Desde que el proyecto de Reforma Laboral fue aprobado en la cámara de Diputados, han sido constantes las peticiones de la DC de revisar en profundidad el proyecto durante su tramitación en el Senado considerando sus “posibles efectos” en la productividad, el crecimiento y el empleo en un período de estancamiento económico.
Este discurso, en línea con lo planteado desde la derecha y los gremios empresariales, se ha fortalecido tras el giro que implementa el gobierno desde que la presidenta Bachelet resumiera la nueva etapa bajo el enigmático concepto de “responsabilidad sin renuncias”, con el que se selló el destino del “programa de reformas estructurales” de este gobierno.
Recordemos que tras ser aprobada en la cámara de de Diputados el senador, y miembro de la comisión de Hacienda, Andrés Zaldívar señaló que «se aprobaron las líneas que había planteado el gobierno. Ahora, todos los proyectos hay que revisarlos y ver si se pueden perfeccionar o no. El Senado no es un buzón. Hay un problema de crecimiento y hay que ver cómo abordarlo y afirmarlo y estamos con un problema de mantener la disciplina fiscal que es muy importante».
Mientras el senador Ignacio Walker señaló tras una reunión de los senadores DC con la ministra Ximena Rincón que «Hay necesidad de actuar como Cámara revisora, eso es el Senado, y por lo tanto introducir los perfeccionamientos y eventuales modificaciones. Por ello se debe apuntar a establecer un sistema que fortalezca los derechos colectivos de los trabajadores, pero siempre teniendo en cuenta cómo esto puede incidir en la productividad y crecimiento económico sostenible. No podemos equivocarnos».
Estas han sido sutiles pero claras advertencias respecto del trámite del proyecto en el Senado, considerando que la DC cuenta con 7 senadores, siendo la segunda fuerza política tras la UDI que cuenta con 8 senadores.
A lo anterior se suma una minuta de trabajo respecto de la Reforma Laboral desarrollada por René Cortázar, ex ministro del Trabajo y con línea directa con los principales grupos económicos del país, donde señala aprehensiones respecto del proyecto que se aprobó en la cámara de Diputados.
Entre los puntos que destacan de la minuta señalada, y que hoy aparece en diferentes medios, es que se indica la disposición de establecer el “reemplazo interno en huelga” y flexibilizar la posición respecto del reemplazo externo a los trabajadores en huelga. En ambos casos, se perdería lo avanzado en el primer trámite y se mantendría, de una manera solapada, el actual sistema de reemplazo en huelga.
Respecto de la sindicalización el texto desarrollado por Cortázar, junto con Zarko Luksic y Marcelo Albornoz, destaca que es “aconsejable mantener el 30% -de sindicalización- pero consagrar un sistema complementario” respecto de la actual situación de las pymes.
En cuanto a la titularidad sindical, que es la posibilidad de un sindicato de negociar colectivamente con una empresa, el documento dice estar de acuerdo lo señalado proyecto, aunque sostiene que se debe aumentar el porcentaje de 10% a un 40%-50% tratándose de un sindicato y de un 20-30% tratándose de dos o más, “para que sean verdaderamente representativos.
Y agrega que “no debemos perder de vista el principio de libertad de sindicalización, que está en el ADN de la DC, desde siempre”, por lo que propone que los beneficios negociados con el sindicato el empleador pueda hacerlos extensivos a los trabajadores no sindicalizados, esto con el fin de cuidar una “monopolización del sindicato”.
Estos serían los argumentos que el ala más conservadora de la DC presentaría para llevar a cabo las modificaciones al proyecto, los cuales se complementan con las posición que en bloque a tomado la derecha respecto de este proyecto, considerado como prioritario desde La Moneda.
Si bien el documento representa a una parte importante de la DC, la senadora por Magallanes, Carolina Goic, señala que “Cortázar dio su opinión personalmente y polemizó a través de los medios. Es una opinión que no es compartida dentro de la bancada de la DC. Aunque sí es una voz valiosa, pero su línea fue una minuta que solo son opiniones”.
Mientras el presidente de la DC, Jorge Pizarro, ha señalado, sin referirse directamente al documento de Cortázar, que “lo importante acá es buscar mejorar el proyecto dentro del acuerdo con el gobierno y por eso lo estamos trabajando con la ministra Ximena Rincón, con los diputados y con el resto de los parlamentarios de la Nueva Mayoría. En esto nosotros hacemos lo de siempre”.
En este punto debe considerarse que si la DC une sus votos a la derecha – donde se descartan en principio los senadores Araya, Matta y Goic – existe una posibilidad cierta de que el proyecto sea rechazado por el Senado y pase a una comisión mixta, donde la reforma presentada por el gobierno quedará en nada dada la negociación que debe darse para no perder el proyecto.
Dado el escenario que se configura la ambigüedad del gobierno sólo favorece a atorar aun más este proyecto. Y tal como dijo la diputada DC Yasna Provoste en entrevista con radio Universidad de Chile “yo en esto quiero insistir: la información que nosotros hoy día recibimos en la mesa directiva de la DC, fue que el Gobierno estaba cambiando su posición respecto de la Reforma Laboral, y en ese sentido sería muy importante que el Gobierno sincerara qué es lo que está pensando respecto de la Reforma Laboral”.
La jugada de los viejos cuadros DC dio efecto, el conflicto está ad portas, siendo el escenario ideal para la posición de los grupos más conservadores y nostálgicos de los “consensos” dentro de la Nueva Mayoría.