Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, inauguró la 68ª Asamblea General de la ONU con discurso sobre el espionaje de Estados Unidos. Rousseff suspendió una visita oficial a Washington al ser una de las afectadas del espionaje de ese país.
En su presentación ante más de 130 líderes mundiales, la presidenta de Brasil fue enfática al decir que «Brasil fue blanco de intrusión y espionaje, y se interceptaron indiscriminadamente datos personales de ciudadanos, empresas e instituciones de alto valor económico y estratégico. Semejante injerencia en los asuntos de otros países es una afrenta a las relaciones internacionales, sobre todo si son países amigos».
Además, cuestionó el control que ejerce EE.UU. sobre Internet e indicó que «La excusa de la lucha contra el terrorismo por parte de aquellos que han llevado a cabo las actividades de espionaje es insostenible. Brasil sabe cómo defenderse y protegerse. Somos un país democrático rodeado de países democráticos»
Documentos filtrados por el exconsultor de inteligencia Edward Snowden, dan cuenta de que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) espió comunicaciones de Rousseff y la petrolera estatal Petrobras, que tiene tremendos yacimientos en aguas brasileñas.
Por otra parte, Venezuela solicitó a Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, “garantías” para que Maduro y su comitiva sean “respetados” por Estados Unidos cuando asistan a la Asamblea General.
El Ciudadano