Durante los días 28 y 29 de enero se celebra en Costa Rica la tercera Cumbre de la Celac, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. La importancia de esta reunión de mandatarios y presidentes radica en la cooperación de todos los integrantes para combatir problemas como la pobreza, la asistencia humanitaria o el bloqueo a Cuba.
A la cumbre han acudido una veintena de presidentes y mandatarios de la región, entre los que se incluyen Michelle Bachelet, Dilma Rousseff, Juan Orlando Hernández o Raúl Castro, el primero en llegar a la cita.
La III Cumbre de la Celac se celebra bajo el lema ‘Contruyendo juntos’ con el objetivo de, a través de acuerdos, declaraciones y planes, cooperar entre todos para solucionar temas importantes para los países integrantes, como puede ser la seguridad alimentaria, la erradicación de la pobreza, el tráfico de drogas, la asistencia humanitaria o la cooperación.
El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, en el mesaje de bienvenida a su país, defendió que «la importancia de la Celac radica precisamente en su raíz integradora«. Al término de los dos días de reuniones, deberían haber sido aprobados diferentes acuerdos, como una Declaración Final, un Plan de Acción y varias Declaracoines Especiales que incluyan asuntos de vital importancia para la región. El tema central de debate de la cumbre será la lucha contra la pobreza, combate que debe ir acompañado del desarrollo económico a través de la generación de empleo de calidad y la lucha contra la corrupción y a favor de la transparencia.
Ricardo Patiño, canciller de Ecuador -país que asumirá la presidencia pro témpore del bloque-, llamó la atención sobre la necesidad de cuidar el espacio de diálogo político en que se ha convertido la Celac. Para ello, especificó, debe mantenerse una visión de los problemas a medio plazo y establecer «metas específicas, precisas, acotadas, medibles y verificables» en los documentos que se presenten.
En cuanto al bloqueo de Cuba por parte de Estados Unidos, la Celac insiste en que Washington debería terminar de inmediato con esa política, ya que ponerle fin al embargo «mejoraría considerablemente las relaciones de Estados Unidos con América«.