Control policial no garantiza la disminución definitiva de la delincuencia

Sebastián Piñera junto al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, destacaron los avances realizados en el control de la delincuencia por el inédito “Escuadrón Centauro”, de la 30ª Comisaria de “Radiopatrullas e Intervención Policial”, en Independencia

Control policial no garantiza la disminución definitiva de la delincuencia

Autor: Cesarius

Sebastián Piñera junto al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, destacaron los avances realizados en el control de la delincuencia por el inédito “Escuadrón Centauro”, de la 30ª Comisaria de “Radiopatrullas e Intervención Policial”, en Independencia. Algunos expertos sostienen que la política represora no es perdurable ni soluciona el origen de esta problemática social.

El Escuadrón Centauro” fue una iniciativa de la División de Seguridad Pública del Ministerio del Interior, para controlar e intervenir en barrios críticos, y cuenta con ciento veinte efectivos. El general jefe de la Zona Metropolitana, José Ortega, destacó al grupo por su potencial de sacar a la calle cincuenta patrullas simultáneamente y promovió su labor preventiva en la detención de alcohólicos.

Sin embargo, Jorge Araya Moya, profesor experto en gestión pública, advierte que el aumento del gasto en los sistemas de justicia penal, policías, y encarcelamiento no tiene un efecto duradero en términos de disminución de la delincuencia. Mientras que la prevención y erradicación de los problemas sociales que originan la criminalidad resultan más efectivas en la reducción permanente de este flagelo.

Una de las promesas de la campaña de Sebastián Piñera fue combatir la delincuencia con “mano dura” con un fuerte control policial, y así lo ratificó en su visita a la 30ª Comisaria. “Nuestro Gobierno se compromete en una guerra frontal contra la delincuencia y el narcotráfico. Es una guerra contra la delincuencia común que atemoriza a la sociedad y por ello es enemiga de la libertad y la felicidad. El Escuadrón Centauro ha dado frutos en estos días aplicando la razón y la fuerza”.

Por su parte, la socióloga y criminóloga, Doris Cooper, responsabiliza al sistema económico del incremento de la delincuencia, al excluir a los sectores marginados del proceso de desarrollo productivo.

“En los sectores de pobreza urbana marginal existen los roles laborales de obrero, comerciante ambulante, ladrón, traficante de drogas minorista y prostituta. Sólo dos de ellos es legal, el resto participa de una economía complementaria a la neoliberal y no ha tenido oportunidades de recibir educación ni de encontrar un trabajo en la economía formal”, considera Cooper.

“Las condiciones de pobreza, desempleo, baja escolaridad, crianza descuidada de los hijos, consumo de drogas y alcohol, junto a otras, constituyen variables fuertemente correlacionadas con sujetos que se vinculan a la actividad delictual”, y son factores relacionados con la pobreza y la marginalidad, reflexiona el profesor Araya. Y añade que el control de estas causas ha dado resultados duraderos en países desarrollados.

Manuel Salazar Salvo, periodista y autor de varios libros, entre ellos El crimen organizado a las puertas de Chile, afirma que en las comunas segregadas socialmente se encuentran los focos de conflicto. Añade que, según datos de la Brigada de Homicidios, estos sectores están vinculados con muchas de las poblaciones creadas a partir de las masivas erradicaciones humanas efectuadas por la dictadura militar, para separar los barrios pobres de los acomodados.

Mientras tanto, en la visita oficial a Carabineros, el ministro Hinzpeter prometió a la ciudadanía devolver la tranquilidad, eliminando a los antisociales de los sectores comerciales y residenciales. “No vamos a dejar que ningún barrio quede en manos de los delincuentes, tendremos barrios en paz y vamos a devolver la alegría a la gente”, enfatizó.

Salazar, además, critica que en Chile nunca hubo el mismo rigor contra los delitos administrativos, “los fraudes comerciales, la contaminación ilegal ni las infracciones cometidas por gente de cuello y corbata. Más que tolerancia cero fue una estrategia de intolerancia selectiva”, señala.

La política de mano dura del actual Gobierno se traduce en rigor absoluto contra la delincuencia, enfatizando un rol puramente policial, al aumentar las dotaciones de Carabineros en los lugares públicos y vigilancia especial a los sectores más pobres de la población.

Por Katherine Lorca Donoso

El Ciudadano


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