Miguel Krassnoff Martchenko fue brigadier del Ejercito de Chile y agente de la DINA. De origen austriaco, Krassnoff fue procesado y condenado por delitos contra los derechos humanos -tortura y desaparición de personas- ocurridos en dictadura entre los años 1974 y 1976. De hecho las condenas que lo tienen cumpliendo 120 años de prisión responden a 20 causas ratificadas por la Corte Suprema de Justicia.
Actualmente, Krassnoff se encuentra en el penal de Punta Peuco y desde allí envió una carta al ex Presidente de la República, Sebastián Piñera. La misiva apunta a que el ex mandatario lo visite, tal como intentó visitar a Leopoldo Jiménez (líder opositor al gobierno de Maduro) en Venezuela.
Krassnoff, quién ya lleva 16 años encarcelado por sus crímenes, pone en condicional los actos que lo tienen encerrado en Punta Peuco. El ex brigadier del Ejército dice estar motivado a contactar a Piñera porque se ha enterado de la intención del ex mandatario a visitar tierras venezolanas a personas que están privadas de libertad, haciendo alusión a Leopoldo Jiménez. Sobre esta iniciativa no concretada de Piñera, Krassnoff consigna en la misiva con un dejo de ironía: «Permítame manifestarle que alabo y comparto plenamente vuestra tan ejemplar sensibilidad y preocupación por el respeto de la justicia, de las leyes vigentes y del Estado de Derecho que, al parecer, cuyo incumplimiento afecta tan gravemente los derechos de los ciudadanos venezolanos que han concitado vuestra tan loable y noticiosa preocupación».
Seguido de esto, el ex miembro de la DINA increpa a Piñera por su doble estándar y como la mayoría de «la familia militar» le cobra esa postura cínica de darles la espalda en circunstancias de que durante la dictadura fue simpatizante de la tiranía. Krassnoff señala «Todas sus citadas sensibilidades manifestadas en este tema y en el extranjero, se contraponen abiertamente con lo que ocurre hoy en su propia Patria, pues mi caso adolece de las más escandalosas irregularidades judiciales, así como a miles de uniformados que se encuentran en situación similar a la mía, constatándose en el tiempo que el sistemático irrespeto por las leyes totalmente vigentes en Chile, la transgresión al Estado de Derecho y de los preceptos Constitucionales -y que se ha traducido en incontables procesos y numerosas condenas para los afectados- hace bastante rato que superó el ámbito judicial transformándose abiertamente en una situación de tipo político, basada en la búsqueda de una incalificable venganza avalada por distintos segmentos, organizaciones y personajes cuya ideología hoy cuenta con envidiables cuotas transitorias de poder, obviando sus graves responsabilidades que devinieron en la Intervención Militar del 11 de Septiembre de 1973. Usted en conocimiento de todo ello, no ha manifestado ninguna sensibilidad ni preocupación por esta iniquidad ni mucho menos intención alguna de por resolverla pese a su compromiso que espontánea y fervientemente manifestó ante más de mil personas en el Círculo Español, en su período pre- eleccionario para presentarse como Presidente de la República(…) Llamativa consecuencia valórica, pero sin ningún viso de realidad ni menos concreciones efectivas».
Finalmente, Krassnoff invita a Piñera a visitarlo a Punta Peuco y le dice: «El objetivo de la presente es la de invitarlo formalmente paca que me visite en mi lugar de reclusión tal como intentó en Venezuela. Por mí se enterará que soy comprobadamente inocente de los absurdos, ridículos e inexistentes cargos que me han formulado y que por notivo alguno no soy ni lo aceptaré jamás que se me mencione ‘violador de derechos humanos’, ‘peligro para la sociedad’ y con otros epítetos de similar irresponsable y falsa expresión, falsedades que incluso usted en más de una oportunidad se ha permitido manifestar públicamente, sin molestarse en consultar con el afectado si todo lo que le contaban era cierto o no”.
Luego agrega que: «No tenga ningún cuidado: Nadie lo ofenderá, nadie lo insultará y presumo que nadie tampoco le negará su derecho de visitar a un inocente en la cárcel. Acá se enterará de la real verdad y de la maquiavélica ilegalidad de la que he sido objeto, junto con mis leales subalternos de la época, aspecto que también afecta a una apreciable cantidad de personas que enfrentan situaciones similares a la mía. Tengo la certeza que mi invitación será acogida muy pronta y favorablemente».