Madonna recibió 1,25 millones de dólares por actuar en la final del Festival de Eurovisión celebrado este sábado en Israel.
Cada actuación de Madonna está llena de polémicas que dan de que hablar durante días, como es el caso de la que tuvo lugar la noche de este sábado, en la gala final del Festival de Eurovisión que se celebró en Tel Aviv.
Durante semanas varios artistas y organizaciones sociales levantaron sus voces para que no actuara en el espectáculo por solidaridad con Palestina por el asedio israelí.
Sin embargo, la reina del pop finalmente actuó, pero saliéndose con la suya: consiguió colar las banderas de Palestina e Israel en la espalda de dos bailarines que se abrazaron mientras subían una escalera.
De este modo, la presentación de su nuevo tema “Future” (futuro), fue el vehículo perfecto para lanzar un mensaje de paz a las más de 200 millones de personas que sintonizaron el festival en todo el mundo.
Antes de actuar, Madonna ofreció una entrevista a uno de los animadores del evento y se refirió al “ poder de la música para unir al mundo», pero nadie imaginaba lo que estaba por ocurrir.
La respuesta de Israel, que organizó este año Eurovisión, no se hizo esperar, y a través de un comunicado, rechazó la actuación de la cantante norteamericana.
“En la transmisión en vivo de la gran final del concurso de canciones de Eurovisión, dos de los bailarines de Madonna exhibieron brevemente las banderas israelíes y palestinas en la parte posterior de sus trajes. Este elemento de la actuación no fue parte de los ensayos que se habían acordado con la EBU y la emisora local, KAN. Eurovisión es una celebración no política y Madonna se estaba al tanto de esto”.
El descontento del Israel con la acción reivindicativa de Madonna fue tal que decidió censurar la actuación, y no colcarla ni sus perfiles en las redes sociales como todas las demás que se presentaron sobre el escenario de Tel Aviv. Sin embargo el video se viralizó a través del Internet.
La estrella pop no fue la única que causó polémica respecto al conflicto entre Israel y Palestina.
Los integrantes de Hatari, el trangresor grupo que representó Islandia, decidieron mostrar banderas palestinas durante el periodo de votaciones, algo que no sorprendió a nadie debido a que en más de una ocasión habían dejado muy claro su compromiso de aprovechar esta plataforma para mostrar la verdadera“cara de la ocupación” israelí.
La «traición» de Madonna a Israel
Israel obtuvo el derecho a ser la sede del evento después de que su representante Netta Barzilai se llevara el premio del año pasado con su himno pop “Toy”.
El gobierno de Benjamín Netanyahu trató utilizar el concurso para tratar de lavar su imagen y presentarse como un país tolerante, diverso, moderno y cosmopolita.
Pese a la falta inicial de presupuesto y los retrasos logísticos, la producción israelí se esmeró por presentar un show que deslumbrara a los televidentes.
Aparte de las canciones de los 41 países participantes, la actuación de Madonna era la atracción principal, por lo que el multimillonario canadiense-israelí Sylvan Adams pagó de su propio bolsillo 1,25 millones de dólares para que la cantante actuara en la gala final.
A pesar de los mejores esfuerzos de Israel por promocionar su marca, la controversia y el rechazo a su política de agresión en Gaza prevalecieron. Los 1,25 millones sirvieron para que en los medios de todo el mundo aparecieran los bailarines de Madonna abrazados portando las banderas palestinas e israelíes.
La próxima edición de Eurovisión se celebrará en Holanda, luego de la victoria de su representante, Duncan Laurence. Habrá que esperar un año para conocer cuál será la nueva polémica.
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