Nadie ha reclamado laresponsabilidad por las bombas en la capital de Libia, Trípoli. Hace dos días coche bombas explotaron en las ciudades de Tobruk y Beida.
La crisis en Libia
Tres años después de la guerra civil en Libia, los disturbios siguen y el país todavía sufre violencia y caos político. En mayo Ahmed Maetig fue elegido el nuevo primer ministro del país. Tres semanas antes, Abdullah al-Thinni había dejado su puesto como líder. Un mes luego, cambiaron de nuevo, y hasta ahora Abdullah al-Thinni es el primer ministro del país.
En agosto, Islamistas del ex-parlamento, el Congreso General de la Nación, eligieron Omar al-Hasi como “presidente del parlamento”. Por otro lado, Akila Saleh Issa fue elegido como primer ministro en junio. Junto con el cambio de mando en agosto, Libia trasladó el poder y reemplazó el Congreso General de la Nación con la Cámara de Representantes.
El 6 de noviembre la corte suprema declaró que las elecciones de junio no eran compatibles con la constitución, y se disolvió el parlamento encabezado por Akila Saleh Issa. Su control del país no fue total, varios grupos armados siguen luchando por el control del aceite y los puertos marinos. Debido a la violencia e inestabilidad en Trípoli (la capital) y Benghazi (segunda ciudad más poblada), la Cámara de Representantes tiene su sede en la ciudad de Tobruk.
Milicias y los DDHH
El grupo armado Misrata es la milicia más grande en Libia. Varios de sus líderes soportan los Islamistas del ex-Congreso, pero Misrata se dividió después de la Operación Dignidad, un ataque parecido a un intento golpista planificado por Khalifa Haftar. Haftar ha luchado por varios lados políticos en la historia de Libia. Luchó por Gaddafi contra Chad, por los Islamistas contra Gaddafi y últimamente contra los islamistas. Hoy en día encabeza una milicia “anti-islamista”.
En octubre, Egipto bombardó áreas controladas por las milicias Islamistas en Libia. En consecuencia, Omar al-Hasi ha acusado Egipto y los Estados Arabes Unidos por ayudar a Khalifa Haftar.
Según organizaciones de los derechos humanos, se cometieron 250 asesinados con motivos políticos solo en el año 2014. Los víctimas son periodistas, activistas, jueces y fiscales.
“Son tres años de fracaso, las autoridades de Libia no logran hacer responsables a las milicias, esto les han hecho creer que están por encima de la ley,” declaró Hassiba Hadj Sahraoui de Amnistía Internacional en un comunicado de prensa sobre las atrocidades cometidas en Libia.