Ministro de Defensa de Álvaro Uribe Vélez.

Luego, Juan Manuel Santos volvió sobre los temas que se convirtieron en los 10 puntos de su Acuerdo de Unidad Nacional y dio un agradecimiento especial a las Fuerzas Armadas por haber «garantizado unas elecciones ejemplares».

«Qué orgullosos estamos de la Operación Camaleón, de la Operación Jaque y de tantas otras acciones de coraje que realizan todos los días por la libertad de los colombianos». Lamentó la muerte de siete policías en Norte de Santander y de dos soldados en el Meta, muertos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Sostuvo que les exigirá cumplir su misión constitucional, «dentro de un respeto absoluto por los derechos humanos».

A las Farc les dijo que «se les agotó su tiempo» y les exigió que liberen unilateralmente a todos los secuestrados en su poder, al tiempo que los llamó a la reinserción.

Envió también un mensaje al Congreso de la República, que se instalará en un mes, y a los partidos políticos. «Me entenderé con la institucionalidad de los partidos. No con el clientelismo», aseguró.

Y sorpresivamente se dirigió a las cortes, con quien dijo espera reunirse, asegurando que su gobierno buscará recuperar el equilibrio y la armonía entre los poderes públicos.»No puede haber un divorcio entre el Ejecutivo y la rama Judicial. ¡Eso no es sano para el país! Por eso me propongo restablecer el diálogo entre Gobierno y jueces, por el bien de Colombia y sus instituciones.

Sostuvo estar comprometido con los más pobres de Colombia a quienes «no defraudaré», frase que le robó aplausos entusiastas de algunos que seguían coreando el nombre de Uribe.

También envió un mensaje conciliador a la comunidad internacional y prometió que «la diplomacia y el respeto serán el eje de nuestras relaciones internacionales». Con un: «No más confrontaciones inútiles y no más divisiones», el nuevo presidente electo de Colombia, por los cuatro años que vienen, se despidió de una campaña corta que lo llevó a la Presidencia y que el 7 de agosto lo convertirá en el mandatario No. 70 que se sentará en la Casa de Nariño -Palacio de Gobierno-. Seguramente muchos lo juzgarán con el difícil rasero de ser el sucesor de su popular antecesor: Álvaro Uribe Vélez.

El gol del abstencionismo estaba cantado

La sensación de que todo estaba decidido, el mal clima, el mundial de fútbol, y el día del padre en el exterior, fueron factores que incidieron de manera negativa en la participación en las urnas de los colombianos. El abstencionismo superó el 60% ante un panorama desalentador para el contrincante.

“Los representantes de los partidos y los jurados de votación tuvieron que llamar a sus familias para que salieran a votar. El mal clima en gran parte del país desmotivó a muchos ciudadanos para acudir desde temprano a las urnas y por eso en muchas mesas no había un solo voto antes del medio día, y en otras no superaban los 10 votos”. Así describió el panorama electoral el Nóbel de literatura recientemente fallecido, José Saramago, en el primer capítulo de su célebre libro, Ensayo sobre la lucidez.

La descripción de este capítulo parece calzarle a la medida a la jornada electoral en gran parte del territorio colombiano. De acuerdo con un muestreo realizado por la Registraduría, hasta las 11:00 a.m. Del domingo 20 de junio, habían votado 3.074.071 ciudadanos, cifra inferior a la registrada a la misma hora el pasado 30 de mayo, cuando hacia las 11:00 a.m. ya habían votado 3.754.498 personas.

La mayor disminución porcentual en el número de sufragantes, en comparación con la Primera Vuelta Presidencial, se registró en Atlántico, Huila, La Guajira, Cauca y Sucre (nombre de cinco regiones de Colombia).

En este país, en donde el promedio de abstención para las elecciones presidenciales ha sido de 52,17 por ciento, ya es costumbre que la gente no acuda a votar masivamente, pero esta vez el sentido del deber de los colombianos se dejó ganar de una sensación de que la partida ya estaba definida, de las malas condiciones climáticas en el territorio nacional, del mundial de fútbol y el día del padre.

UNA SEGUNDA VUELTA INNECESARIA

Luego de la primera vuelta, en donde Juan Manuel Santos obtuvo 6.758.539 votos, quedando a 500.000 votos de salir elegido en el primer intento, muchos colombianos dijeron que lo mejor que podía hacer Antanas Mockus, quien ocupó el segundo puesto en las urnas el pasado 30 de mayo, era reconocer que Santos había ganado, y así ahorrarle varios millones al país.

