A un mes de la visita de los dirigentes de Aysén a La Moneda, la lucha patagónica se mantiene al alero de una mesa negociadora dedicada a alcanzar acuerdo en cada uno de los puntos que inspiró las manifestaciones. Hoy, apagadas las barricadas y tras semanas de resistencia al abuso policial, la Mesa Social de Aysén, que mantuvo en vilo al Gobierno de Sebastián Piñera, avanza lento pero seguro, sin micrófonos ni cámaras de televisión que lo testimonien.
La protesta surgió sin timidez a mediados de febrero. Desde Aysén, la realidad de los chilenos excluidos de los placeres del centralismo de la capital detonaba sobre las pantallas del país en forma de barricada. Mujeres, jóvenes, trabajadores y estudiantes se acumulaban en los espacios públicos de la zona para cortar caminos, bloquear accesos e impedir la entrada de los cientos de uniformados que llegaban a la zona para silenciar el descontento generalizado.
“Hay que dialogar con realismo”, expresó entonces el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, despreciando las demandas que ya comenzaban a difundirse en el resto de Chile con la ayuda de las redes sociales virtuales. Además, el personero aseguró que la protesta era “totalmente injustificada”, lo que terminó por potenciar el rugido patagónico, sumando a más ayseninos y ayseninas que se volcaron a las calles.
La lucha comenzaba a desbordarse y el Gobierno respondió a su modo: una invasión de efectivos de Fuerzas Especiales llegó a la zona para aplicar «mano dura». Durante esos días, bombas lacrimógenas estallaron en los hogares de patagones y patagonas, otros cuantos sufrieron en carne propia los costos de exigir más dignidad. Teófilo Haro y Claudio Gallardo fueron sólo algunas de las víctimas de la violencia policial, perdiendo ambos un ojo a causa de un perdigón disparado por carabineros que aún no son castigados.
Sin embargo, esos balines disparados a quemarropa no fueron suficientes para acallar la protesta, que se defendió con el apoyo solidario de diversas regiones del país hasta causar la desesperación del Gobierno. El pasado 22 de marzo, los dirigentes aiseninos llegaron hasta la capital para sostener una reunión con el ministro Hinzpeter, donde sellarían «el primer éxito del movimiento»: el compromiso de retirada de las Fuerzas Especiales y el acuerdo de una zona franca para la región.
Tras la cita, no sólo los miembros de la institución policial abandonaron Aysén. Los periodistas de la mayoría de los medios, en tanto, dieron por terminado el conflicto y terminaron su cobertura. Sin embargo, tras la reunión con Hinzpeter, el movimiento ha continuado sin descanso las negociaciones. Según Misael Ruiz, uno de los voceros de la Mesa Social, el objetivo es conseguir “hasta el último acuerdo que hemos demandado”.
LA MESA SOCIAL Y LOS ACUERDOS ALCANZADOS
Los 11 puntos del petitorio de Aysén se dividieron así: rebaja al combustible y gas licuado, salud como un derecho (envío de especialistas a la zona y equipamiento de recintos hospitalarios), equidad laboral (instalación de un sueldo mínimo regionalizado, nivelación de zona), generación de un plebiscito vinculante que consulte a la comunidad de proyectos importantes para la zona, educación (universidad regional y fin a la precariedad de la educación escolar), regionalización de recursos naturales, mejoras en las condiciones de pesca, servicios básicos (reducción del costo de electricidad, agua, alimentos y zona franca), subsidio para el transporte, rutas de acceso para los campesinos y subsidio a la vivienda.
En función de ello, la Mesa Social trabaja dividida en 6 mesas técnicas que se encargan de trabajar y defender puntos específicos. “Hay gente que ve el tema de la educación, de vivienda, salud, pesca artesanal, con personas expertas en todos los temas, cada persona que defiende sus puntos, cada cual tiene sus asesores, pero aquí trabaja la mesa completa. Yo, por ejemplo, soy vocero del movimiento, pero cuando hay negociación de salud son las personas encargadas de ese tema quienes hablan, ellos defienden. Si a ellos les falta agregar una cosa, nosotros ahí lo agregamos, mandamos un papelito, unas palomitas como decimos nosotros”, explica Misael Ruiz.
