Poco más de veinte días después de que saltara a los diarios de todo el mundo la noticia del cambio en la política de EEUU respecto a Cuba poniendo fin al bloqueo impuesto en 1961, comienzan las liberaciones de reclusos considerados por Estados Unidos presos políticos.
La noticia fue anunciada por la portavoz del Departamento de Estado norteamericano Jen Psaki, quien se negó a concretar el número de presos liberados ni sus identidades. El gobierno de Barack Obama elaboró en solitario una lista con 53 nombres de supuestos prisioneros políticos privados de la libertad en Cuba que deberían ser liberados por el gobierno de la isla. Pese a las muchas peticiones de transparencia, los detalles de la lista fueron mantenidos en secreto desde el principio.
Según declaró Psaki, Washington espera ver completado el proceso en un futuro próximo y amenaza con seguir presionando a La Habana en asuntos relacionados con los derechos humanos. Resulta curioso y hasta anecdótico escuchar al gobierno estadounidense hablar y defender los derechos humanos teniendo en cuenta el poco respeto que muestra este gobierno hacia los derechos humanos que se humillan en Guantánamo o que son asesinados en Palestina.
A pesar de que parezca que la liberación de algunos de los presos se ha producido gracias a la presión estadunidense, lo cierto es que el pasado 17 de dicimebre, el presidente de Cuba, Raúl Castro, anunció que su Gobierno liberaría a una serie de reclusos en los que Washington «había mostrado mucho interés«. Castro especificó que la medida se tomaba «de manera unilateral, como es nuestra práctica y en estricto apego a nuestro ordenamiento legal«. Esta decisión de liberar a alguno de los presos se tomó tras el anuncio del regreso a Cuba de Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, los tres agentes cubanos del grupo de «Los Cinco», que fueron presos de EEUU desde 1998.
A finales de este mes, el gobierno de EEUU tiene previso enviar a Cuba un equipo de funcionarios estadounidenses para mantener conversaciones bilaterales en las que, según Psaki, «se hablará directamente sobre asuntos de derechos humanos«. Este viaje a Cuba será la primera misión de alto nivel a la isla, y estará encabezada por la seretaria de Estado adjunta para Latinoamércia, Roberta Jacobson.
En cambio, el senador estadounidense Marco Rubio pidió a Barack Obama que se cancelara el dialogo con Cuba hasta conseguir la liberación de la totalidad de los 53 reclusos incluídos en la famosa lista.
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