La unidad de los sectores políticos y sociales que se encuentran fuera de la Nueva Mayoría, o de la Concertación según la década que cada uno recuerde, y de la Derecha ha sido por momentos un sueño e incluso un anhelo para aquellas y aquellos que ven en los acuerdos fraguados en los ochenta para alcanzar la democracia como una traición.
Tras dos décadas y media de binominamlismo, acuerdos entre cuatro paredes, cocinas y aportes de los grandes grupos económicos para sostener un modelo en el que la ciudadanía ha quedado fuera de todo espacio protagónico, que revisando la historia de esta larga y angosta faja de tierra lo ha tenido en contadas ocasiones.
Pero el contexto actual donde la transitoria institucionalidad se encuentra cuestionada, con demandas sociales concretas – como hemos podido ver en materia de educación o pensiones – se ha abierto una ventana para que dichas aspiraciones puedan llegar a concretarse. De esta forma, ha comenzado a fraguarse tras un trimestre de conversaciones la alternativa al binominal.
El pasado 21 de enero se llevó a cabo el primer encuentro abierto del Frente Amplio, convergencia de once organizaciones políticas y sociales que plantean su acción política fuera de los cánones tradicionales y que buscan llevar a cabo las transformaciones que la gran mayoría de las chilenas y chilenos aspira.
De hecho ese puede ser el gran desafío de este novel espacio. No ser una alternativa más, sino que ser una verdadera opción de mayorías.
De esta forma una de las preguntas frecuentes que se realizan a todos los actores que participan de este espacio, es saber si sólo corresponde a un pacto electoral para el presente período o busca ser una convergencia que vincule el trabajo político, territorial y electoral.
En conversación con El Ciudadano el diputado Gabriel Boric, militante del Movimiento Autonomista, este nuevo conglomerado «debe constituirse como un espacio con proyecciones más allá de lo electoral. Estamos convocando a la ciudadanía a recuperar nuestra democracia, a construir el país que queremos y a dejar de delegar en los mismos de siempre«.
Mientras que para Francisco Figueroa, vocero de Izquierda Autónoma, la constitución de este referente se basa en que «si queremos acabar con el pinochetismo con rostro humano vigente en Chile, tenemos que superar el bicoalicionalismo que lo sostiene. No lo lograremos siendo un tercer tercio, por lo que las elecciones de 2017 son un primer paso, el 2018 debemos sentar las bases de una nueva coalición democrativa y transformadora».
Por ello que al hito del pasado 21 de enero se le ha dado tanta importancia ya que, como sostiene la presidenta de Poder Ciudadano Karina Oliva, «este encuentro es el más relevante para las fuerzas transformadora desde el retorno de la democracia. Es la primera vez que se unen sectores políticos y sociales para enfrentar a la casta política y económica para transformar Chile bajo un sentido democrático«.
«Tenemos el objetivo de transformar Chile en una sociedad de derechos» agrega convencida Oliva.
En esta línea también se manifiesta Boric, recalcando el carácter colectivo de este proyecto y declara a este medio que «este proyecto colectivo solo tiene sentido si es capaz de convocar a los chilenos y chilenas que hoy no se sienten representadas«.
Proyección a Futuro
Uno de los elementos más complejo a la hora de concretar cualquier acción política tiene relación con el alto nivel de desconfianza de la ciudadanía con la política en general. de esta forma aventurarse en este proyecto se convierte en el desafío de devolver confianzas y reencantar a la ciudadanía.
«Aquí se sentarán las confianzas y aumentar las chances de incidir en la democratización del Estado para incluir los intereses de las mayorías excluidas» sostiene a este medio Figueroa a la hora de ser consultado sobre cómo se vislumbra el trabajo de este Frente.
Oliva, plantea que uno de los ejes centrales tiene relación con el protagonismo que debe asumir la ciudadanía para llevar a cabo cualquier proceso de transformación. Protagonismo que según señala «le ha sido restringido a partir de años de decisiones cupulares y a espaldas de la ciudadanía. El binominalismo se ha dedicado solo a gobernar y ponerse de acuerdo con los grandes grupos económicos«.
«Queremos ser la primera fuerza transformadora, con la ciudadanía siendo la protagonista» agrega la presidenta de Poder Ciudadano.
A su turno el diputado por Magallanes declara que «Tenemos que demostrar que es posible hacer política realmente democrática, participativa, transparente, para recuperar los derechos que este modelo de mercado nos ha arrebatado«.
En este sentido Figueroa agrega que para concretar estas proyecciones se debe lograr que el Frente debe «ser amplio para acabar con la dispersión de las fuerzas democraticas y antineoliberales, y acabar con la lealtad que pasivamente muchas agrupaciones mantienen con la concertación. Para lograrlo ninguna parte del Frente debe imponerlo sino que debemos ser capaces de definir colectivamente los criterios políticos que van a fundamentar la participación de todos«.
¿Amplio o Estrecho?
Sin embargo las críticas el desarrollo de este espacio no ha estado exento de críticas. La principal es el de ser un frente «estrecho», argumento esgrimidos por Marco Enríquez y el senador Alejandro Navarro – cuyo partido Pais suspendió su participación en el nuevo conglomerado – al no ser considerados por los miembros del Frente Amplio.
Enríquez ha señalado respecto del Frente Amplio que «dan una cuña en el diario diciendo ‘no queremos hablar con este, queremos ser puros y castos’» y mientras que desde Pais se ha señalado que las organizaciones integrantes “Tienen una dinámica estudiantil y de centro de alumnos”. Incluso más, el diputado Vlado Mirosevic, diputado del Partido Liberal (que es miembro del Frente) señaló esta semana en entrevista con El Desconcierto que se debe abrir espacio a otras organizaciones que no sean necesariamente de izquierda y declaro que «nos gusta más un frente progresista, donde ahí si nos sentiríamos parte. Sentimos que partidos de centro-reformistas igual deberían estar».
Sobre las críticas y observaciones sobre la posible estreches el diputado Boric expresa que «el Frente Amplio debe ser mucho más que la unidad de la izquierda, debe haber amplitud real que se exprese en trabajo territorial a lo largo y ancho de Chile. Pero eso no significa que renunciemos a tener principios que le den sentido a esta unidad en la amplitud«.
Reglón seguido, y con más dureza, Karina Oliva sostiene que «Navarro y Meo son actores políticos que representan a la política tradicional. Este no es un espacio para llegar si la ola te dejo o te despacharon desde la Nueva Mayoría. Aquí no se conjugan elementos personales, se conjugan elementos políticos, democráticos y de la ética política».
Punto en el que existe concordancia con Boric que agrega «lo que hemos acordado es que necesitamos construir una alternativa por fuera de la Nueva Mayoría, con total independencia de los poderes económicos y anteponiendo el proyecto colectivo sobre cualquier tipo de personalismo».
Finalmente, Francisco Figueroa apuesta por transparentar las posiciones de todos los actores que participen o que estén interesados de participar en el Frente Amplio y que «pongan sobre la mesa sus ideas y el tipo de transformaciones que están peleando, porque solo con un debate transparente se puede construir una unidad sustantiva y no solamente una instrumental para períodos electorales«.
@joserobredo
El Ciudadano