Sigue la vertiginosa carrera de las primarias para los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos el próximo mes de noviembre. Este fin de semana ha sido intenso tanto para los candidatos demócratas como para los republicanos.
El pasado sábado, Bernie Sanders consiguió sumar dos triunfos más en los caucus de Kansas y Nebraska. Un nuevo impulso para el senador que le permitirá tomar un poco de aire. Por ahora Sanders ha acumulado triunfos en siete estados.
Aún así, la candidata Hillary Clinton arrasó en Louisiana y sigue manteniendo el liderazgo en la disputa como para la candidatura. Su triunfo, una vez más, se debe al apoyo que la exsecretaria de Estado obtiene en los estados del sur, de mayoría afroamericana.
El próximo desafío será este martes en las primarias que se celebrarán en el estado de Michigan, donde se repartirán 147 delegados más, y Misisipi.
Tensión en casa de los republicanos
Louisiana y Kentucky fueron los dos estados en los que el candidato republicano Donald Trump ganó este domingo. El buen discurso y posicionamiento de su rival, Ted Cruz, no fue suficiente para arrebatarle la mayoría de diputados. Así ha conseguido ya 378 delegados, 83 más que el senador por Texas, gracias a los 10 triunfos en 15 de las citas electorales.
El avance imparable del magnate neoyorquino activó las alarmas de las élites republicanas, que ven como se esfuma su esperanza de reconducir la elección del senador de Florida Marco Rubio.
Desde el Super Martes del pasado 1 de marzo, el número de miembros del establishment republicano que intentan que la candidatura de Trump descarrile ha crecido sustancialmente. Esto ha inmerso el Partido Republicano en una crisis identitaria que amenaza con fracturar el partido entre los partidarios y detractores del multimillonario.