Las elecciones que se llevarán a cabo el próximo 19 de noviembre en el país -presidenciales, parlamentarias, cores y, quizás, gobernadores regionales-, están marcadas por el ambiente de desafección ciudadana con la política y pueden convertirse en el fin de los 26 años de transición binominal, dando inicio a un nuevo período político en el país.
Con el fantasma de la abstención como la gran amenaza de este proceso -se espera que participen cerca de ocho de los catorce millones de personas- se empieza a fraguar un tablero político que, a las claras, dará pie a una intensa disputa en el interior del Parlamento.
El escenario político se encuentra en proceso de cambio, con la irrupción de nuevos actores que vienen a renovar el tablero, el que hasta ahora se encontraba dominado por los representantes del modelo bipartidista que hoy se encuentra en severo entredicho tras la serie de casos de corrupción donde se han visto involucrados figuras de diferente tonelaje al interior de los partidos.
De esta forma, el período electoral que ya se vive, pero que formalmente se inicia con las primarias del 2 de julio, puede llegar a tener un carácter transformador para la correlación de fuerzas que hasta ahora convive en el Congreso, donde las nuevas fuerzas podrían dar un golpe al tablero, poner sus puntos en la mesa y tener la ocasión de incidir en el curso de la legislación de los próximos cuatro años.
Si bien el panorama se encuentra líquido aún, con la centroderecha concentrada en Chile Vamos, la Nueva Mayoría en el dilema de conformar una o dos listas parlamentarias (con la DC como eje del problema), el Frente Amplio y la concreción de su lista parlamentaria, más lo que pueden aportar al escenario el PRO y sus candidatos o los postulantes independientes, comienzan a hacerse públicos pronósticos con miras a la conformación del nuevo parlamento.
Lo único claro: El gobierno que asuma en marzo de 2018 no la tendrá fácil para sacar adelante cualquiera de sus promesas de campaña.
Escenario actual: La incertidumbre campea
Un gobierno aislado, con su coalición política partida en dos, la derecha apostando (casi) todas sus fichas a la figura del ex presidente Sebastián Piñera y el Frente Amplio irrumpiendo fuerte en la agenda a través de las precandidaturas presidenciales de Beatriz Sánchez y Alberto Mayol, junto con el desarrollo de las primarias parlamentarias, hacen que el escenario aparezca algo más atractivo que en años anteriores.
A esto se debe sumar la posible injerencia de las opciones de Marco Enríquez-Ominami, José Antonio Kast y otros candidatos de menor peso, pero que a la larga influirán en los resultados finales del 19 de noviembre.
Todos estos elementos fomentan la incertidumbre respecto a los resultados que se obtendrán en las elecciones de noviembre. Si bien, en materia presidencial se va cuajando un escenario más certero, para lo que se refiere a la parlamentaria las interrogantes afloran con mayor fuerza.
El académico y director del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, señala a El Ciudadano respecto del escenario electoral de este año que “va a explotar el número de candidatos a diputados y senadores (NDR: En las elecciones de 2013 la cantidad de candidatos fue: 470 diputados / 69 senadores), y estas cifras se van a duplicar o triplicar dependiendo el número de listas. En segundo lugar, si la Nueva Mayoría o la centroizquierda va en dos listas más la lista del Frente Amplio, o sea tres listas, eso va a favorecer a Chile Vamos por efectos mecánicos del sistema electoral, aunque no tendrá mayoría absoluta”.
De la misma manera, el decano de la Universidad del Desarrollo y uno de los expertos electorales de la coalición de derecha, Eugenio Guzmán, sostiene que este escenario se debe al redistritaje y el consecuente aumento de listas de candidatos, lo que dificulta cualquier pronóstico. Guzmán recalca que “tendremos más listas compitiendo; al tener distritos más pequeños se forzaba a negociar, lo que era una característica del binominal, por lo que la comparación de dos listas con varias listas genera resultados distintos”.
La imposibilidad de proyectar algún escenario a seis meses de la elección, cosa que se podía realizar con el modelo anterior de elección, tiene relación con una serie de factores que hasta ahora no existían, tales como la irrupción de las nuevas fuerzas y su capacidad de enfrentarse con los parlamentarios que buscan la reelección.
