“El comunismo no existe en ninguna parte”

El diputado Guillermo Teillier del Valle evalúa la participación del Partido Comunista en el gobierno de la Nueva Mayoría. También cuenta que su partido aún apuesta por el programa de gobierno en educación y derechos humanos. También da luces sobre los apoyos del PC a la próxima opción presidencial y de sus posibilidades de llegar al Senado.

“El comunismo no existe en ninguna parte”

Autor: Priscilla Villavicencio

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En una conversación con El Ciudadano, el diputado Guillermo Teillier del Valle entregó su evaluación de la gestión del gobierno de la Nueva Mayoría, abordando también temas como la educación, derechos humanos y sus posibilidades de llegar al Senado.

¿Cuál es su evaluación de la gestión del Gobierno del que ustedes forman parte?

La evaluación tiene que hacerse sobre la base del cumplimiento del programa, y de lo más sustancial de éste, que son las reformas estructurales y el proceso constituyente. Desde ese punto de vista, creo que hemos cumplido en gran parte con las reformas estructurales y nos falta la reforma educacional; ya está por aprobarse la descentralización o regionalización, y nos quedan las cosas gruesas del proceso constituyente. También queda (pendiente) la creación del ministerio y el Consejo de Pueblos Indígenas, que nos parecería importante; también resta aprobar la despenalización del aborto en tres causales, el matrimonio igualitario con la posibilidad de adoptar hijos.

Proyecto que aún no ingresa al Parlamento.

Sí, pero está acordado llevarlo adelante, así como la despenalización de la marihuana, más una serie de otras leyes.

Teillier agrega en su evaluación el cambio al sistema electoral, la reforma tributaria, las leyes de trasparencia y probidad, el cambio a la ley de partidos políticos. “Hemos abordado la transparencia de la política, lo que crea los instrumentos necesarios como para evitar que se sigan dando cuestiones reñidas con la ética política y que el país espera que terminen”.

 

Sus palabras dan cuenta de cierta conformidad…

Si me pregunta si estoy conforme, mire, ayer sacábamos las cuentas, el mismo tema de la reforma educacional, que hay que tomarlo como un todo, el cambio que se está produciendo en el país es contundente; podrá decirse que faltó esto o aquello en materia de inclusión, o (algo) a la carrera docente, o que le va a faltar tal cosa a la desmunicipalización, pero es un proceso muy potente.

“Para mí la gratuidad no es lo fundamental de esta reforma –asegura el presidente del PC– siendo todo un cambio estructural que posibilita tener una educación no sólo de calidad, sino comprometida con el desarrollo del país, sobre todo fortaleciendo la educación pública, en el caso de la educación superior las (instituciones) estatales, que espero logremos. La gratuidad ya va como en 140 mil alumnos que estudian gratuitamente. Desde ese punto de vista, sí, hemos avanzado y estamos conforme porque hemos cumplido con el programa.

¿Qué resta por cumplir?

Queda al debe todavía, y que espero se resuelva en lo que queda (de gobierno), lo de la gestión de gobierno, y eso es lo que estamos tratando de cambiar. Estamos en un problema complejo desde el punto de vista de la economía; sabemos que hay ministerios y reparticiones que no han gastado la plata que tenían que gastar (ejecutar), ¿por qué?, por mala gestión; no han hecho proyectos a tiempo.

¿A qué atribuye esa mala gestión?

Hay de repente demandas sectoriales, si se quiere, no nacionales (sobre las que uno se pregunta) por qué no se establecen mesas de trabajo respecto a demandas que se vienen dilatando en el tiempo; este gobierno ni siquiera conversa. Eso sucede en algunos casos, lo que crea descontento. Eso todavía tenemos que producir algún cambio de aquí hasta el término del gobierno.

“El otro punto a superar es la debilidad de la economía. Ahí tenemos que establecer una forma de trabajo muy fina, que consista en no lesionar en demasía, pues ya están lesionados los cambios estructurales (reformas); y segundo, que no dejemos de lado políticas de carácter social. Ojalá en la discusión de este presupuesto (a fines de 2016) podamos establecer alguna fórmula de financiamiento que impida que toda esta debilidad de la economía se descargue sobre quienes siempre se ha descargado: los trabajadores, los lugares de trabajo, el poder de compra. Todo eso que es la forma clásica del sistema neoliberal de resolver las crisis: que la gente se las arregle sola y que el mercado lo regule todo. Yo no quisiera que el año 2017 tengamos una parte de la sociedad con sentimientos adversos (al gobierno) por no haber tomado medidas”, reflexiona el líder del PC.

