A pesar de que llegarán varios candidatos a la primera vuelta, de que los dirigentes de la Nueva Mayoría todavía no conversan «de modo público» con ellos y de que su candidato presidencial, Marco Enríquez-Ominami, marca cero puntos porcentuales en las encuestas, en el PRO mantienen alta la apuesta: desahucia al Frente Amplio como alternativa de cambio y optan por llegar a un acuerdo con la «centro izquierda» para enfrentar conjuntamente la segunda vuelta. Esto, sobre la base de un previo acuerdo electoral parlamentario. Y como ha sido la tónica de los últimos 8 años: su candidatura presidencial no se transa.
En entrevista con La Tercera, el presidente del PRO, Camilo Lagos, abordó la apuesta de su partido en el escenario político actual. Sin referirse a los líos de financiamiento ilegal o antiético en los que están envueltos tanto el Partido Socialista como el PRO, aludió a las definiciones que comienzan a tomar de cara a las elecciones 2017.
El presidente del PRO no mira con malos ojos la dispersión política de la primera vuelta. En cambio, propone «abordarla con un sentido democrático y entender que va a ser la gran primaria de la centroizquierda y el progresismo». Para ello, la condición sería «llegar a un acuerdo parlamentario que nos permita construir una mayoría progresista de centroizquierda en el Parlamento y un acuerdo para la segunda vuelta».
Para llegar a ese punto, Lagos reconoce que ha tenido diálogos tanto con el PPD como con el PC. Ellos han sido públicos y notorios. Pero también hay otras conversaciones, cuyo carácter no es público, hacia el PS y la DC: «he hablado con Alvaro Elizalde y lo he invitado, también a Carolina Goic, a diálogos públicos. Aprovecho esta entrevista para invitarlos una vez más», señaló Lagos este fin de semana.
Sobre la Concertación es optimista, en el sentido que cree que ya no es impedimento para transformar Chile. ¿El motivo? Según Lagos «la hegemonía política dentro de este bloque también cambió. Surgieron liderazgos más jóvenes, ya no hay hegemonía de los sectores conservadores». En ese sentido, de modo gráfico puntualizó que «en el PS ya no es Escalona quien monopoliza el poder».
Fruto de este cambio de hegemonía es que Lagos señala que el gobierno de Michelle Bachelet «llevó adelante profundas reformas con espíritu original absolutamente progresista, algunas mal hechas», pero aclara que «enfrentaron a los sectores conservadores».
Es por tales motivos -y no los electorales, según señala en la nota- que en el PRO miran a la Concertación y no al Frente Amplio a la hora de tomar definiciones electorales. Las diferencias con este último, apunta, «es que creemos que los cambios se tienen que hacer en unidad, no vetando, marginando ni construyendo muros. Y para eso, las fuerzas que han gobernado los últimos 20 años este país son muy necesarias». En ese sentido, añade que «la DC y los partidos de la Nueva Mayoría le dan a Chile estabilidad, y los chilenos no están disponibles para aventuras como el Frente Amplio». Tiene que ver, concluye, con «ofrecerles a los chilenos una gobernabilidad».