La inminente guerra contra Irán ya se ha incorporado al debate electoral en Estados Unidos. Varios senadores de Estados Unidos creen que hay que “impedir” que Irán fabrique alguna bomba nuclear y respaldan una invasión del país islámico. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, presiona vociferando ataques y los órganos internacionales imponiendo sanciones.
Con el encuentro que protagonizaron el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, las interrogantes sobre la probabilidad de que se concrete un ataque a Irán quedarán reducidas a la fecha en que se lanzará la primera bomba.
Hasta ahora, la Casa Blanca no ocultaba temores de que Israel atacara a Teherán por su cuenta y –al menos públicamente– planteaba que era necesario permitir que el paquete de sanciones económicas votado por Europa a instancias de Washington hicieran efecto, pero la visita a Washington del presidente Shimon Peres, seguida por la del premier Netanyahu, y una resolución firmada por 32 influyentes congresistas republicanos han producido un drástico giro en la aparente cautela ensayada por Obama.
EL PLAN LISTO
En las últimas horas, el comandante de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, Norton Schwartz, aseguró que el Pentágono ya tiene listo el plan para una posible operación militar contra Irán. Funcionarios del Pentágono detallaron en forma anónima que las opciones planteadas por el proyecto clasificado incluyen el suministro de combustible por aire para aviones israelíes, así como el ataque a los pilares del régimen administrativo, incluyendo al Cuerpo de Guardia Revolucionario Islámico y su fuerza de elite, las bases militares iraníes y el Ministerio de Inteligencia y Seguridad.
También mencionaron la posibilidad de utilizar una bomba de casi 14 toneladas tipo MOP conocida como la bunker buster (“rompe búnkeres”), para destruir el Centro Nuclear de Fordo, situado bajo las montañas. Con algunos impactos directos se cree que serán capaces de destruir este objetivo, a pesar de su defensa natural. Estas aclaraciones surgieron a raíz de los comentarios hechos por el jefe del Pentágono, Leon Panetta, que dijo que la MOP necesitaría ser mejorada.
UNA BOMBA INEXISTENTE
Las declaraciones del jefe de la Fuerza Aérea estadounidense, Norton Schwartz marcan un punto de inflexión sobre el papel que se reserva Washington ante un eventual ataque israelí contra Irán. Hasta ahora, la posición del Pentágono era la expresada por el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Martin Dempsey: “En este punto no es prudente atacar a Irán”, declaraba Dempsey a la cadena estadounidense de televisión por cable CNN.
“El gobierno estadounidense confía en que los israelíes comprenden nuestras preocupaciones”, agregaba Dempsey, quien además se atrevió a afirmar públicamente que “Irán es un actor racional… No ha decidido fabricar un arma nuclear”, ha dicho Dempsey claramente.
Según señaló The New York Times el sábado 25 de febero, la evaluación de Dempsey sobre las presuntas ambiciones nucleares iraníes fue corroborada por 16 agencias de inteligencia de Estados Unidos, que difiere de lo que sostiene la Agencia Internacional de Energía Atómica que el día antes informó que Irán había acelerado su programa de enriquecimiento de uranio desde su reporte de noviembre de 2011. Ahora, la postura racional de Dempsey ha sido superada por la de Norton Schwartz, el beligerante comandante de la Fuerza Aérea.
“La calma previa a la tormenta”, así es como los expertos israelíes describen la cuenta regresiva hacia un ataque unilateral de su país contra Irán y hacia la reunión de hoy entre su primer ministro Benjamin Netanyahu y el presidente estadounidense Barack Obama.
El jueves 23, el premier Benjamin Netanyahu emitió una advertencia: “Paren esta cháchara. Causa daño”, instruyó a su gabinete ministerial. “No deberíamos estar dando tanta información sobre este asunto.” En todo caso, lo que más preocupa a Estados Unidos no es lo que Netanyahu dice, sino lo que no dice. En privado, los funcionarios israelíes reconocen que las sanciones van más allá de sus expectativas iniciales. Pero luego, se preguntan porqué es necesario envolver en ambigüedad la fecha de un potencial ataque contra Irán si no es con fines tácticos.
ATAQUES EN PRIMAVERA
En declaraciones a The Washington Post, el secretario de Defensa de Estados Unidos, León Panetta, señaló como posible fecha para el ataque, la primavera boreal. Las declaraciones de Panetta apuntaban más a tranquilizar a Tel Aviv que a intranquilizar a Teherán. Los israelíes no tienen expectativas de que una amenaza de ataque israelí disuada a Irán de perseguir su carrera nuclear, pero puede impedir que el frente internacional contra Teherán baje su guardia.
“Hasta ahora, la opción militar demuestra ser un éxito diplomático”, escribe el columnista israelí Ari Shavit. “Se las ha arreglado para sacudirle a la comunidad internacional su apatía y hacer un aporte definitivo a la intensificación del bloqueo diplomático y económico contra Irán.”
El vacilante Obama no quiere crear la impresión de que Israel lo arrastra a un ataque contra Irán, pero el grado de coordinación entre los dos países aliados es tal que si Israel ataca, a Estados Unidos le resultará extremadamente difícil convencer a la comunidad internacional –especialmente a los Estados árabes– de que no sabía que el Estado hebreo actuaría unilateralmente, o de que no quería que lo hiciera.
Lo cierto es que Obama no confía en Netanyahu, y Netanyahu tampoco confía del todo en Obama. “Si el presidente quiere impedir un desastre, debe darle a Netanyahu garantías férreas de que Estados Unidos frenará a Irán de cualquier modo que sea necesario y a cualquier precio, después de las elecciones. Si Obama no hace esto, obligará a Netanyahu a actuar antes de las elecciones de 2012”, escribió Shavit en la edición de fin de semana pasado del diario israelí Haaretz.
PARA GANAR VOTOS
La inminente guerra contra Irán ya se ha incorporado al debate electoral en Estados Unidos. Un amplio grupo de senadores de Estados Unidos considera que hay que “impedir” que Irán fabrique la bomba nuclear y respaldan una invasión del país islámico si el presidente Barack Obama lo considera necesario. La declaración figura en una resolución de 32 legisladores estadounidenses presididos por el republicano Lindsey Graham y el senador independiente Joe Lieberman, todos del Comité de Seguridad Nacional del Senado de Estados Unidos.
El documento considera “vital” para Washington “impedir que el gobierno de la República Islámica de Irán adquiera la capacidad para crear armas nucleares” y, además, aprueba la política de Estados Unidos de privar a Teherán de tales capacidades.
“Esta resolución no es una autorización de la fuerza militar”, aseguró el senador Lieberman. Sin embargo, paradójicamente, agregó que Obama “puede esperar el respaldo amplio de ambos partidos del Congreso de Estados Unidos” en caso de que, siendo el comandante en jefe, decida realizar en un momento dado “un golpe militar contra los sitios iraníes de armas nucleares”.
Esta declaración es la mejor carta de bienvenida que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, puede recibir antes de su encuentro con Obama. El diario Wall Street Journal, precisó que el mandatario estadounidense, presionado por los grupos de influencia proisraelíes, podría adoptar la postura más dura contra Teherán. A su vez, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, admitió la línea estadounidense de que todas las variantes están sobre la mesa.
Walter Goobar