Este viernes el Comité de Educación de la Coordinadora 8 de Marzo entregó una carta a la ministra de Educación, Marcela Cubillos, y se manifestó en el exterior de las dependencias de dicha cartera en Santiago, en respuesta a la propuesta de “Educación con Enfoque de Género” que lanzó la semana pasada junto a su par del ministerio de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá.
Una movilización que se realiza justo a un mes de la Huelga General Feminista convocada para este próximo 8 de marzo.
La Coordinadora acusa respecto de la iniciativa impulsada por ambos ministerios una «evidente falta de comprensión de la profundidad e importancia política de nuestras demandas por parte del Gobierno». Añaden que ven «con profunda preocupación que en el proceso de elaboración del plan de trabajo en cuestión no hayan sido invitadas a dialogar y proponer quienes fueron protagonistas de las movilizaciones feministas este 2018, y más aún que los aportes programáticos del movimiento estudiantil una vez más no sean tomados en cuenta en la elaboración de políticas públicas».
En ese sentido, destacan las transformaciones sustantivas al interior de las instituciones educacionales conquistadas en 2018 por el movimiento estudiantil feminista, mencionando por ejemplo reformas a los protocolos de denuncia de violencia de género, el fortalecimiento del acompañamiento a las denunciantes, la creación de instrumentos de reconocimiento de la identidad de estudiantes y trabajadores/as trans y la apertura de procesos de reforma de las mallas curriculares, incluyendo en sus pilares la perspectiva de género y un horizonte feminista, entre otras.
Ligado a eso, la organización profundiza en sus críticas planteando que el proyecto “Educación con Enfoque de Género” no incluye en sus perspectivas a estudiantes, docentes o trabajadores de la diversidad sexual, y que «presenta medidas poco claras o ambiguas y no aborda el problema de fondo, pues para construir una sociedad libre de violencia y menos desigual es esencial aprovechar el potencial de transformación de la educación». Esto último, agregan, con el objetivo de «aportar a los estudiantes en procesos formativos que desnaturalicen los estereotipos de género y las formas violentas de relacionarse».
A juicio de la Coordinadora 8 de Marzo la iniciativa carece de dicho espíritu, reduciendo el problema «a políticas de tolerancia cero y regulación, obviando la importancia de intervenir en los planes y programas en el modelo educacional».
Frente a este escenario, la organización insta al Gobierno y al Ministerio de Educación a entrar en diálogo con la sociedad civil, pues sostienen que «la distancia que tienen con ella se refleja en no haber tomado como ejemplos los grandes pasos que hemos dado, perdiendo la oportunidad de transformarlos en políticas públicas a nivel país».
Por último, agregan que para construir una educación pública no sexista se necesita considerarla como un derecho social al que «accedan las grandes mayorías de nuestro país».