Según Patricio Segura, del movimiento Patagonia Sin Represas, actualmente son alrededor de 27 personas quienes integran la mesa social, trabajando sobre sus diversos puntos. Hasta el momento se ha logrado acuerdo en 4 de las 6 mesas negociadoras. Una de ellas se refiere a la educación. “Lo principal es generar la universidad regional, con carreras relacionadas con la realidad cultural y ambiental de Aysén, también mayor infraestructura y mayores posibilidades de integración a las comunidades más aisladas”, explica.
Por su parte, Iván Fuentes, el más reconocido de los voceros del movimiento, detalla este punto. “En esto pegamos una avanzada sustantiva. Los chicos de Puerto Aguirre estaban aislados, obligados a irse de sus casas para poder estudiar -y hacer su enseñanza media-. La gente muchas veces prefiere dejar su ciudad para cuidar a sus hijos y va quedando despoblada. En este caso, se consiguió un primero medio para Puerto Aguirre, ya tenemos a nuestros hijos un año más aquí”, relata entusiasmado. “Pensamos ir agregando más años hasta cubrir la enseñanza media completa. Algo muy importante para nosotros también es haber acordado una carrera universitaria completa acá en la región, y otras cuatro carreras que se darán dos años acá» y los otros dos años se harán fuera de la región. «Sentimos que con esto le ponemos apuro a lo que buscamos nosotros que es una universidad para Aysén”, agrega.
Respecto a la demanda de vivienda, Segura anuncia que “hemos acordado más subsidios, que permitan mejorar los terrenos y que permitan tener más dinero para la construcción. Además, se está instalando la idea de una vivienda regional, pertinente a la realidad social de la región, con muchos elementos de eficiencia energética”.
Otro punto en el que se ha logrado avanzar se refiere a las rutas de acceso y apoyo al campesinado. Al respecto, se ha planteado la creación de un fondo para facilitar el acceso de los pobladores al agua. Segura agrega que quieren que “se empiece a trabajar todo el tema del catastro de quién tiene los derechos de agua y suelos a través de las pertinencias mineras, que no ocurra lo que está ocurriendo hasta ahora o revertirlo”. En tanto, una de las noticias sobre servicios básicos anuncia la creación de un bono especial para electrificación con uso de energías renovables.
En el área de salud, Fuentes asegura que se han obtenido importantes avances en materia de ambulancias, reparación e infraestructura y asuntos que pueden parecer mínimos para un capitalino, pero no para un habitante de la Patagonia. “Puerto Aguirre queda a tres kilómetros del aeropuerto, desde donde podemos transportar enfermos. Entonces, son tres kilómetros que a veces tenemos que atravesar con lluvia, considerando que hay una persona herida o enferma”, describe y asegura que la localidad ahora cuenta con un vehículo para ello. En tanto, agrega que en el petitorio no estaban contemplados los enfermos postrados. “Hemos querido incorporarlos para que sean atendidos como corresponde y no gracias al voluntariado”, explica.
Según Misael Ruiz, actualmente están trabajando, entre otras cosas, en especificar el precio del combustible y sus condiciones en la zona franca ya aceptada por el Gobierno.
LA MANZANA DE LA DISCORDIA: LA DEMANDA DEL SECTOR PESQUERO Y LAS RAZONES DE OPOSICIÓN A LA LEY DE PESCA
Tal como reconocen los dirigentes, sólo en cuanto a transporte y pesca artesanal no se ha logrado acuerdo todavía. Recientemente, una polémica separó a un grupo de pescadores artesanales que demandan el retiro absoluto de la Ley General de Pesca antes de continuar la negociación, algo con lo que no están de acuerdo Fuentes y Ruiz.
