EEUU y Trump: El por qué del inesperado ‘sorpasso’

Los estados determinantes, el perfil de sus votantes, su retórica, sus capacidades, el voto a los terceros, etc. son algunos de los factores que definieron la victoria del republicano. Este miércoles, las reacciones y los interrogantes que se abren son los otros protagonistas.

EEUU y Trump: El por qué del inesperado ‘sorpasso’

Autor: Meritxell Freixas

El mundo se despertó este miércoles con el sillón reservado en la Casa Blanca para Donald Trump. Contra todo pronóstico, será el 45º presidente. El mundo quedó en estado de shock y se empezó a preguntar cómo este personaje racista, xenófobo y misógino puede encabezar el gobierno de la que quiere permanecer como primera potencia mundial.

Donald Trump

A todos se nos olvidó que Trump fue capaz de superar un proceso de 56 primarias y de barrer con 16 candidatos que, a diferencia de él, ya acumulaban dilatadas trayectorias políticas, com Jeb Bush, Ted Cruz o Marco Rubio. Y también se nos olvidó que el mundo occidental viene desde hace años sumergiéndose en una profunda crisis política que, de paso, se lleva por delante muchos de los valores de los que ha alardeado desde hace siglos. Prueba de ello fue el inesperado Brexit del pasado mes de junio o el auge de la ultra derecha en los últimos años.

Todo esto se constata con el análisis demográfico de los estados tradicionalmente demócratas como Michigan, Ohio, Pensilvania y Wisconsin pero que han elegido a gobernadores republicanos desde 2010. Se trata de zonas con más del 80% de población blanca, de clase trabajadora. Así, tanto el Bible Belt – el Cinturón Bíblico-, donde la derecha evangelista tiene un peso importante, como en el Rust Belt -el Cinturón de Óxido-, la zona industrializada alrededor de los Grandes Lagos destruida por las deslocalizaciones y la recesión, se convirtieron en el pasaje hacia la victoria, que empezó a dibujarse a partir de las 21:30 (hora chilena) con el estado de Florida ya en el bolsillo (en parte gracias al voto de cubanos y puertoriqueños, que votaron distinto a mexicanos y otros colectivos) por un estrecho margen de diferencia que, finalmente, alcanzó los 2 puntos.

Precisamente en muchos de estos estados, hay que subrayar también la incidencia del Partido Libertario y de los Verdes, que sumaron más del 3% y el 1% de los votos respectivamente. De hecho, Gary Johnson, exgobernador de Nuevo México y líder de los libertarios, fue decisivo en Pensilvania, Wisconsin, Michigan, Florida y Arizona, donde estaban en juego 76 votos electorales que hubieran podido dar la victoria a Clinton.

La conclusión: las encuestas no reflejaron la profunda penetración de su mensaje proteccionista para recuperar lugares de empleo industrial perdidos por la globalización -prometió crear 25 millones de puestos-, así como su retórica antiinmigración. Trump habló a un electorado que, en parte, practicó el voto oculto porque no compartía el discurso trumpista pero sí sus propuestas y la idea de que alguien que se dice «antisistema» o «antiestablishment» -a pesar de ser un multimillonario enriquecido con el sistema y creador de desigualdades- arreglará la situación de precariedad que los acecha desde los últimos años.

Ahora el presidente electo tendrá que conducir un país fracturado, con una clara división entre la población blanca, rural y conservadora, a quien dirigió su primer twit como ganador- versus otra diversa, progresista y urbana, ambas cada vez más alejadas. El mapeo electoral lo reflejó claramente esta noche: en los estados donde ganó el republicano, el voto rojo se concentró en las zonas rurales mientras las ciudades se pintaban de azul. Pensilvania, el que proclamó a Trump como nuevo presidente a las 3:40 de la madrugada, fue un claro ejemplo de eso: Filadelfia y Pittsburg quedaron como zonas claramente demócratas, mientras el resto quedó marcado en rojo.

Economía en shock

El primer efecto del triunfo del magnate neoyorquino se reflejó en las bolsas a nivel mundial. Cuando Trump superó los 270 delegados necesarios para ser presidente se registró un momento de pánico en los paquetes internacionales. El Íbex-35 lideró las caídas a los principales mercados del continente. En general, la mayoría de entidades bancarias del índice europeo empezaron el día en números rojos superiores al 2%.

Por otra parte, entre las bolsas asiáticas, el Nikkei japonés cerró la sesión con una caída superior al 5%, mientras que la bolsa china del CSI300 perdió un 0,5% y Shangai lo hizo con un 0,6%.

La moneda más castigada será el peso mexicano, que llegó a bajar un 13% y alcanzó su mínimo histórico. Sin embargo, el dólar cayó respecto al euro y al yen japonés.  Además, el efecto Trump podría perjudicar también los mercados asiáticos, en especial el chino, por ser uno de los grandes exportadores hacia el comercio americano.

El miedo económico empezó a moderarse minutos después de que Donald Trump compareciera para ofrecer su primer discurso como ganador. Con una retórica en clave positiva, obvió los mensajes proteccionistas que tanto miedo dan a los mercados internacionales e insistió e la necesidad de tejer acuerdos entre países.

Se escuchó a un Trump conciliador y más moderado que sirvió a las bolsas internacionales para empezar a digerir la nueva realidad estadounidense.

El país y el mundo reacciona

En plena caña electoral, este miércoles la candidata derrotada Hillary Clinton compareció en Nueva York para dar declaraciones.

