Todo esto es discutible desde nuestro punto de vista, partiendo por cuestionamientos a la construcción de los índices para medir las afirmaciones anteriores hasta los temas cualitativos de la calidad de vida en el país.
La afirmación de que somos superiores al resto de la región es una construcción histórica de las clases dominantes en nuestro país, es un discurso ideológico para entre otras cosas impedir que Chile sea parte de la unidad latinoamericana, del sueño bolivariano de la patria grande. Un discurso afin a la estrategia del imperio o de los imperios para mantener a la región dividida.
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Debemos entender que las clases dominantes que se han establecido en nuestro país, hasta nuestros días, desde los primeros colonizadores españoles, familias que se fueron volviendo “nobles” en el saqueo, siguiendo con el nacimiento de la burguesía industrial y latifundista del siglo XIX y XX y el actual empresariado emblemático, fueron creando a los largo de la historia su propia concepción histórica , una narración de los distintos hechos que fueron ocurriendo en estos 200 años y un poco más de historia republicana.
Basado en rostros adecuados a los intereses de los sectores de poder, como Pedro de Valdivia, Diego Portales, Domingo Santa María, Arturo Alessandri, Carlos Ibáñez, etc. Dejando en el olvido por motivos políticos o minimizando su participación por sus ideas a personajes como Lautaro, Los Carrera, Manuel Rodríguez, Francisco Bilbao, Luis Emilio Recabarren y Clotario Blest. Es decir el relato de las clases dominantes tienen sus propios héroes, sus propios hechos, sus explicaciones de por qué somos lo que somos.
Si recordamos algunos conceptos, el término “Nacionalismo” fue utilizado en primera instancia por la naciente burguesía, ya que, en sus inicios, los pueblos feudales que en sus raíces encontraban costumbres, ideas, una cultura en común, se enfrentaron a los señores y por sobre todo a las distintas monarquías europeas por su liberación. El capitalismo ha usado siempre la idea del nacionalismo para generar los conflictos entre todos los pueblos hermanos, sobre todo en los últimos siglos (XIX y XX), especialmente entre los países del tercer mundo, entregando las ganancias de esas contiendas militares a las potencias imperialistas. El mejor ejemplo de esa idea son las guerras mundiales y la colonización de continentes como África y Asia por las grandes potencias europeas y los EE.UU, que en términos precisos, se repartieron el mapa mundial y con ello, todos los recursos naturales.
Las ideas de lo que somos, de las identidades nacionales y en ello conceptos como Patria han estado en conflicto y han sido usados para dividirnos, pero también en algunos casos han sido usados para construir alternativas anti imperialistas y revolucionarias, como en nuestro continente son los ejemplos del bolivarismo y especialmente de Cuba en base al mensaje de Martí, donde el enemigo no son los países latinoamericanos sino el imperio gringo. Esta concepción implica la necesidad de la unidad de latinoamerica.
En ese sentido cierto marxismo debe hacerse una revisión, ya que, hasta el día de hoy, algunos intelectuales o en el programa o proyecto político de algunas organizaciones revolucionarias, las ideas sobre patria ha sido llevada solo a interpretaciones negativas.
Hoy en nuestra actualidad, la sociedad chilena está enfrascada en discusiones con nuestros países hermanos, por motivos históricos, específicamente con los pueblos hermanos de Perú y Bolivia, recordemos que esa disputa viene de los hechos sucedidos en la “Guerra por el Salitre o Guerra del Pacifico” entre 1879-1884 donde estas naciones se enfrentaron, apoyadas por el imperio Británico y Alemán para obtener los derechos de explotación en los recursos salitreros de la zona. Las consecuencias de esta guerra solo trajeron muerte de miles personas y no importando que fuese el ganador, el salitre quedaba en manos de los ingleses y alemanes.
Unas semanas atrás, se inició la campaña por parte del estado chileno contra el estado boliviano, ya que el gobierno de la Paz levantó la demanda de una salida al mar con soberanía boliviana. Es lamentable observar que elementos como la “selección de futbol”, el 18 de septiembre que es día de la fiesta nacional sean tomados como referentes para tomar una posición nacionalista negativa para la integración latinoamericana. En la coyuntura actual tenemos el conflicto con Bolivia y como el pueblo Chileno rechaza con fuerza la petición del pueblo de Bolivia, aplaude la actitud del gobierno, que solo busca en algunas declaraciones desafiantes, buscar la unidad de los sectores políticos neoliberales y subir en las encuestas de aprobación.
Frente a estas reacciones, con nuestros vecinos limítrofes, tanto con los pueblos del Perú, Bolivia y la Argentina, países de nuestra América latina, países con el que tenemos historias de represión, dominación y estando en búsqueda de la liberación, tenemos que señalar que ellos deben ser nuestros aliados más próximos, que la salida al mar para Bolivia, debemos tomarla como un hecho, y sobre todo generar la conciencia del pueblo chileno, trabajando una campaña amplia con todas las organizaciones posibles. Tenemos que entender que el único enemigo al que debemos combatir con fuerza es al imperialismo norteamericano y las oligarquías de los distintos países de nuestra América.
Tenemos un gran esfuerzo que debemos realizar, solo el trabajo permanente se lograra cambiar culturalmente la conciencia del chileno común, de interesarle como fueron los diferentes procesos que han ocurrido en la historia de nuestro país, de quienes aportaron a la conformación de movimiento popular y sobre de instalar la idea de que américa latina es la “Gran Colombia” soñada por Simón Bolívar y que debemos en esa dirección buscar los lazos de la integración y la solidaridad desde los diferentes pueblos.
Fuente: El Rodriguista