El abogado y numerario del Opus Dei, Gonzalo Rojas, manifestó sus reparos y temores respecto del Frente Amplio (FA), el nuevo referente político que amenaza al duopolio Nueva Mayoría – Chile Vamos. «No hay creerle a esa alternativa, no hay que poner ninguna fe en esa alternativa», comentó en su columna de Bío Bío TV.
A juicio de Rojas, la amplitud del conglomerado «no es tal». «Aunque haya 11, 12 o más grupos que se vinculen entre sí, realmente estamos en presencia de un grupo compacto de personas que reducen la vida a unas nuevas ideologías, llamadas animalismo, homosexualismo, indigenismo, ecologismo profundo… los indignados por uno u otro aspecto de la vida social, que confluyen entre sí», afirmó.
Y agregó: «Es más bien un grupete reduccionista de personas, que tienen una rebeldía generacional bastante infantil y a medida que pase el tiempo, se demostrará que no captan fuera de ese núcleo duro una votación más amplia, sino por el contrario, que se quedan estancados en un porcentaje muy minoritario».
El también columnista de El Mercurio acusó al Frente Amplio de querer «deshacer las instituciones». En sus palabras, «los grupos que conforman el FA, en su mayoría, han preferido la movilización social, en vez de las instituciones formales. Y si ahora las están teniendo que aprovechar –los partidos, las elecciones, una alcaldía– será simplemente para deshacer el sistema».
Rojas fue más explícito con sus temores y dijo que «estos son grupos que no van a trabajar dentro del sistema democrático tal como lo conocemos en Chile, de acuerdo a la Constitución vigente, sino que más bien van a procurar subvertir desde las posiciones de poder que consigan».
Además, no cree que el conglomerado tenga capacidad para gobernar y emplea su particular visión sobre el trabajo político de los militantes del FA en las federaciones universitarias, «en que estas distintas tendencias han sido un fracaso completo. Han llevado a sus respectivas federaciones a perder legitimidad, representación, se han desinteresado de las verdaderas necesidades de sus compañeros (…) son muy buenos para criticar, muy buenos para subvertir, pero incapaces de gobernar».