Nosotros decidimos, nadie nos representa.
Encuentro Nacional del Movimiento SurDA:Por un proyecto político Autonomista.
El pasado jueves 25 de Diciembre, El Mercurio publicó los resultados de una reciente encuesta realizada a estudiantes secundarios de la región metropolitana. En ella se consultó a los jóvenes sobre sus principales intereses, niveles y espacios de participación y grados de confianza que les generaban distintas organizaciones y/o instituciones. Como es de esperar, los partidos políticos en su conjunto obtuvieron el nivel más bajo de confianza entre los jóvenes (un 2.5, de una nota máxima de 7), reprobando una vez más los test de confianza ciudadana. Por otro lado, la nota más alta obtenida (5.3), entre un muy diverso abanico de instituciones y organizaciones, fue también para un movimiento político: el Movimiento SurDA.
Obviamente, el silencio cómplice de la clase política de todos los colores frente a los resultados de esta encuesta fue absoluto. No apareció en los días posteriores ningún tipo de reacción de algún “certero columnista”, ni de voceros de partidos, mucho menos algún medio de comunicación preguntándole a la SurDA su opinión al respecto. Comprendemos que el resultado de ese estudio sea una incógnita para el mundo político, tan acostumbrados a mirarse cotidianamente el ombligo. Es un silencio que por cierto no nos quita el sueño.
Las y los surdos agradecemos esta muestra de confianza de los secundarios, creemos que en gran medida responde a la necesidad de una naciente generación de perfilar una nueva identidad política, una que construye en lo local pensando en lo global, y viceversa, una que no se restringe a la desgastada dicotomía de izquierdas y derechas, una que apela a luchar por proyectos que son de sentido común para las grandes mayorías de personas sencillas y corrientes. Un proyecto que intenta dar una mirada libertaria a las realidades y contradicciones que nos rodean. En esa búsqueda está la SurDA, por eso, muchos de estos jóvenes se identifican o simpatizan o simplemente “le tienen buena” a nuestro movimiento.
La búsqueda para ir materializando un proyecto autonomista nos convocó entre los días 6 y 7 de Diciembre, a nuestro tercer encuentro nacional del 2008. En él revisamos el quehacer de las y los surdos en diferentes espacios territoriales, sociales y políticos; discutimos sobre la coyuntura política actual, basada en un escenario altamente electoralizado por la presidenciales y perfilamos las apuestas políticas de la SurDA para el 2009. Pero por sobre todo, fue el momento de iniciar una nueva trayectoria interna: la de construir una voluntad política definida en el despliegue de toda nuestra capacidad y de toda nuestra vocación por restituirnos, voluntad expresada en lo que hemos llamado nuestro Proceso Constituyente, para un proyecto político autonomista.
Nos parece relevante resumir los principales puntos de acuerdo ahí tomados, para que nadie hable por nosotros, para que todos sepan en qué están las y los surdos:
1. El Movimiento SurDA reafirma su volutad de construir un proyecto político Autonomista. Queremos construir un proyecto emancipador, libertario, orientado a la felicidad de las personas, a la justicia social e igualdad de derechos y responsabilidades. Queremos una sociedad que respete las opciones y decisiones de cada una de las personas que la habitan. No nos interesa imponer nada a nadie, ni arrebatarle algo a otros, solo queremos que nadie se quede afuera. Queremos por sobre todo: ensanchar el poder.
Creemos que nuestro país requiere de una nueva identidad política, que inaugure nuevas formas de hacer política. No nos interesa entrar en la vieja dicotomía de izquierdas y derechas, ni de disputar con nadie el patrimonio de la larga historia emancipadora de nuestro país. No nos creemos dueños ni de un pueblo, ni de sus muertos ni de sus héroes. Miramos con respeto nuestra historia, pero no creemos que sirva imaginar el futuro mirando por el espejo retrovisor.
Para las y los surdos, los problemas de nuestra sociedad no se definen en función del color político. No nos gusta el conservadurismo, la hipocresía, la falta de democracia, el doble estándar, el desprecio por la gente, el abuso de las personas, que vemos tan a diario en la política chilena, sea esta de derecha, de la concertación o incluso de la izquierda. Pero esto no es contra ellos. Simplemente, nos interesa superar sus lógicas. Salir de sus círculos de poder. Y lo hacemos desde ya, sin pedir permiso a nadie. Así somos los autonomistas.
