Diego Ancalao: “He vivido lo que es la fábrica de discriminación en Chile”

Hijo del rigor, quizás es la frase más clara que representa a Diego Ancalao y la lucha personal y, ahora, política que lleva para que los Mapuche sean escuchados

Diego Ancalao: “He vivido lo que es la fábrica de discriminación en Chile”

Autor: Ciudadano
Diego Ancalao
Hijo del rigor, quizás es la frase más clara que representa a Diego Ancalao y la lucha personal y, ahora, política que lleva para que los Mapuche sean escuchados. El vicepresidente de la Izquierda Ciudadana, asegura que en el Gobierno de la Presidenta, Michelle Bachelet ha visto señales de apertura al diálogo, a diferencia de lo que ocurrió, dice, en la administración de Sebastián Piñera.
Recientemente, Ancalao lanzó en Aysén su libro “Mapuche, hijo de dos naciones”. El dirigente de la IC vivió en la comuna de Purén y para estudiar Pedagogía en Educación Física, debió trasladarse a Temuco para ingresar a la Universidad La Frontera. Sólo una vez al mes, en aquellos años de estudiante de educación superior, viajaba a Purén a compartir con su familia, porque no había otra posibilidad, ya que los recursos faltaban y la distancia que lo separaba de su hogar campesino era de 159 kilómetros y, sin dinero que sobrara, se hacía difícil el traslado.
En esta obra, su autor, recoge la deuda histórica que el Estado mantiene con los pueblos originarios, a los que aún no se les reconoce constitucionalmente sus derechos civiles y políticos. “También habla de que ese mismo grupo de políticos que administró el Estado, históricamente, ha dejado fuera de los derechos sociales, políticos, civiles y económicos a un porcentaje importante del país y que se encuentra postergado y sin poder de decisión”.
El vicepresidente nacional de la Izquierda Ciudadana plantea que su libro se puede traducir en la experiencia práctica que él mismo ha debido enfrentar y sortear con el paso de los años, recuerdos que, dice, son complejos. “He vivido la fábrica de discriminación en Chile, desde el punto de vista de la segregación política y económica, tanto por ser Mapuche, como por ser de origen humilde”. Agrega que “su historia –plasmada en el libro- narra las vivencias de un joven Mapuche que se encuentra en medio del Estado y de la nación chilena, pero de la nación postergada”.
Cabe señalar que Ancalao, dentro de la esfera política y en su calidad de dirigente no es un personaje desconocido, sino todo lo contrario. De muestra un ejemplo concreto: en agosto de 2015, el actual Ministro del Interior (DC), Jorge Burgos, en el marco de la presentación del libro “Mapuche, hijo de dos naciones”, afirmó: “Haciendo frente a las dificultades, a la discriminación y a quienes le decían que no había ninguna posibilidad, supo sobreponerse y seguir adelante para alcanzar las metas que se había propuesto. Y claro, entre esas metas, está la de visibilizar y reivindicar la historia del pueblo Mapuche. Y Diego lo ha hecho desde un lugar que el diputado Sergio Aguiló reconoce en la presentación del libro como muy difícil: el lugar de la política”.
El mismo Burgos, en el marco de esa presentación también dijo: “No por nada, he conocido al autor en el marco de las reuniones que hemos tenido en el Comité Político con la Nueva Mayoría, como representante de la Izquierda Ciudadana… Y destaco esto, porque en momentos como los actuales, la política es compleja y está marcada por el desprestigio y un malestar ciudadano que se arrastra ya desde hace tiempo, pero que se ha visto agravado por las actuales faltas a la ética”.
El Ministro Burgos refiriéndose, en la oportunidad al tema Mapuche señaló que “todos aquellos que reducen el problema de La Araucanía a la violencia están muy equivocados. Hay hechos de violencia y delitos que han tenido muy lamentables resultados –para Mapuche y no Mapuche–, y esas situaciones deben ser enfrentadas con fuerza y con la legitimidad de la ley…, pero el problema de fondo, es que como sociedad no hemos sido capaces de reconocer y corregir una historia de maltrato y discriminación hacia los Mapuche que se arrastra desde lo que, eufemísticamente, hemos llamado pacificación de La Araucanía”.
El ingreso a la política de Ancalao: el eslabón necesario
Según Diego Ancalao, la razón por la que decidió ingresar a la actividad política es una y muy concreta: “Me di cuenta que quienes toman las decisiones políticas, en nombre de los pobres, nunca han sido pobres y que los que hablan en nombre de los Mapuche nunca han sido Mapuche y no conocen cómo se vive el mundo Mapuche y, por lo tanto, el mundo indígena no tiene capacidad de decisión y un grupo de políticos nos ha declarado interdictos, como si nosotros fuéramos personas que no tenemos capacidad de decidir o no tenemos condiciones para conducir nuestro propio futuro”.
Asegura, además, que “se ha creado un sistema político que es una fábrica que sólo permite que la administre un grupo de personas que son de distintos partidos políticos. Por eso, entré a la política para cambiar las cosas”.
Sin duda, para el actual vicepresidente de la IC no ha sido fácil formar parte de la política chilena, particularmente, por sus orígenes. “Ha sido muy difícil llegar a la política y encontrarme, hoy, en este cargo (vicepresidente nacional de la Izquierda Ciudadana) que me permite plantear los temas que pasan en un Chile que no se ha tomado en cuenta. Al estar dentro del sistema político, en este sector, se demuestra a todos los otros grupos políticos que han discriminado históricamente al pueblo Mapuche, que no somos terroristas y estamos demostrando, con ejemplos concretos, que somos actores del diálogo y queremos participar de las decisiones políticas”.
Señales de apertura
Diego Ancalao comenta que durante este segundo Gobierno de la Presidenta, Michelle Bachelet, se ha avanzado en materia de pueblos indígenas, lo que, a su juicio, genera expectativas. “Se ha tomado en cuenta nuestra postura, en el sentido de que se tiene que crear una política de participación en la toma de decisiones de los pueblos originarios. Nos han escuchado mil veces más, en comparación con el Gobierno de Sebastián Piñera, donde simplemente no nos escuchaban y los Mapuche buenos eran los Mapuche de derecha. El de ahora, es un Gobierno que escucha a todos los pueblos originarios, aunque el problema es que hay algunas personas que están, en este Gobierno, que son discriminadoras por esencia”. Agrega que “mi política es mirar a la cara y perdonar y no soy parte de una política de venganza, sino que perdona y buscamos participación”.

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