Definición sobre próximas elecciones presidenciales

De mi consideración: agradeceré la inserción en el espacio que corresponda, de la presente reflexión de un chileno.

“Como chileno, añoro mi país, su pueblo y su gente, muchas veces sufrido y golpeado, el que se extiende en esta larga y angosta faja, desde Arica a Punta Arenas. Cuando digo un pueblo sufrido y golpeado, por cierto, me refiero a las grandes mayorías postergadas y muchas veces humilladas, por quienes detentan el poder económico y que hoy día, buscan desesperadamente, cual si fueran unas pirañas (sinónimo de Piñera) voraces e insaciables, el poder político, que en estas últimas dos décadas, les ha resultado esquivo alcanzar, gracias a la madurez, vocación cívica y democrática de las citadas mayorías, que en tales instancias de una definición por el futuro de su pueblo, saben muy bien, cuál es el mal menor, al que deben apoyar.

En mi modesta opinión de un ciudadano chileno, que ha vivido en zonas muy duras y sufridas como Antofagasta, Chuquicamata, María Elena y Arica, respectivamente; que desde mi profesión he estado como académico universitario, al servicio de la formación de futuros profesionales y como asesor consultor, al apoyo incondicional por más de 35 años del emprendimiento que con mucha dificultad en este país, ejercen las pequeñas y medianas empresas (Pymes), hago un llamado a todos los más modestos y a esa mayoría de chilenos que viven de un exiguo salario, para mantener con gran sacrificio a su núcleo familiar, que al momento de estar solo con su conciencia, frente al voto, deben definir, para el próximo 17 de enero de 2010, quién deberá conducir el devenir y destino de nuestro país; por ello, piensen antes de marcar su preferencia, en cuál debe ser la opción que le brinde el MAL MENOR Y MAYORES OPORTUNIDADES, a sus seres queridos y en particular a sus hijos, que constituyen el futuro de esta nación. Este mentado MAL MENOR, en particular lo defino así:

a)    Votar por aquel candidato que ofrezca reales oportunidades de mayor y mejor educación para los hijos de los sectores más humildes y modestos, con mayores y mejores Becas y Créditos Universitarios.

b)    Votar por aquel que brinde mayores garantías de profundizar las reformas laborales y previsionales de los trabajadores chilenos, para que haya más justicia, equidad y respeto por los derechos de éstos, donde por cierto, el que está más cerca de los grupos económicos minoritarios de este país, es evidente que no ofrece garantía alguna a dichos trabajadores y sus familias en general.

c)    Votar por aquel candidato que ha dado muestras y pruebas concretas de estar más comprometido con los problemas de las mayorías más postergadas de este país y no por aquel que proviene de las minorías, que suelen ser los grupos económicos nacionales y trasnacionales de este país.

d)    Votar por aquel que posea una mayor sensibilidad y voluntad política, para generar reformas profundas, que hagan de los temas SALUD y EDUCACIÓN, una necesidad estratégica del pueblo y en ningún caso un lucro, como hoy día lo perciben los grupos económicos minoritarios de este país.

e)    Votar por aquel que está más cercano a satisfacer las necesidades y problemas de las microempresas, que en su conjunto reclutan a más del 80% de la mano de obra, que aquel que proviene y se identifica con los grandes grupos económicos minoritarios de este país.

f)    Votar por aquel que ha dado muestras claras de ser un hombre del mundo democrático, con mayor visión de Estado y país y no por aquel cuya génesis deriva de los regímenes antidemocráticos y dictatoriales de este país.

g)    Votar por aquel que percibió claramente la voz del pueblo, en el sentido que se necesitan transformaciones y avances más radicales y profundos en áreas tan sensibles como son la educación, trabajo, salud, vivienda y previsión, para que con tales avances, alcancemos el umbral del desarrollo y no por aquel que sólo busca ser un representante del poder económico, que ahora pretende detentar el poder político.

h)    Votar por aquel que está abierto a introducir reformas profundas a la constitución antidemocrática chilena y no por aquel que forma parte de dicha carta fundamental, que se hizo bajo cuatro paredes en plena dictadura.

i)    Votar por aquel que está en mejor sintonía, experiencia y posición para insertar a nuestro país en el concierto político, cultural y económico internacional, que aquel que sólo busca mejorar la posición de sus empresas”.

Atentamente, le saluda

Pedro Rodolfo Cordero L.

Contador Auditor UCN

Santiago, Diciembre 25 de 2009