Para septiembre está convocada la Primera Jornada sobre Gubernamentalidad en Chile. El concepto fue desarrollado por el filósofo francés Michel Foucault en su analítica sobre las formas y dispositivos de gobierno. La pregunta inicial es ¿porqué tenemos que ser gobernados?
Las facultades de Ciencias Sociales y de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile convocan para septiembre a las primeras jornadas sobre gubernamentalidad. A partir de los ejes analíticos “máquinas del saber”, “mecanismos del poder” y “prácticas de subjetivación”; se convoca a investigadores a presentar ponencias.
¿QUÉ ES LA GUBERNAMENTALIDAD?
Gubernamentalidad es una noción desarrollada con el objetivo de escrutar nuestras actuales formas de gobierno. Siendo la palabra gubernamentalidad parte del acervo conceptual contemporáneo, en torno suyo se sitúan una serie de investigaciones que han venido indagando en los aspectos constitutivos de nuestros actuales marcos de gobierno. Nos referimos a la corriente de Estudios en Gubernamentalidad.
Estas investigaciones, desarrolladas en Europa, Australia, Estados Unidos y Latinoamérica, se encuentran relacionadas con la descripción –tanto- de los razonamientos –como- de las acciones implementadas desde las instancias gubernamentales hoy en día vigentes. Será, pues, acerca de discursos y prácticas de gobierno que profundizan estas exploraciones.
Así se logra advertir que la noción de gobierno no está limitada al ámbito estatal. Si bien las burocracias legislativas, judiciales y estatales figuran en un rol central, la noción de gobierno refiere más ampliamente a todos los esfuerzos desplegados para conducir conductas; tanto de los otros como de nosotros mismos.
Para el caso de los actuales regímenes gubernamentales, esta situación se hace patente a través la integración existente entre las prácticas propiamente estatales y las acciones emprendidas por grupos económicos privados. Hoy en día el consumo y los mercados han devenido poderosos mecanismos para la conformación de la conducta y los hábitos. De esta forma, la vida de las poblaciones será regulada través de una serie de acciones pensada e implementadas para dirigir los comportamientos hacia algunos fines en lugar de otros.
Las contemporáneas técnicas de gobierno también incorporan discursos y prácticas desarrolladas en procesos gubernamentales anteriores. En estos términos podemos apreciar la permanencia de un sustrato teológico en algunas de las ideas que son utilizadas para legitimar vigentes acciones de gobierno. Más allá de la pérdida de influencia de la institución eclesiástica, hoy en día los preceptos teológicos se reactualizan, por ejemplo, en las discusiones relativas ya sea al fundamento moral de la vida (en el caso del aborto y la eutanasia), o en los alegatos relativos al fundamento moral de la estructura de la familia (matrimonio entre personas del mismo sexo).
ESTADO DE EXCEPCIÓN Y TÉCNICAS DISCIPLINARIAS
Dentro de las actuales tecnologías de gobierno es posible apreciar la incorporación de disposiciones enlazadas con los antiguos regímenes monárquicos de soberanía. Vinculándose a la figura jurídica del “estado de excepción”, ya sea en el caso de las dictaduras acontecidas en Latinoamérica, o en el caso de la militarización de la denominada “zona roja” del conflicto mapuche en el sur de Chile, la historia reciente atestigua que el derecho de vida y muerte sigue siendo una prerrogativa de las instancias de gobierno.
El intento por disciplinar a las personas mediante el establecimiento de una red de instituciones normalizadoras, es otro lugar donde se visualiza la relación existente entre contemporáneas y anteriores formas de gobierno. Las técnicas disciplinarias han sido determinantes para el modelamiento de hábitos y comportamientos. En la actualidad, incluidos sus respectivos procesos de reforma, esa función continúa siendo desempeñada por instituciones como la escuela, la cárcel, la empresa, el servicio militar, el hospital o la clínica psiquiátrica.
Junto a las técnicas disciplinarias, en el presente se integran medidas gubernamentales tendientes al control de procesos poblacionales de carácter general o global. Dando cuenta de la relevancia asignada a la estadística, fenómenos sociales tales como natalidad, mortalidad, enfermedades, delito, migraciones, serán conocidos y gestionados desde el aparato estatal a través de un cálculo de probabilidades (tasas de natalidad y mortalidad, promedio de accidentes automovilísticos al año, cifras de delito, índices de cesantía). En el ámbito de las relaciones de mercado, tendiendo a gestionar la conducta del consumidor, las herramientas proporcionadas por la ciencia estadística también serán utilizadas en la elaboración de estrategias de marketing.
El liberalismo es otro aspecto indispensable para observar cómo operan las prácticas gubernativas del presente. Desde inicios del periodo moderno las formaciones estatales se vieron influenciadas por la racionalidad económica liberal. Emerge entonces la noción de un sujeto que, haciendo frente a diversos riesgos, deberá asegurar por cuenta propia las condiciones que garanticen su bienestar. Luego de un breve periodo en que prevalecieron las políticas sociales impulsadas por el Estado de bienestar, en las últimas décadas la racionalidad económica liberal ha manifestado una renovada vigencia a través de la propuesta neoliberal.
Bajo la gestión articulada entre Estado y mercado se gobiernan los marcos subjetivos a partir de los cuales percibimos, nos representamos y actuamos en el mundo. Enfatizando en la responsabilidad individual, se alentará a los individuos a que se habitúen a desenvolver sus comportamientos en un escenario en que ya no existen derechos sociales garantizados. En este punto resulta central la noción de “capital humano”. Promoviendo que cada cual invierta recursos sobre su propia persona (por ejemplo, en educación, perfeccionamiento y capacitación continua), posibilitando así maximizar la capitalización económica de sus acciones, a través del concepto de capital humano se buscará que cada cual se transforme en un –competitivo- empresario de sí mismo.
Junto al abordaje de específicas y concretas estrategias de gobierno, los Estudios en Gubernamentalidad no dejan de considerar las prácticas que se oponen al despliegue de dichos mecanismos. El poder siempre se ejerce en condiciones de resistencia: éstas son las condiciones en que se despliega todo proceso de gubernamentalidad. En estas coordenadas, asumiendo la dimensión ética que comporta la acción política, se advierte la existencia de diversas prácticas de contra-conducta. Ya sea que se expresen de modo personal o colectivo, a través del reconocimiento de estas experiencias es posible pensar y ejercitar otras formas de gobierno; tanto de los otros como de nosotros mismos.
Ivan Pincheira Torres*
El Ciudadano
*Académico e investigador Postdoctoral
Departamento de Sociología, Universidad de Chile
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