Putin acusó al líder comunista de haber puesto en riesgo la estabilidad del Estado por darle el mismo rango jurídico a todas las repúblicas, destacando que “eso fue como plantar una bomba de tiempo”.
También criticó la represión que acompañó el nacimiento del estado soviético, así como la decisión de Lenin de mandar a ejecutar al Zar, sus familiares, empleados, médicos, sacerdotes y burgueses.
En respuesta a esas declaraciones algunos miembros del Partido Comunista reaccionaron negativamente. El parlamentario comunista Sergey Obukhov, señaló que no era el primer sentimiento anticomunista de Putin, y la historia no le perdonará eso, según información del medio “Russia Today”.
En defensa, el mandatario insistió en destacar que su cuestionamiento original sólo hacía eco al debate en relación a Lenin y Stalin de acuerdo a cómo estructuraron a la Unión Soviética.
Por otro lado, también se defendió asegurando que le gustaban y la gustan las ideas comunistas, “si vemos el código moral del constructor del comunismo que tuvo una amplia circulación en la Unión Soviética, se parece mucho a la biblia, y no es broma. Es una especia de extracto, pero las ideas son muy buenas: igualdad, fraternidad, felicidad”, enfatizó.
Asimismo, dijo que a diferencia de muchos funcionarios, todavía conserva su carnet del Partido Comunista, “el Partido Comunista de la Unión Soviética se disolvió y mi carné anda por alguna parte. Yo no fui miembro del partido por obligación. No puedo decir que fuera un comunista ideológico, pero el comunismo me imponía mucho», dijo a la prensa del país europeo.
Finalmente, Vladimir Putin, uno de los hombres más poderosos del mundo, según una investigación pública realizada en Reino Unido, es el responsable de aprobar el asesinato del ex espía ruso, Alexander Litvinenko en 2006, quien falleció producto de un envenenamiento con polonio.
Por Francisca Arriagada.
El Ciudadano