Por ley, la segunda vuelta debía hacerse y Mockus no se podía retirar, pero los ánimos de muchos votantes para participar se bajaron, pues entendieron los resultados de la primera como un triunfo de hecho de Juan Manuel Santos. Algunos santistas confiados, o perezosos, tal vez decidieron que no era necesario salir a votar de nuevo, y muchos mockusianos se sintieron derrotados o desencantados con su candidato y no acudieron a las urnas.

Además, una pequeña fracción que no ha ejercido el abstencionismo activamente como una opción, pero que sintió que ninguno de los dos candidatos era una buena opción esta vez, que entiende que el voto en blanco no tiene más que un efecto netamente simbólico en la segunda vuelta, y que consideró que no había garantías reales para elegir de manera honesta y transparente a los candidatos, decidió no votar.

MAL CLIMA PARA VOTAR

Parte de la culpa de la abstención la tuvo un frente tropical que atravesó casi todo el país, confirmó Yolanda González del departamento de pronóstico y alertas del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam). Los meteorólogos anunciaron que en la mayoría de las regiones iba a aumentar la nubosidad y la lluvia en horas de la tarde y la noche.

El fuerte temporal empezó después de la media noche del sábado en la costa norte. En Bolívar, la delegada departamental -regional- de la Registraduría, Ingrid Fortich, aseguró que las lluvias impidieron el traslado de los jurados de votación y de parte del material electoral en varias poblaciones. “Debido a las fuertes lluvias se han registrado dificultades para el acceso hacia algunos corregimientos, especialmente, en el Carmen de Bolívar; también se nos reportó una inundación en Pinillos, por lo que fue necesario cambiar un sitio de votación”, expresó la funcionaria.

El chaparrón, acompañado de intensas brisas, terminó también por agitar el mar. Por eso el personal que debía apoyar los comicios en los corregimientos insulares de Cartagena se quedó en tierra.

Pero en otras zonas del país el invierno también anunció su llegada de manera contundente. En el Quindío tuvieron que emitir alerta invernal por el aumento del caudal de los ríos Quindío y La Vieja.

En el Huila, en tono de broma, decían que las lluvias fueron un castigo de San Pedro, por haber suspendido desde el viernes las fiestas que se celebran en su honor cada año.

En la capital del país la lluvia iba y venía pero el cielo nunca se despejó del todo para animar a los votantes a salir.

LA FIESTA DEL DEL FÚTBOL Y LOS PADRES

Pero además del mal tiempo, que nadie podía prever, hubo otros dos motivos que hicieron que muchas personas se entretuvieran, postergando su cita con la democracia: el mundial de fútbol y el día del padre en otros países.

Desde el momento en que se abrieron los puestos de votación hasta casi la última hora hubo transmisión de los partidos del mundial de fútbol. El primero, entre Paraguay y Eslovaquia, empezó a las 6:30 a.m. y terminó a las 8:15. El segundo partido de la jornada fue el de Italia contra Nueva Zelanda, que empezó a las 9 a.m., cuando ya estaban abiertos los puestos de votación, y terminó a las 11:15 a.m.

Uno de los partidos más esperados del campeonato mundial de fútbol, el de Brasil contra Costa de Marfil, comenzó a la 1:30 y terminó a las 3:20 p.m., a menos de una hora para el cierre de los puestos de votación.

Los principales canales de televisión y las emisoras de radio decidieron transmitir este partido, por encima de la cobertura periodística especial de la jornada electoral. Aunque por la radio le decían a la gente que salieran a votar radio en mano para no perderse ni un minuto de partido, la transmisión de estos partidos afectaron el desarrollo de las elecciones colombianas. Un bogotano denunció que seis jurados de votación, en vez de estar haciendo veeduría del proceso electoral, estaban viendo televisión en un concurrido puesto de votación en el norte de la capital.

Y aunque en Colombia aplazaron el día del padre para el último fin de semana del mes de junio, en el resto de los países de América del Norte y América del Sur esta fecha se mantuvo, así que los colombianos en el exterior tuvieron un factor o una disculpa adicional para no participar de la votación.

