La ratificación de la candidatura de Dilma Rousseff para las próximas elecciones presidenciales brasileñas, confirma dos tendencias de la vida política de América Latina en el siglo XXI, según las que: primero crece el número de presidentas y segundo el de los mandatarios que fueron dirigentes de la guerrilla. Así lo refleja en su boletín Análisis Global, Isaac Bigio, columnista de varios periódicos iberoamericanos.
Dilma Rousseff (en la foto), de 62 años, actual ministra del Gabinete Civil (el segundo puesto más importante del Ejecutivo), fue guerrillera de la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares durante la dictadura brasileña de los años sesenta. En 1970 la política fue detenida y condenada por el Tribunal militar, al encarcelamiento sin ningún tipo de garantías legales, donde fue torturada y pasó tres años en prisión.
Ella puede convertirse en la primera presidenta de Brasil y la décima en la historia de todo el continente. Será la primera vez, cuando en América Latina, simultáneamente hayan tres gobernantas (junto con Cristina Kirchner de Argentina y Laura Chinchilla de Costa Rica).
Al mísmo tiempo, el presidente electo de Uruguay, José Mujica, y su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, así como los vicepresidentes de Bolivia, Álvaro García, y de El Salvador, Salvador Sánchez, también han sido comandantes de los refuerzos armados izquierdistas, considerados por sus gobiernos de aquel entonces como «terroristas».
Sin embargo, la popularidad enorme del actual presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, que es apoyado del 80 por ciento de la población, todavía no ha beneficiado con su popularidad a su continuadora. Rousseff cuenta con una intención de voto del 27%, mientras que su supuesto rival, el opositor socialdemócrata José Serra, tiene un 34% del apoyo entre los ciudadanos. Las elecciones presidenciales de Brasil tienen que celebrarse el 3 de octubre.
Fuente: actualidad.rt.com