«Ayer llamé a Donald Trump y lo felicité y me ofrecí a trabajar con él», dijo la demócrata que fue recibida con aplausos. «Lamento mucho no haber ganado esta elección. Gracias por permitirme ser su candidata, ha sido uno de los mayores honores de mi vida», añadió.

La candidata demócrata verbalizó ante su público que «Trump va a ser nuestro presidente» y apeló a recibirlo «con mente abierta y la oportunidad de liderar». «Hemos visto que nuestro país está más dividido que lo que pensamos. Pero todavía creo en EEUU, siempre lo haré», agregó.

Por su parte, el presidente en funciones Barack Obama, quien llamó al ganador para felicitarle, dijo este miércoles que sobre todo, le desea éxito a Donald Trump, quien será su sucesor, pues al fin de cuentas es en beneficio del país.

Sobre lo expuesto por Trump, afirmó sentirse alentado por lo dicho tras el discurso de victoria, que fue más conciliador que su retórica habitual. Obama aseguró que la candidatura de Clinton fue «histórica», principalmente porque es la primera vez que una mujer es aspirante.

A nivel internacional, las primeras felicitaciones al multimillonario llegaron desde Francia, de Marie Le Pen, líder del partido de ultra derecha.

También el presidente ruso, Vladimir Putin mandó un telegrama para felicitar al ganador y expresarle su deseo de trabajar conjuntamente para mejorar el estado de las relaciones ruso-americanas y buscar respuestas conjuntas a las amenazas a la seguridad global. Algo que Trump tendrá que evaluar ya que sus programa era claramente no injerencista.

Por su parte, el canciller ruso, Serguei Lavrov, insistió que Trump tiene que pasar de las palabras a los hechos: «Escuchamos muchas cosas, pero juzgaremos por los hechos y contestaremos un hecho con otro».

Desde Europa, la preocupación por la victoria del republicano fue más que evidente. En una carta conjunta a los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, llamaron a Trump a reforzar la alianza entre ambos bloques a través de la «cooperación estrecha» para «marcar la diferencia cuando enfrenten a retos sin precedentes», dice la misiva.

La mayoría de líderes europeos optaron por la prudencia ante la victoria de Trump y pocos admitieron las complicaciones que su triunfo supone para el Viejo Continente. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schluz, es de los pocos que se atrevió a admitir el nuevo escenario y habló de que «será difícil» trabajar con el futuro presidente de Estados Unidos.

El presidente de Francia, Françoise Hollande, reconoció que la victoria de Trump «abre un período de incertidumbre» y llamó a los socios europeos a mantenerse unidos.

Por otro lado, la canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que cooperar con EEUU continua siendo uno de los pilares de la política exterior de su país.

La primera ministra britànica, Theresa May, también lo felicitó y aseguró que Gran Bretaña y Estados Unidos seguirán siendo «socios fuertes en comercio, seguridad y defensa».

El presidente turco Tayyip Erdogan, por su parte, dijo que la victoria de Trump dará lugar a medidas positivas para Oriente Medio, mientras que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, quien estuvo implicado en un conflicto diplomático con Obama recientemente, felicitó al magnate y dijo que espera poder trabajar conjuntamente para mejorar la relación entre ambos países.

Desde Asia, el jefe de gabinete del gobierno japonés Yoshihide Suga aseguró que «Japón cooperará estrechamente con EEUU para la paz y la prosperidad en Asia, el Pacífico y el mundo». Mientras, el ministerio de Exteriores de China se mostró dispuesto a cooperar con Trump «para asegurar la continuidad de las relaciones bilaterales en beneficio de ambos países». Detrás de las palabras, pero, hay un temor real de China por si Trump decide implementar sus promesas de adoptar medidas proteccionistas para crear más empleo en EEUU, algo que afectaría mucho a la economía china.

Mil interrogantes abiertos

La noche de este martes dejó muchas preguntas abiertas encima de la mesa que tendrán respuesta en los próximos días, pero sobre todo, durante los cuatro años del mandato de Donald Trump. Uno de los grandes interrogantes tiene que ver con la relación entre Trump y el Partido Republicano. Han sido varios los congresistas que rechazaron la candidatura de Trump o que optaron por no darle apoyo. ¿Cómo logrará convencerles de algunas de sus políticas?

Si bien es cierto que tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes los republicanos obtuvieron la mayoría (a pesar de que las cifras aún no se dan por definitivas), no todos comparten medidas como el muro en la frontera con México, que podría convertirse en el Guantánamo de Trump, su piedra en el zapato, su promesa (afortunadamente) sin cumplir.

Sobre sus propuestas, muchas cuestiones quedan al aire: ¿Cómo logrará terminar con el Daesh aplicando políticas aislacionistas?O  ¿cómo definirá su relación con la OTAN,  Europa, Asia y Rusia?

¿Qué pasará con el legado de Obama? Los acuerdos para el cambio climático, el cuestionado sistema de salud ObamaCare, las nuevas medidas migratorias, etc.?

Todas estas preguntas se responderán a partir del próximo 20 de enero de 2017, fecha establecida por la Constitución del país para jurar el cargo. Mientras, habrá que estar atentos a los nombres que le acompañarán en su gobierno para saber si las intenciones del ahora ya futuro presidente pasan por disminuir la dosis de radicalidad, como apuntó su primer discurso, o si, por lo contrario, el show empieza en 3, 2, 1…

Meritxell Freixas

@MeritxellFr


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