“Ellos quieren que se les retire la ley, pero nosotros no queremos quedar entrampados en eso sino avanzar, hay mucho trabajo que hacer, a la ley hay que hacerle modificaciones y hay voluntad para eso, pero no podemos quedar amarrados eternamente. Nosotros sabemos que el tema de la Ley General de Pesca tiene hasta el nombre malo, que tiene que medirse de acuerdo a las regiones. Estábamos trabajando juntos y de un minuto a otro ellos se apartaron y ahí ya no podemos hacer nada contra eso. Tenemos toda la voluntad de seguir trabajando”, explica Misael Ruiz.
En tanto, Fuentes señala que “se ha levantado una barricada comunicacional aquí”. Argumenta que era sabido por todos que este año la ley de pesca expira y debe ser cambiada o renovada y asegura que él también piensa que ésta tiene diversos aspectos errados. “Hemos dicho que de la ley general de pesca ya el nombre está malo, no puede haber una ley general en un país tan largo. Esta ley que viene dice que va a ser promulgada por veinte años más, no estamos de acuerdo con eso, nos parece mucho tiempo. Si yo le heredo a mi hijo mis derechos de pesca, él va a tener que estar callado durante veinte años y eso no me parece”, explica.
Además, la ley no contempla lo que sucederá con los pescadores mayores. “Tenemos pescadores artesanales con 60 ó 65 años, que tienen problemas de artritis y a la columna”, describe. Otro aspecto que genera oposición se refiere a la herencia automática de derechos pesqueros, pues para la Mesa Social deben ser los mismos pescadores los que decidan qué hacer con éstos. “Hemos visto a padres que tienen a sus hijos bien parados, profesionales, pero que sin embargo van a dejar a sus viejitos a un asilo. Esa es una decisión que la debe tomar el pescador que ha entregado su vida entera al mar”, argumenta.
La ley tampoco considera que los pescadores en Chile tengan previsión, algo que significará un problema no resuelto para el Estado a corto plazo. Por último, Fuentes explica que dicha ley no apoya la pesca sustentable: el pescador artesanal recibe un número máximo de pescados al año y, si al llegar a diciembre, éste no ha agotado su cuota, la perderá inmediatamente al comenzar el próximo año.
Así, según relata el vocero, “la ley me obliga a mí a sacar mis pescados a como dé lugar, si el precio está bueno, si el precio está malo, da lo mismo, porque si no los saco los pierdo. Diferente es que la ley premie a los pescadores que dejan los pescados en el agua, porque este es un recurso en vías de extinción. Además de dejar que los peces se puedan reproducir, no le va a regalar los recursos al mercado perverso, que llega a vender la pescada a $800”.
Fuentes asegura que el Estado debe liderar una lucha que ha omitido hasta el momento. “No ha dado una pelea categórica contra los empresarios para proteger los recursos, no pone reglas a las empresas que están instaladas sacando los recursos pesqueros de toda la humanidad sin control. El estado chileno debe dar la pelea ahí. Acá nos estamos peleando por el pan adentro, mientras se llevan todo”. Además, el dirigente señala que hace unas semanas fueron a dar una charla al Congreso Nacional sobre los asuntos pendientes de la pesca, pero que mientras hablaban, «la comisión de pesca del Senado no estaba presente, algunos llegaron tarde y otros simplemente no estaban».
Por su parte, Honorino Angulo, uno de los pescadores disidentes, ha asegurado que se están reuniendo con pescadores de diversas regiones para organizar una manifestación paralela contra la ley de pesca.
HIDROAYSÉN: “QUE EL GOBIERNO NO SE EQUIVOQUE Y NO VENGA CON INTRANSIGENCIAS”
“¿Usted vio la decisión de los jueces de la Corte Suprema que votaron tres-dos? Uno de ellos tenía acciones en Endesa…”, comenta Fuentes con pesadumbre, al ser interrogado por otro de los temas candentes que hoy mueven a Aysén: el megaproyecto energético que ya recibió la venia de la Corte Suprema. Tras un fallo dividido, ésta decidió rechazar los recursos de protección presentados contra el proyecto y despejar el camino para su instalación.
