De la indignación vecinal a un supuesto «montaje de la UDI»: Lo que desenterró una tala de árboles en Recoleta

Una parte del Parque G será destinado a la construcción de un jardín infantil Junji. Los vecinos cuestionan la decisión del alcalde Jadue de darle otro uso a este trozo de tierra y de afectar su flora. El edil acusa una manipulación política por parte de la diputada Claudia Nogueira, casada con Gonzalo Cornejo, ex jefe comunal. "No construyó ninguna sala cuna en 12 años de gestión", apunta el PC.

De la indignación vecinal a un supuesto «montaje de la UDI»: Lo que desenterró una tala de árboles en Recoleta

Autor: Nicolás Massai

Parque G. Foto: Nicolás Massai

Miles de vehículos transitan día a día por la carretera Vespucio Norte en la capital. Los paneles instalados en los bordes sirven para aislar el sonido que producen los motores. Pocas veces los automovilistas se enteran de las cosas que suceden en las poblaciones aledañas que observan el andar de los autos.

En la madrugada del martes de esta semana comenzó un conflicto. A la altura de calle Guanacos, uno de los paneles acústicos fue incendiado. El problema para algunos vecinos del sector es la instalación de un recinto perteneciente a la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) en terrenos de un parque cuya administración depende de la Municipalidad de Recoleta.

Sin ir más lejos, este organismo autorizó erigirlo, lo que implicó y seguirá involucrando la tala de varios árboles. Los opositores al proyecto reclaman por eso; no quieren que se arranquen los ejemplares de la tierra. Además, dicen que el sitio no es apto para este fin. El alcalde Daniel Jadue (PC), junto con aludir a un eventual manejo político, le asigna una mayor importancia a la puesta en marcha del jardín infantil.

La guinda de la torta ocurrió ese mismo martes. Funcionarios municipales se disponían a iniciar el proceso de tala, pero se encontraron con una serie de manifestantes. Dentro del grupo estaban los diputados Daniel Farcas (PPD) y Claudia Nogueira (UDI). Hasta el lugar llegaron efectivos de Fuerzas Policiales y los dispersaron con carros lanza-aguas.

El Parque G

El sitio de esparcimiento en cuestión se llama Parque G. Está emplazado entre la caletera de Américo Vespucio y Calle G. Esta última vía es el límite entre la carretera y el sector residencial, donde se ubican las casas que verían afectadas sus panorámicas ante la eventual construcción.

Sin embargo, el principal alegato es contra la tala de árboles.

“Hoy día estamos afectando solo el 6% del parque. 16 árboles de los más de 150 se van a talar”, dice Daniel Jadue. Según sus palabras, las personas que se verían beneficiadas con el jardín sopesan esta decisión municipal: “Son más de 150 madres, de los más de 1.500 niños que tenemos en lista de espera”.

Esta versión de la autoridad se contrasta con la de Gastón Yáñez, vocero del grupo de vecinos opositor al proyecto. “Está muy equivocado si dice que van a sacar el 6%. Van a sacar 3.600 metros cuadrados de parque, siendo que tenemos 13.000 metros cuadrados, es el 28%”, asegura.

El dirigente, además, apunta a que a unos pocos metros del sector actual existe “un sitio eriazo donde se puede construir”. Se encuentra pegado a las canchas de pasto sintético aledañas a la estación Metro Vespucio Norte. Dicen que funciona como estacionamiento y en su interior tiene un ducto de ventilación de Metro de Santiago.

“Por cabida, el proyecto no se puede emplazar en otro lugar. Es un jardín grande de 3 salas cunas y 3 de párvulo. También hay elementos de seguridad que hacen de ese lugar ideal para un proyecto como este”, argumenta Jadue.

Yáñez, en tanto, acusa que los funcionarios de la municipalidad no contaron con el permiso que exige el Servicio Agrícola Ganadero para cortar uno de los ejemplares de Quillay que supuestamente habría sido talados. Esta queja contrasta tajantemente con la versión del municipio, que sostiene a este medio que el proceso de tala no extirpó a ningún ejemplar de esa especie.

La concesión de la Junji

El artículo 5º de la Ley Orgánica de Municipalidades (18.695) permite a estas entidades “administrar los bienes municipales y nacionales de uso público, incluido su subsuelo, existentes en la comuna, salvo que, en atención a su naturaleza o fines y de conformidad a la ley, la administración de estos últimos corresponda a otros órganos de la Administración del Estado”.

El paño en cuestión no depende de otra entidad que no sea la Municipalidad de Recoleta y, efectivamente, está definido como de uso público. Fue por eso que el 27 de octubre de 2015, con aprobación del Concejo Municipal, se promulgó el acuerdo para entregar una concesión a la Junji.

“Los barrios de pobres han sido diseñados sin espacios para construir infraestructura, por eso se aprobó hace algunos años la posibilidad de afectar un porcentaje de áreas verdes para palear este déficit. En ese sentido, Recoleta necesita 26 salas cunas más. Tenemos una lista de espera de más de 1.500 niños”, dice el alcalde.

La visión de la autoridad choca nuevamente con la de otra vocera del grupo ciudadano, Silvia Silva. “Él dice que no hay jardines, tenemos cinco jardines por acá cerca. Faltan niños para cubrir eso”, plantea.

Otro punto que provoca molestia entre las partes guarda relación con el tipo de suelo del terreno en el que se emplazaría el jardín. Silva cree que el lugar es peligroso. “Él (Jadue) no ve el peligro que hay acá. Todas las casas que están al frente del parque se mueven al pasar el Transantiago. Imagínate una construcción acá, donde hay gasoductos que pasan. Hay un poso séptico que hubo de un campamento. En invierno esto se llena de agua, son puros hoyos. Cómo va a construir una sala cuna y nosotros vamos a mandar a nuestros pequeños acá”, manifiesta.

Pero la declaración de la ciudadana se contradice con la del alcalde. “El terreno es un bien nacional de uso público. La Junji hizo el estudio de suelo sin encontrar impedimentos para la construcción del jardín”, aclara.

Por último, ambos voceros afirman poseer más de 2.700 firmas para frenar la iniciativa. El edil, por su parte, dice no haber recibido nada.

Claudia Nogueira, diputada UDI

«Hay un montaje desde la UDI»

“El marido de Claudia Nogueira, cuando era alcalde de Recoleta, vendió todos los terrenos municipales por más de 3.200 millones de pesos. Nos dejó con una deuda cercana a los $5.000 millones, impidiendo comprar terrenos, y nunca construyó una sala cuna en 12 años de gestión de la UDI”, acusa Daniel Jadue.

El aludido cónyuge de Nogueira es Gonzalo Cornejo, máxima autoridad de la comuna desde 2000 hasta 2012, año en que el militante comunista lo superó en las elecciones municipales por más de 2.300 votos. Cabe destacar que el actual edil junto a la diputada Karol Cariola presentaron, en mayo de 2016, una querella en contra de Cornejo por los delitos de cohecho y fraude al fisco, en el marco del caso Corpesca.

Jadue comenta que Nogueira ha intentado boicotear gran parte de las iniciativas dispuestas por el actual municipio. Este caso, acorde a sus palabras, no sería la excepción. “Hay un montaje desde la UDI con algunos vecinos para tratar de detener los avances en materia de educación de la comuna de Recoleta”, dice.

El Ciudadano se contactó con la diputada Nogueira a través de reiteradas llamadas telefónicas y luego, por petición de la misma, vía WhatsApp. Se le enviaron preguntas formuladas a partir de los emplazamientos del alcalde Jadue. Hasta el cierre de este artículo no fueron respondidas.


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