Las acusaciones en contra del elegido

Este es el nuevo presidente de Colombia, quien asume en agosto.

Son varios episodios los que han puesto a Juan Manuel Santos en el eje de la crítica pero sus conocidos coinciden que el más polémico fue el que le valió el calificativo de ‘conspiretas’. Según documentó Semana, en 1997 Santos se reunió clandestinamente con Carlos Castaño (Jefe paramilitar), Raúl Reyes (Uno de los máximos líderes de las Farc, caído en el bombardeo a un campamento ubicado en Ecuador, el 1 de marzo de 2008) y miembros del ELN (Ejército de Liberación Nacional) recluidos en la cárcel de Itagüí, según él para propiciar una desmovilización de los grupos armados, convocar a una Asamblea Nacional Constituyente y provocar la renuncia del presidente Samper que entonces estaba envuelto en el escándalo del proceso 8.000.

Un amigo cercano que estuvo en los diálogos, aseguró que las genuinas intenciones de Santos eran sin duda ‘pacíficas’ pues “se reunió incluso con Am Kahami, experto irlandés que logró la paz en Sudáfrica. A Santos le dio mucha rabia porque Samper lo tildó de golpista, pero no hubo nada oscuro ni secreto en ese proceso”.

Otras fuentes allegadas a las reuniones aseguran no obstante que lo que Santos quería era probar los vínculos de Samper con la mafia y que para ello fue a La Picota (cárcel de alta seguridad) a reunirse con Víctor Carranza y habría tenido dos encuentros con Salvatore Mancuso -el jefe paramilitar que heredó el mando luego de la desaparición de Castaño- (confesó lo mismo en tal sentido en abril pasado durante una audiencia contra el director del DAS, Jorge Noguera). En razón a todo este episodio el columnista Daniel Samper Pizano (hermanos del ex presidente Samper) lo ha calificado como “conspirador enfermizo que ha intentado llegar al poder por diferentes vías”.

José Fernando Bautista, su asesor de campaña en Bogotá y amigo desde el gobierno Gaviria recuerda que Santos vivió un episodio muy “molesto”, originado por esos hechos. Una década después, en 2007 el presidente electo “tuvo que asistir a una moción de censura que finalmente no prosperó, pero suscitó una injuria innecesaria e injustificada”. La moción fue convocada por 27 congresistas de la oposición que buscaban determinar la responsabilidad política de Santos en las interceptaciones telefónicas ilegales, y juzgar sus antecedentes como “conspirador” contra el régimen constitucional de Samper, y como “instigador” de las malas relaciones con Venezuela. Aunque en la plenaria le tiraron huevos a su atril, recibió el respaldo de 168 congresistas contra 63 que querían que abandonara su cargo.

Precisamente, su tormentosa relación con el presidente Hugo Chávez ha sido otro hecho polémico en su vida pública. Los disgustos comenzaron desde el año 2002 cuando en el intento fallido de golpe en contra del mandatario venezolano, Santos lo celebró públicamente, a pesar de que se trataba de una violación severa a las normas democráticas, y después fue uno de los entusiastas promotores del asilo del golpista Pedro Carmona, en Colombia.

Chávez lo puso en su lista de enemigos y desde entonces no han cesado los cruces de acusaciones mutuas. Algunos temen que las relaciones con Venezuela se deterioren aún más con Santos como presidente, y otros en cambio, aseguran que Chávez quería hacer creer eso para evitar que llegara al poder.

Un tercer episodio controversial fue la llamada ‘Operación Fénix’ en la que Santos ordenó el bombardeo de un campamento en territorio ecuatoriano, que si bien tuvo un éxito del que se vanagloria -la muerte del llamado Canciller de las Farc- Raúl Reyes, fue un hecho que minó las relaciones bilaterales con Ecuador.

Hoy, el Juez de Sucumbíos (zona donde estaba el campamento) Daniel Méndez, ya inició los trámites para hacer llegar a través de la Cancillería una orden de prisión preventiva contra el presidente que han elegido los colombianos. La justicia lo considera responsable de las muertes de 25 personas, entre ellas un ecuatoriano y cuatro personas de nacionalidad mexicana. Santos ha dicho repetidas veces, y con razón, que como esa fue una decisión de Estado, él no podrá ser juzgado.

Textos y fotos extraidos de: Votebien


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