¿Cuál es la impronta del Partido Comunista en el gobierno de Michelle Bachelet? ¿En qué se nota su mano?

Aunque es difícil hablar de uno mismo, creo que hemos contribuido en cuanto a producir una cercanía del gobierno y sus proyectos con la ciudadanía. En la carrera docente, donde se rompieron las relaciones del Ejecutivo con el Colegio de Profesores, donde había una pugna entre los que querían retirar el proyecto y los que querían seguir adelante, en ese momento nosotros dijimos ‘no se retira el proyecto, veamos la forma de acercar posiciones’, y lo hicimos aquí en el Congreso casi como una cosa inédita, con Camila (Vallejo) presidiendo la comisión de Educación, y transformamos la comisión en una verdadera mesa de negociación en la que estuvieron todos los sectores.

Lorena Pizarro, presidenta de la AFDD, pidió en la Cámara el apoyo de la bancada comunista y habló de “falta de voluntad política del gobierno” para concluir los procesos que buscan establecer verdad y justicia en materia de derechos humanos. ¿Usted piensa que el cierre de los procesos depende sólo de la voluntad política, o de otros factores que en estos momentos no están siendo analizados?

Creo que hay varios factores. Por una parte, todos los procesos están en manos de la justicia. Cuando hemos ido a hablar con el presidente de la Corte Suprema o con los ministros, lo que ellos nos dicen es que no tienen los antecedentes suficientes para cerrar los procesos, o para avanzar más. Hemos pedido aglomerar todos los juicios, o por lo menos, no iniciar un juicio nuevo por cada caso, sino buscar todo lo que hay e ir avanzando más rápidamente.

Teillier relata que en dos ocasiones se reunió con el ex ministro de Defensa Jorge Burgos para buscar una fórmula de trabajar con las Fuerzas Armadas con miras a convencerlas de colaborar, en lo que Burgos estuvo de acuerdo. “Pero hoy día con lo de Cheyre eso queda en el aire. Él dijo que colaboró con los gobiernos de la época (Ricardo Lagos, quien lo designó comandante en jefe), pero no dijo la verdad”.

 

EDUCACIÓN SUPERIOR

La obligación del Estado es financiar la educación pública.

¿Cuánto representan las universidades estatales del número global de estudiantes, incluidos los IP y los CFT? 15 por ciento. Entonces estaríamos dejando una gran masa (sin educarse). Desgraciadamente la mayoría de las universidades privadas tienen como clientes a personas de escasos recursos. La paradoja es que la gente de escasos recursos no estudia en la Universidad de Chile, en algunas estatales de regiones sí, pero que están a muy maltraer, por eso decimos que tenemos que fortalecer la educación pública, tiene que haber financiamiento preferencial y tienen que dejarse las puertas abiertas para elevar la matrícula, y que al menos en una primera etapa logremos equilibrar la situación entre las públicas y las privadas.

Guillermo Teillier se pregunta qué hacer con las instituciones privadas de educación, y se responde que, si bien no es posible hacerlas desaparecer, pues él mismo no sabría cómo hacerlo, sostiene que, al menos, hay que controlarlas, “ir sometiéndolas cada vez a un control del Estado, evitando el lucro, impidiendo que se abuse de los estudiantes, tratando de establecer gobernanzas de democratización al interior de los campus universitarios.

Aquí a la banca se le dio cabida en un tremendo negocio a través del CAE, tanto en la educación pública como en la privada, ¿qué opina?

Yo en eso estoy de acuerdo, no lo comparto, quiero que desaparezca el CAE. Sé lo que ha ganado la banca, más de 500 millones de dólares. Estoy absolutamente en contra del CAE, aunque en este proceso de transición van a estar la gratuidad, seguramente las becas, y va a estar el CAE, y van a tener que ser regulados porque el que tiene beca hoy día está complicado con el financiamiento por los aranceles. De acuerdo a este proyecto de ley (de reforma de la educación superior) eso va a estar controlado. En lo que sí estamos de acuerdo es que el Estado financie sus universidades, y podrá financiar algunas, como la Austral, la Universidad de Concepción, que (aunque) no son del Estado, son universidades que han cumplido funciones casi como si fueran del Estado.