Hidroaysén es una preocupación constante que hasta ahora divide a los aiseninos. “Nos hacen pelear, aquí en el movimiento social hay gente que quiere las represas y otra que no. Nosotros decimos: denle la posibilidad a la gente de decidir democráticamente. Aquí hay familias que se están peleando, en circunstancias de que nuestro parecer les da lo mismo, la decisión ya la tomaron otros por nosotros. Como ya hemos dicho, ellos tienen acciones en lucas, nosotros tenemos acciones en vida. Sólo pedimos que si se va a hacer algo aquí o en cualquier lugar de Chile se nos pregunte”, señala el vocero.
Por ello, la Mesa Social ha organizado dos puntos importantes respecto a Hidroaysén: una consulta ciudadana que permita conocer la opinión de la gente respecto al proyecto y la regionalización de los recursos naturales. “La idea es que esta instancia se realice antes que otras de decisión del Gobierno, como el comité de ministros”, expresa Segura. “Aysén tiene derecho a opinar, que un proyecto no se puede llegar e imponer, menos considerando el contexto en que se dio la decisión de la Corte Suprema. Esperamos que el Gbierno no se equivoque y no venga con intransigencias porque esta es una aspiración de Aysén y la que generó una parte importante de las movilizaciones”, agrega.
Fuentes reflexiona sobre el parecer de quienes habitan hoy los espacios que serán arrasados por el proyecto. “La gente del Baker, esa gente no va a soltar su territorio así como así, esa gente tiene arraigo, ellos plantaron los árboles de ahí, de un bosque cerrado han hecho tierra fértil, ¿cómo los van a sacar? No se le puede faltar el respeto de esa forma a la gente”, señala.
El plebiscito vinculante propuesto por el movimiento se está trabajando estratégicamente con el Subsecretario de Desarrollo Regional, quien es el encargado de transferir recursos económicos y humanos a los municipios para que puedan aplicar estas consultas. La próxima sesión en que la mesa trabajará este tema está programada para este viernes.
Los dirigentes ya no aparecen en televisión para contar su trabajo y aseguran saber por qué. “Usted sabe que cuando no hay conflicto, cuando no hay violencia, los medios no están presentes, a ellos les gusta vender la violencia. Son pocos los medios locales que tenemos acá los que realmente informan. Medios nacionales aquí prácticamente no tenemos, ya se fueron todos, pero nosotros vamos a seguir haciendo nuestro trabajo y vamos a conseguir hasta el último acuerdo que hemos demandado”, asegura Ruiz.
Su opinión es apoyada por Patricio Segura: “Nuestra primera señal para el movimiento es la gente, nuestra gente de Aysén. Una pregunta que tienen que hacerse los medios tradicionales es por qué no les está interesando cuáles son los avances del movimiento, por qué no le dan cobertura a esto. A nosotros no nos preocupa porque estamos avanzando”.
Por su parte, y en su estilo, Fuentes reflexiona sobre la férrea lucha vivida y lo que aún queda por venir. “Nosotros no queremos darle cátedra a nadie, esto que nace no es nada preparado, es del corazón, de lo más profundo de nuestro corazón. Si en algo sirve, solo queremos decir que se puede soñar y cumplir los sueños con la fuerza de la unidad, no hay otra forma. Una fuerza de unidad que tenga la intención de trabajar con el Gobierno que esté, sea de donde sea. Los movimientos no deben surgir para hostigar al Gobierno, lo importante es que nos movamos con la intención de solucionar nuestros problemas”, señala.
Por Vanessa Vargas Rojas
Fotografías 1, 2 y 3: Carolina Cerda
El Ciudadano