Pese a la debilidad de la denuncia, el fiscal federal Gerardo Pollicita requirió abrir la investigación contra Cristina Fernández de Kirchner y otros funcionarios del Gobierno por presunto encubrimiento del atentado a la sede de la asociación judía AMIA perpetrado por iraníes en julio de 1994 que denunció Nisman antes de morir.
El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, calificó este paso del fiscal de «maniobra de desestabilización democrática» y señaló que la imputación «no tiene ningún valor, ni importancia» en términos judiciales, si bien provocaría «estrépito» en la sociedad, informa ‘La Nación‘.
Alberto Nisman fue encontrado sin vida el 18 de enero en el baño de su casa en Buenos Aires con un disparo de revólver de pequeño calibre en la cabeza. La presidenta de Argentina puso en duda que el fiscal general del caso AMIA se suicidara, suponiendo que a Nisman lo usaron para atacar al Gobierno.