Se avecinan cambios importantes en Irán. Las elecciones legislativas del pasado viernes dejaron un escenario muy diferente al que configuraba el Parlamento iraní hasta ahora.
Las listas de los candidatos reformistas y moderados por Teherán arrasaron en ganar los 30 escaños a los que podían optar en esta circunscripción. Un triunfo que nadie había pronosticado.
La lista reformista la encabeza Mohamadreza Aref, exvicepresidente bajo el gobierno reformista de Mohammad Khatami (2001-2005), e incluye como número dos a Alí Motahari, una de las voces más activas para exigir la rehabilitación de los líderes del movimiento verde y más libertades sociales y políticas al país.
Gholamali Hadad Adel, candidato por el partido conservador, quedó fuera de la cámara.
Fuera de Teherán, los conservadores resultaron mayoritariamente ganadores. Sin embargo, aunque la capital no es representativa de todo el país, los resultados expresan la voluntad de cambio de los iraníes y su rechazo a las políticas retrógradas promovidas por los diputadas del ala más radical de la cámara.
Si se confirman los resultados, el nuevo Parlamento iraní contará con un 40% de representantes reformistas, un 45% de conservadores y un 15% de independientes. Frente a estas aritméticas, los reformistas tendrán que buscar alianzas con los independientes para poder sacar adelante las reformas que promueve el gobierno de Hassan Rouhani, quien salió reforzado de estos comicios y premiado tanto por su política de acercamiento con Occidente como por el intento de sacar al país de la depresión económica que lo acecha.
Los candidatos reformistas también dominaron las elecciones de la Asamblea de Expertos, con 14 de los 16 escaños por Teherán, un ente determinante durante los próximos años por ser el encargado de elegir al nuevo líder supremo.
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