Tras la llegada a la presidencia de Colombia del izquierdista Gustavo Petro, la complicidad de Bogotá con Washington parece haber quedado atrás y la Casa Blanca parece mover sus piezas para no perder presencia en Suramérica. Así, el cuestionado presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, que había decidido suspender toda su agenda presidencial por un accidente, hizo una excepción y recibió la noche del pasado jueves en su vivienda, en la ciudad de Guayaquil —donde se recupera de una intervención quirúrgica—, al senador estadounidense Marco Rubio.
De acuerdo con el legislador republicano, que entre muchas cosas promovió el asedio contra Venezuela, dijo que en la cita con Lasso hablaron sobre los intereses mutuos en temas de seguridad, la importancia de los vínculos económicos y los esfuerzos para ayudar a combatir la corrupción.
«A medida que América Latina y el Caribe gira hacia gobiernos antiestadounidenses de izquierda, Ecuador sigue siendo un aliado estratégico e importante tanto para nuestro país como para la estabilidad de nuestra región», dice una nota de prensa de la oficina de Rubio, publicada tras el encuentro.
Antes de esa reunión con el mandatario, hubo una conferencia de prensa del senador con los ministros de Relaciones Exteriores y de Gobierno de Ecuador, Juan Carlos Holguín y Henry Cucalón, respectivamente, reseña RT.
«Es el interés de EE.UU. ser amigo de nuestros amigos», destacó Rubio en esa rueda de prensa con los funcionarios ecuatorianos. Cucalón, por su parte, resaltó que la visita del senador estadounidense suponía «una clara señal política de los EE.UU. a favor de la democracia y de la gobernabilidad en Ecuador».
«Apreciamos el apoyo de EE.UU. a las iniciativas emprendidas por Ecuador para lograr la estabilidad democrática y la erradicación de la violencia y del crimen organizado», añadió.
Visitas previas a Ecuador
En los 21 meses que Lasso tiene en el poder (asumió el 24 de mayo de 2021) y en medio del viraje de la región a la izquierda, la relación de Ecuador con EE.UU. se ha afianzado con la visita de más de una docena de figuras políticas estadounidenses, especialmente senadores y altos funcionarios de la Casa Blanca.
El 7 de julio de 2021, a poco más de un mes de haber asumido el cargo, Lasso recibió en el Palacio de Carondelet, la sede del Ejecutivo ecuatoriano, a senadores estadounidenses, representantes de las comisiones de Relaciones Exteriores, Finanzas, Asignaciones y Comercio, Ciencia y Tecnología de la cámara alta del Congreso.
Tras esa primera visita, el tránsito de funcionarios estadounidenses por Quito no ha parado. Entre los que han visitado la capital ecuatoriana están los secretarios de Educación, Miguel Cardona, en julio de 2021; de Estado, Antony Blinken, en octubre de ese mismo año; y Alejandro Mayorkas, de Seguridad Nacional, en diciembre de 2022. También estuvo, en mayo del año pasado, la primera dama Jill Biden.
En septiembre pasado, además, visitó Quito la más alta delegación militar, liderada por la jefa del Comando Sur de EE.UU., Laura Richardson; un mes después viajó al país suramericano una delegación de cinco senadores de EE.UU., conformada por los demócratas Bob Menendez, Ben Cardin y los republicanos Rob Portman, Richard Burr y Ben Sasse.
Posteriormente, en noviembre, ocurrió la visita de la subsecretaria de Asuntos Políticos de EE.UU., Victoria Nuland, y al mes siguiente fue el turno del asesor especial del presidente Joe Biden para las Américas, Christopher J. Dodd.
Ese mismo diciembre, Lasso viajó a EE.UU. y sostuvo una reunión con Biden en la Casa Blanca. Ese fue su segundo encuentro, aunque la primera visita oficial, luego del cruce ocurrido en la IX Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, California, en junio del año pasado.
Los temas recurrentes
Los temas que se tratan en esos encuentros han sido recurrentes: seguridad, lucha contra el crimen organizado transnacional, combate a la corrupción, democracia, medioambiente y la búsqueda de un acuerdo comercial bilateral.