En este sentido el cientista político y académico de la UDP Claudio Fuentes, admite que “ciertamente aun no podemos proyectar a ciencia cierta por la cantidad de listas que se presentarán y porque tenemos que ver cuántos incumbentes van a la reelección, lo que será un factor importante para saber si habrá mayor renovación del parlamento”.
El también académico de dicha casa de estudios, Fernando García Nadaf, establece ciertas predicciones para el proceso electoral de noviembre próximo cuando declara a este medio que “con la información que disponemos y con el juego político que se está dando, no sabemos si existe un acuerdo PRO- Guillier o si la DC entra en este cuento. Si van en listas separadas todo indica que será perjudicial para los partidos de la NM y, en particular, para los candidatos de la DC. Habría una baja en la DC, algo en el PS y PPD. Un acuerdo con el PRO tampoco los beneficiaría mucho, ya que el voto presidencial de Marco no se traslada a la parlamentaria”.
Los escenarios que se fraguan hoy son complejos para el oficialismo: La división existente tras la definición de dos candidaturas presidenciales, Alejandro Guillier (PR, PS, PPD, PC, IC y MAS) y Carolina Goic, y la pugna consiguiente para definir si van en una o dos listas, los pone en desventaja frente a la derecha reunida en Chile Vamos, que con RN, UDI, PRI y Evópoli juntos en el pacto parlamentario, tiene la expectativa de lograr un mejor resultado electoral. Aunque un factor importante en esta disputa será, sin dudas, la lista parlamentaria del Frente Amplio.
Frente Amplio: Entra a la cancha
Una de las lecciones que se sacaron tras la elección municipal de octubre del año pasado por parte de las fuerzas de izquierdas o que se encontraban fuera del duopolio, era que para lograr resultados electorales importantes, era imperiosa concretar la unidad de las diferentes organizaciones.
El ejemplo del triunfo de Jorge Sharp en Valparaíso, vino a ser el impulso definitivo para dar el paso. Desde ser un músico que marca el paso a ser uno de los solistas de la orquesta.
Desde su lanzamiento en enero de este año la coalición de izquierdas, ecologistas y liberales, ha ido creciendo en conocimiento y penetración en la ciudadanía, a lo que se ha sumado una apuesta política que, a diferencia de intentonas anteriores, da a entender que la disputa viene en serio. Un ejemplo es participar de la primaria del 2 de julio para definir su candidatura presidencial y, de forma inédita, la definición de candidatos para el parlamento en siete distritos.
Estos elementos han permitido al Frente Amplio ser reconocido como un actor en las próximas elecciones, lo que hará aumentar su representación parlamentaria, que hasta ahora se reduce a tres diputados: Gabriel Boric (Movimiento Autonomista), Giorgio Jackson (Revolución Democrática) y Vlado Mirosevic (Partido Liberal).
Para García Nadaf, el Frente Amplio se encuentra en una posición expectante ya que “este nuevo escenario político hace que bajen los umbrales de electividad que permite la entrada de nuevos grupos. Para el caso del FA, con la candidatura de Sánchez y el proceso de primarias, todos los análisis estiman que tendrá una bancada que varía entre 12 y 15 parlamentarios, lo que es importante”.
A su turno, Mauricio Morales se atreve a proyectar que “de acuerdo a los resultados de los concejales, es que logre entre 6 y 10 diputados, más de eso sería un éxito rotundo. Conseguir una bancada cercana a los 10 diputados es un muy buen resultado y ahí está el desafío de crecer en las zonas rurales. Arica, Valparaíso, Metropolitana, Bío Bío y Magallanes son sus puntos fuertes”.
Quien presenta dudas, casi de forma obvia, es Eugenio Guzmán el que cree que el Frente Amplio tiene en la candidatura presidencial de Beatriz Sánchez su punto fuerte, el que no se trasladará a sus postulantes al parlamento. De esta forma declara a El Ciudadano que “una es la figura de Sánchez, que puede captar votos de la izquierda y de la izquierda de la Nueva Mayoría pero otra cosa es la lista del FA, que en las municipales pasadas, salvo el caso de Sharp y dos alcaldes más, el impacto fue más bien bajo. Si el FA no tiene candidatos de peso tendrá que verse la cara con los incumbentes y ahí la tendrá muy difícil”.
