Han sido tensas las últimas semanas en la relación entre Chile y Bolivia a partir por la demanda de salida soberana al mar que se encuentra en proceso de la contramemoria chilena en la Corte Internacional de Justicia de la Haya.
Hoy la disputa se encuentra centrada en la posible demanda que el gobierno de Evo Morales presentaría por el uso que Chile realiza de las aguas del río Silala, el que se une a la controversia que ya se encuentra en vista de la Corte Internacional.
Para dilucidar los escenarios que actualmente se desarrollan y proyectar el proceso de la relación entre ambos gobiernos, El Ciudadano conversó con los analistas internacionales Pablo Jofré y Guillermo Holzmann, para contextualizar el actual escenario en la relación con ambos gobiernos y la proyección para el futuro de las relaciones bilaterales.
Según Holzmann Bolivia tiene gran parte de la responsabilidad del actual estado de las relaciones bilaterales y señala que “las relaciones se encuentran deterioradas gracias a la estrategia comunicacional de Bolivia. Esto de ir presionando a Chile y formar una imagen de víctima frente a la corte de La Haya”.
Para Jofré, en tanto, cree que lo planteado por Bolivia busca en estos días dar un carácter formal a sus demandas y señala que “Se están encausando los temas en el camino que deben ser encausados, que es lo jurídico, lo diplomático y no el enfrentamiento. En ese sentido la reacción chilena es sobredimensionada”.
Al mismo tiempo, Pablo Jofré agrega que “¿Qué prefiere Chile? ¿Que Bolivia instale tropas en el Silala?”.
En este sentido, Guillermo Holzmann responde que “la acción de Bolivia tiene dos objetivos: uno mantener vigente su demanda marítima y, segundo, hacer una crítica profunda al modelo político-económico chileno”. Además agrega que “La reacción de Chile es la adecuada. No se puede descartar que Bolivia agregue nuevos temas. Bolivia está tensionando la situación al máximo para sacar el mayor provecho”.
Política Interna
Uno de los permanentes argumentos de la diplomacia chilena para enfrentarse a sus pares bolivianos en esta materia, es que se utiliza a Chile para tapar los xconflictos internos del país altiplánico.
Holzmann adhiere a esta tesis y explica que “Evo ha perdido un referéndum y tiene la necesidad de recuperar credibilidad, la que depende de zonas que tienen mayor interés de salida al mar”.
Al contrario de su colega, Jofré cree que esta tesis es añeja e incluso se estaría revirtiendo, considerando la actual situación política chilena, y recalca que “Yo creo que el argumento dela política interna es bastante añejo y Bolivia perfectamente podría argumentar de la misma forma. Actualmente el que tiene severos problemas internos es Chile, en los últimos diez años en Bolivia los problemas internos son bastante menores. La crisis interna de Chile lo hace sobrereaccionar sobre una política permanente de Bolivia”.
Finalmente, Pablo Jofré proyecta que la relación con Bolivia “desde el punto político y diplomático se mantendrán tensas, pero desde el punto de vista comercial se mantendrán tan tranquilas como hasta ahora. Recordemos que el 80% del comercio de Arica e Iquique es con Bolivia. Ambos pueblos se necesitan, si Bolivia sale por Chile es porque le conviene, si Chile negocia con Bolivia es porque le conviene”.