En el encuentro con Biden en diciembre, Lasso reafirmó el interés de Ecuador en alcanzar un acuerdo comercial con EE.UU. para, según dijo, «unir aún más ambas naciones».
Sobre ese tema, en la conferencia de prensa del jueves, Holguín recordó que «Ecuador es uno de los pocos países de la región que no tiene un tratado comercial con EE.UU.», por lo que enfatizó que están «trabajando fuertemente para que muchos de los productos puedan ingresar de manera paulatina» a ese país.
Pocos días antes del encuentro de Lasso con Biden en la Casa Blanca, el Congreso de EE.UU. aprobó la Ley de Asociación Ecuador-EE.UU. 2022, una iniciativa del senador Menendez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, así como de Rubio, Jim Risch y Tim Kaine.
Según el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, la ley tiene como objetivos el aumento de las capacidades para confrontar «la influencia extranjera maligna», el fortalecimiento de la cooperación en materia de seguridad, el combate a la trata de personas y la colaboración de Washington con Ecuador para la protección de las Galápagos.
Mientras que la Cancillería ecuatoriana indicó que esa normativa tiene entre sus propósitos incentivar la cooperación bilateral, facilitar la relación comercial, promover el desarrollo económico inclusivo, luchar contra las economías ilícitas y la corrupción, fortalecer la democracia y fomentar la conservación del medioambiente.
El viraje de Moreno contra Ecuador y la región
El predecesor de Lasso, Lenín Moreno (2017-2021), fue quien inició un acercamiento con EE.UU. o, más bien, una reorientación de la política exterior de Ecuador con Washington. Tanto así, que Moreno fue clave para la desintegración de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur).
«El gobierno de Rafael Correa fue un período en donde el Ecuador tomó distancia de una vieja sumisión que la clase política y económica ecuatoriana tenía con los dictados de la geopolítica de los EE.UU.», opina Miguel Ruiz, profesor de la Universidad Central del Ecuador (UCE).
Durante la gestión de Moreno, ambos países firmaron un «Acuerdo Comercial de Primera Fase» —nombre como se conoció mediáticamente—, que en realidad se trató de un «Nuevo Protocolo sobre Normas Comerciales y Transparencia», que actualizó el «Acuerdo del Consejo de Comercio e Inversiones (TIC, por sus siglas en inglés) EE.UU. – Ecuador», firmado en 1990.
Asimismo, recoge Ruiz, se firmaron «acuerdos de cooperación policiaca y militar entre los dos gobiernos».
En esa administración de Moreno, además, se llevó a cabo la retirada del asilo político al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, en 2019, quien había permanecido desde 2012 en la Embajada de Ecuador en Londres. Asimismo, Quito se alineó a la política de Washington contra Venezuela, que incluyó el reconocimiento al exdiputado opositor Juan Guaidó, quien se autoproclamó como ‘presidente interino’.
En febrero de 2020, Moreno se encontró con el entonces presidente de EE.UU., Donald Trump, en la Casa Blanca; y antes de marcharse del Palacio de Carondelet, en mayo de 2021 entregó la Condecoración al Mérito al embajador estadounidense en Ecuador, Michael Fitzpatrick.
¿Y Perú?
Pero Ecuador no es el único país de Suramérica que busca una cercanía con EE.UU., puesto que en los últimos dos meses y medio se ha incrementado el vínculo con Perú, tras la destitución de Pedro Castillo como mandatario y la juramentación, en su lugar, de Dina Boluarte.
La nueva mandataria recibió el espaldarazo de Washington a través de la embajadora de EE.UU. en Lima, Lisa Kenna, de Blinken y otros funcionarios.
De acuerdo con Anahí Durand, quien fue ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables durante el mandato de Castillo, lo que ocurre en su país es importante en un contexto geopolítico para EE.UU., debido al cambio de correlación de fuerzas a favor de la izquierda en la región.
EE.UU. «no podía darse el lujo de perder al mismo tiempo tantos países en la región», enfatizó, durante un reciente foro en Madrid, España.
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