Mientras tanto, Claudio Fuentes expresa a este periódico que “hoy son tres diputados, pero podría haber entre cinco a diez. Si lo hacen bien, eso podría ayudar a aumentar la presencia en el Congreso”.
Congreso 2018 ¿Tierra hostil para el nuevo gobierno?
Ahora, en las condiciones previstas por los especialistas, el gobierno que asuma el próximo 11 de marzo la tendrá difícil a la hora de legislar gracias a lo variopinto que será el Congreso, en especial en el hemiciclo de diputados.
Claro, la conformación ya no será binominal, y si bien las cifras aún no son del todo claras, los partidos tradicionales dejaran de tener la omnipresencia y deberán reformar su forma de hacer política en el parlamento.
Al respecto, Guzmán afirma que “vamos a tener un congreso fragmentado, claramente, considerando el escenario que tenemos actualmente. Agosto será el mes cuando tendremos la claridad, porque tendremos a los candidatos jugando”. Esto es ratificado por Fuentes, el que agrega que “como va a haber más fragmentación política en el congreso, sumado al problema de la interna de la Nueva Mayoría, para cualquier presidente será difícil la gobernabilidad, donde donde la llave estará en negociar con todos los bloques”.
García Nadaf, en tanto, coincide con sus colegas académicos respecto a que la conformación del Parlamento hará compleja la gestión de gobierno, pero destaca la iniciativa legislativa de modificar el sistema de gobierno presidencial a uno semipresidencial. Este proyecto, que está en el congreso, y que es bien transversal, permitiría al Parlamento “estar algo más empoderado y nos estaríamos acercando a un sistema donde se dé una nueva forma de gobernabilidad, con distintos equilibrios partidarios”.
A su turno, Mauricio Morales cree que lo variopinto de la conformación del Congreso también se verá reflejado en el Frente Amplio donde “se verán varios colores, por lo que tendremos más de algún conflicto allí”.
Participación electoral: El desafío de noviembre
Progresivamente, desde que se instaló el sistema de voto voluntario, los niveles de participación electoral se han manifestado a la baja. En las elecciones de 2012 y 2016 no superó el 40% de votantes, mientras que en la presidencial de 2013 alcanzó un poco más del 50%.
De esta forma, la cantidad de votantes que se acerquen a las urnas pasan a convertirse en un factor importante a la hora de las definiciones, ya que el voto tradicional se distribuye en el binominal, mientras que los nuevos votantes se acercan más a las fuerzas emergentes.
De esta forma, en el mejor de los casos, se proyecta que la participación alcanzaría como máximo al 60% de votantes registrados, casi ocho millones y medio de personas.
Según Mauricio Morales “el escenario podría cambiar con una “superparticipación”, que estaría en el rango del 60%. Si la participación llega a subir 10 puntos porcentuales, respecto de la presidencial de 2013, sería inesperado de cara a los niveles de desafección. Lo que sería estar en las cifras que se daban en las elecciones anteriores al voto voluntario”.
En este escenario, los académicos consultados sostienen que el conglomerado que tiene un gran desafío a la hora de motivar la participación electoral es el Frente Amplio. Al respecto, Claudio Fuentes sostiene que el FA tiene su fuerza movilizadora en los sectores altos y medios, ya que los estratos más bajos se han excluido del sistema político-electoral, y por ende “es muy importante movilizar gente nueva y que vote por ellos. Si logras un aumento 10 o 15 por ciento de participación tendrá una influencia en la conformación del congreso. Ahora dudo que aumente la participación electoral, lo que hemos visto no es que vaya más gente sino que es el mismo padrón que vota por otras opciones”.
García Nadaf, en tanto, cree que dado el proceso de superación de los partidos tradicionales, que hoy se encuentran en proceso de descomposición dada la crisis de legitimidad ciudadana que les afecta, es la plataforma para incitar la partición electoral y que la movilización de nuevos votantes puede activarse a partir de “la agenda que levanta el FA, lo que guiaría su ruta en el parlamento”.