2. El Movimiento SurDA inicia un proyecto constituyente de nuestro propio proyecto político. Creemos que ha llegado el momento de re-pensarnos también como Movimiento. De pensar, nutrir y aportar al concepto mismo de lo que entendemos por autonomía política. De pensar cómo se desarrolla un movimiento político para los años que vienen. De pensar que pueden haber distintas formas de adherir a este proyecto político, y de ser parte activa de su quehacer. De volver a pensarnos como revolucionarios, como libertarios, lo que es para nosotros ser autonomistas. Creemos que nuestra época, es un cambio de época y queremos cambiar con ella.
Este proceso queremos abrirlo a todos quienes quieran pensar con nosotros cómo se construye un proyecto político autonomista para el siglo XXI. No será un debate a puertas cerradas ni tampoco pretende ser “el” proceso que haga la síntesis. El autonomismo exige pensar y repensarse abiertamente. No hay fórmulas pre-establecidas ni acuerdos ya zanjados. Nuestro proceso es un proceso abierto. Solo intuimos que una organización para los nuevos tiempos que ya empiezan no puede construirse bajo los mismos paradigmas con los que se construyeron las organizaciones políticas del siglo pasado. Ahí gran parte de su desfase. Ahí gran parte de su agotamiento.
Queremos ir a conversar con todos los colectivos autonomistas que se han ido gestando en los últimos años. No para reclutar ni sumar adeptos a la SurDA. Queremos impregnarnos de todas las lecturas que va teniendo el autonomismo en nuestro país. De su experiencia concreta. Un proyecto autonomista se construye necesariamente en la práctica. Un proyecto autonomista se construye necesariamente con todas y todos.
Este Proyecto Constituyente permitirá a nuestro movimiento dotarse de una institucionalidad que norme y oriente la convivencia interna. Permitirá definir formas claras y flexibles de adhesión o participación en la SurDA.
Este proceso nos inyecta nuevas ganas y nos abre renovadas perspectivas políticas; permite aventurarnos y tomar nuevamente la iniciativa ahí donde estemos o de sumarnos ahí donde otros acertadamente den buenos pasos. Plenamente conscientes de todos nuestros errores pasados, haciéndonos cargo claramente incluso de aquellas decisiones que no tomó ninguno de nosotros y nosotras, creemos que hay un punto de quiebre entre lo que fuimos y lo que pretendemos ser, sin que nada de esta nueva voluntad política obnubile nuestra memoria.
Para llevar adelante este proceso, fue elegido un espacio de coordinación transitorio, compuesto por cuatro compañeros, quienes actuarán como voceros para esta etapa, hasta que un nuevo Encuentro Nacional diga lo contrario.
3. No nos sentimos convocados, en tanto Movimiento, por ninguna de las propuestas actuales de la política chilena. Tenemos decirlo con toda claridad, porque se nos ha vinculado muchas veces en algunas de las iniciativas actuales que desarrollan algunos sectores de la izquierda chilena: No nos sentimos convocados ni por la Izquierda, ni por la Concertación, mucho menos por la Derecha. No somos ni seremos parte del MAS (Movimiento Amplio Social). No somos ni seremos parte de la candidatura de Alejandro Navarro. No somos ni seremos parte de la candidatura de Jorge Arrate ni de la candidatura de Guillermo Tellier ni de la de Tomás Hirsh.
Bien por todos aquellos que quieren y sueñan con re-editar el viejo tercio de la izquierda. Que glorifican la Unidad Popular y que reivindican para sí el legado político del Presidente Allende. Para nosotros, esa vieja izquierda se agotó. A esta SurDA no le interesa ser parte ni del “mundo de la izquierda” ni de su posible refundación. Nuestros sueños, ya no caben en ese dial.
Seguramente nos seguiremos encontrando con todos esos sectores en distintos puntos del país, y en las causas justas encontrarán en nosotras y nosotros aliados leales, pero exigimos respeto por nuestro derecho a ejercer la posibilidad de escribir nuestra propia historia como proyecto político.
También creeemos que es necesario aclararlo: es posible que en algunos proyectos políticos más cercanos al mundo de la izquierda participen activamente miembros de la SurDA, tratando de impregnar nuevas miradas autonomistas también en esos espacios políticos. En la SurDA respetamos esas opciones personales, esto no es un regimiento.
Pero las apuestas políticas centrales de la SurDA deben quedar claras para todas y todos:
Nosotros trabajaremos por perfilar un nuevo proyecto político para este país. Queremos ampliar el campo de juego de la política chilena. Queremos y soñamos con ver emerger a un nuevo actor político. Queremos convocar a nuevas generaciones políticas, de adultos y jóvenes, a las cuales no les hace sentido la dicotomía política del siglo XX. Queremos perfilar un proyecto transgresor, libertario, pluralista, diverso, inclusivo. Queremos un proyecto autonomista.
En eso estamos y estaremos las y los surdos.
Planeta Tierra, Enero del 2009.