“No estoy de acuerdo que se les entregue fondos basales a las universidades privadas, como aparece en el proyecto, o que les entregue gratuidad, en eso no estoy de acuerdo –asegura– y si algunas universidades cobran aranceles más altos, bueno, que se las arreglen con el CAE, si son para un sector del 10 por ciento para arriba”.

Respecto al lucrativo negocio en que devino la educación chilena, Teillier reflexiona: “Aquí todo partió con un golpe de Estado y la imposición de una serie de cosas. Y las cosas hoy día están como están. Es cierto que la Concertación, de la cual yo fui opositor, pudo haber hecho más, desde que asumió el gobierno debió empezar por fortalecer la educación pública y desmantelar todo este sector privado, pero no lo hizo”.

¿Teillier al Senado?

En virtud de la creación de nuevas circunscripciones electorales ya hay varios diputados en ejercicio lanzados en carrera para saltar de la Cámara Baja al Senado, no obstante, hay muchos que aún no se han pronunciado, uno de ellos es el diputado Guillermo Teillier, quien al ser consultado respondió: “Yo nunca he tenido aspiraciones de nada respecto de la cosa pública”.

¿Cómo se convirtió en diputado?

Se dio la oportunidad, en su momento me propusieron ser candidato a diputado porque era una figura dentro del partido y no teníamos ninguna seguridad de elegir diputados, y a mí me presentaron en un distrito en el que había un diputado en ejercicio; con sistema binominal y con poca plata ganarle a un diputado en ejercicio es muy difícil. Siempre estuve abajo en las encuestas. Pero di la pelea y gané.

¿No le gustaría ser senador?

Me he dedicado a ser diputado, nunca me hecho la idea que el camino a seguir sea una especie de ascenso e irme al Senado; me siento bien como diputado.

Si el Comité Central del PC propusiera su nombre para el Senado, ¿qué respondería usted como militante disciplinado?

Eso es distinto. Yo siempre he sido disciplinado. He tenido de las pegas más difíciles en el partido y las he cumplido todas.

¿Sería candidato?

Posiblemente sí, Tendría que pensarlo. Si me dicen ‘tú eres la persona, tienes que ir’, incluso, a sabiendas que no ganaría, yo aceptaría.

¿Cómo evalúa el sistema político chileno?

Evidentemente que es un sistema que no es tan nefasto como la dictadura, salir de la dictadura y entrar a este sistema democrático limitado es un avance; segundo, es un sistema que pretendemos cambiar, por algo estamos peleando tanto por cambiar la Constitución. Respecto a la situación general de los chilenos, hay una desigualdad que ya no se soporta en el país. Es una desigualdad tremenda. Si no hay mayor igualdad en temas económicos, sociales, en las posibilidades de la gente, esta no es una democracia de la cual podamos enorgullecernos.

¿Por qué existe la percepción de que Chile pasó desde una democracia tutelada a una democracia desvergonzada donde todo es posible?

Creo que aquí se unen varios factores, la salida de la dictadura es uno. Al comienzo (1990) muchos pensaban que se iban a realizar muchas reformas comprometidas bajo la dictadura, pero el pacto que se hizo fue más allá de eso y algunos de un comienzo se enrielaron en el sistema que dejó armado Pinochet, tanto institucional como económico y se olvidaron de las reformas, y eso fue creando un sentimiento de desesperanza, de no credibilidad que se mantiene hasta hoy. Esa incredulidad persiste y ha sido acrecentada por este destape de actos de corrupción que se están produciendo en el país.

¿El comunismo se acomodó dentro del capitalismo?

Creo que no. Primero, el comunismo no existe en ninguna parte, no ha existido en ninguna parte. Ha existido el intento por hacer la revolución y esos intentos en algunos lugares han fracasado; hemos sufrido una derrota, por lo menos el paradigma de la Unión Soviética, el socialismo europeo, fracasó, aunque también tenemos que estudiarlo a fondo porque también hizo su contribución al desarrollo de la humanidad, porque si no hubiera sido por la existencia de ese socialismo seguramente tendríamos un colonialismo mucho más asentado que hoy día, mucha de las leyes que se fueron aprobando de beneficio para los trabajadores, para la sociedad no se habrían aprobado, porque hubo una base de sustento para esas luchas que se dieron en todo el mundo, pero eso fracasó, sin embargo, quedaron asentadas muchas cosas, ahí se dieron los primeros pasos para la gratuidad en la educación, la gratuidad en la salud, en la vivienda.

Patricio Araya González

El Ciudadano


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