Saludando los primeros rayos del sol, en el Parque Cultural ex- cárcel de Valparaíso, el fuego sagrado indicó el inicio del Encuentro de Todos los Pueblos, que para el cierre de este reporte, congrega a más 97 personas debidamente acreditadas, provenientes de diversos puntos del país.
Al mediodía, una emotiva ceremonia de inauguración de un mural de mosaico, que representa un mandala, dispuesto en el frontis de la Escuela Básica Republica Argentina, que se ubica en la antesala del Parque Cultural ex-cárcel, selló la unidad entre todos l@s actor@s sociales que aquí se congregaron.
La ñaña Juana Wenchumil inició esta actividad con todo el futa newen y realizó un juego en donde los niños contaron los números en mapudungún. “Mi lengua es también la suya” enfatizó la ñaña, mientras emocionada escuchó como todos los niños respondían en nuestra lengua madre.
“Este es un hito importante para la construcción de un proyecto de unidad de todos los pueblos, para conseguir un orden donde reinen el respeto y el amor» enfatizó Francisco Marín, anfitrión del Encuentro de la unión de todos los pueblos que se extenderá durante todo este fin de semana.
Patricio González, director de Las Escuelas de Rock del Consejo de la Cultura y la Artes que funcionan al interior del Parque Cultural ex cárcel, manifestó que “si el gobierno no toma en cuenta a la ciudadanía está cometiendo un error garrafal, porque para construir la sociedad que queremos necesitamos una sintonía con la ciudadanía que ha hecho un aporte significativo, producto del trabajo de muchas personas que de forma anónima y autónoma lo han desarrollado con muy poco apoyo gubernamental, por lo tanto existe un capital social sumamente significativo”
El trabajo de remozamiento de la Plaza el descanso ubicada frente a la escuela pública República Argentina, fue iniciativa de los ocupantes del Parque Cultural y comenzó durante el año pasado con el afán de recuperar para la comunidad un espacio que se encontraba abandonado por la autoridad y amenazado por proyectos inmobiliarios que intentaban descontinuar un proceso de empoderamiento del espacio público. Marcela Saa trabajó arduamente junto a Constanza, que se encuentra fuera del país, en la confección del mandala que hoy es regalado a la comunidad. Esta peñi nos cuenta que “se plasmó la bandera de la paz para proteger el patrimonio tangible e intangible, manteniendo este espacio libre de los proyectos inmobiliarios y demostrando que la comunidad puede empoderarse de los espacios públicos mediante la autogestión. Esta es una esquina de paz que hemos regalado hoy que se inicia El Encuentro por la Unión de Todos los Pueblos, a toda la comunidad”.
La directora del Colegio República Argentina, Nancy Méndez, reconoció el trabajo de los jóvenes dentro de la comunidad “sólo se muestran esos jóvenes que van a los pubs, pero cuando uno se da cuenta que hay muchos que dedican su tiempo sin buscar ningún provecho económico, para mejorar la sociedad, uno comprende la tremenda calidad humana de nuestros chiquillos, por eso es que esta escuela es la casa de ellos”.
Cuando se vieron amenazados por la venta del terreno en donde está el establecimiento educacional público, inmediatamente salieron en defensa los ocupantes del Parque Cultural y la comunidad del cerro Cárcel, nos relata la directora Nancy, en ese momento “abrí la escuela a todas estas manifestaciones culturales. Producto de la unión que se gestó este mandala que nos llena de buenas energías para realizar un proyecto de todos los pueblos, que demuestra las cosas maravillosas que podemos hacer unidos”
David Escalante titiritero de la compañía Ambar Negro, deleitó a los niños con una historia en donde el eje temático fue la propiedad privada y su contrapartida: la solidaridad. También participo de esta instancia el trovador Claudio Martínez, con canciones cargadas de contenido: “Todas la ovejas se despiertan hacia el mismo sol, pero la oveja negra grita su color, señala su diferencia”, líricas que nos recuerdan, como en este tributo a el Presidente Salvador Allende que “las ideas tienen alas, no se mueren con balas”.
Pero tanta actividad evidentemente produce apetito, por eso paralelamente la cocina comunitaria del parque esperaba a todos y a todas con un suculento plato de porotos con riendas, ensaladas de tomate y zanahoria, pebre y sopaipillas. Verdadera soberanía alimentaria para nuestros pueblos.