Por décadas Colombia ha sido escenario de conflictos permanentes; la violencia ha sido motor de intereses que poco tienen que ver con el bienestar de las millones de colombianas y colombianos. Las generaciones actuales de Colombia están a punto de dar un giro radical a esta herencia de corrupción, de la mano de la Ola Verde de Antanas Mockus y su compromiso con la paz.
Antanas Mockus fue Alcalde Mayor de Bogotá durante dos períodos (1995-1998 y 2001-2004). Su obra es recordada con gran admiración en esta ciudad y ha trascendido sus fronteras, elevando a Mockus a la posición de autoridad internacional en materia de democratización, seguridad ciudadana y gestión ambiental.
Mockus es un personaje poco tradicional en la política, partiendo por su formación; licenciado en matemáticas y máster en filosofía. Gran parte de su carrera la ha realizado como académico en Colombia, llegando incluso a ser Decano de la Universidad Nacional de Colombia. Justamente a partir de su experiencia docente, Mockus ha gestado una particular metodología de gestión política basada en herramientas pedagógicas mezcladas con un conjunto de principios de ciudadanía y buen vivir.
Pese a que para los más ortodoxos puede resultar ridículo, cuando en Bogotá se llamaba a aumentar el contingente policial para acabar con la delincuencia, uno de las soluciones demagógicas más empleadas y menos efectivas, Mockus sacó 400 mimos a recorrer Bogotá. Los mimos de Mockus hacían visibles comportamientos inadecuados y enfrentaban a los infractores de normas a una sanción social directa.
Método similar se empleó a través de las tarjetas que se empleaban para reforzar comportamientos deseables; las noches femeninas para que las mujeres pudieran disfrutar sin miedo de la ciudad gracias a una suerte de toque de queda masculino; o los baños que Mockus se daba por televisión para enseñarle a los bogotanos a ahorrar agua. Mockus logró a través de iniciativas como éstas, en apariencia inocentes y triviales, rebajar de manera sorprendente los índices de criminalidad, mejorar los indicadores de calidad de vida y dar eficiencia al uso de recursos naturales, en una ciudad que estaba condenada a ser un basurero de miseria humana a principios de los noventa.
Hoy Mockus señala que una de sus principales herramientas para superar el problema de los grupos armados y el narcotráfico en Colombia es el debido proceso. Para Mockus la clave se encuentra en respetar la legalidad y no justificar cualquier clase de acción en función de objetivos señalados como urgentes. La doctrina Uribe por muchos años se ha basado en apoyar acciones paramilitares y violar derechos humanos con el objeto de deponer a las Farc, sin embargo, tales acciones han sido muy efectivas en dotar de mucho poder a los líderes del paramilitarismo, constituyendo una suerte de poder militar que opera a través del terror en las áreas rurales de Colombia.
Los uribistas se ríen de Mockus y jamás se hacen cargo de su corrupción, la que asumen como efectos colaterales. Tales efectos colaterales pueden ser asimilables a los errores que han llevado a otras coaliciones del mundo a terminar sepultadas bajo su mugre. Particularmente los socialdemócratas tienen mucha experiencia en estos ámbitos, aún cuando en el caso de Uribe nos referimos a un personaje que adscribe al conservadurismo oligárquico latinoamericano.
Los Verdes, representados de gran modo por Mockus, han levantado un proyecto político basado en abrir las decisiones públicas a la incidencia pública directa y a la transparencia de los procesos y consecuencias, contrario a las políticas estilo Piñera en Chile del tipo “Plan de Reconstrucción”.
Al tiempo que Mockus está marcando la pauta y el liderazgo en las elecciones colombianas, nos encontramos con que en el Reino Unido ha sido electa Caroline Lucas, la primera parlamentaria verde de la historia de ese partido; el 2009 el Partido Verde Alemán llegó a un récord histórico; los verdes australianos de la mano de Bob Brown (primer parlamentario explícitamente homosexual de Australia) han obtenido también su récord de parlamentarios electos y están a punto de elegir a Adam Bandt gobernador en el estado de Victoria (estado tradicionalmente conservador). Nick Clegg, líder de los Demócratas Liberales en el Reino Unido ha manifestado una agenda verde en su campaña y está llevando a los conservadores, liderados por Cameron, a reformas políticas radicales con el objeto de levantar una coalición de gobierno.
Las derechas e izquierdas tradicionales del mundo se están disolviendo en la medida que el modelo y los conflictos que les dieron vida se vuelven obsoletos y fracasados; nuevos colores han hecho ingreso a los escenarios centrales de la política de la mano de líderes iconoclastas que tienen en común una agenda repleta de valores verdes.
El proceso del Partido Verde colombiano marca un ejemplo para América Latina, en términos de un partido que se ha constituido a partir de un impulso democratizador de la mano de iniciativas ciudadanas. Mockus, a través de su honestidad y firmeza, ha montado una reforma al espíritu de los colombianos, la esperanza de una vida en paz que es transversal en este continente y prácticamente diría universal. Los Verdes han ido al grano y gracias a ello cosecharán uno de los triunfos más bellos que se hayan visto en las últimas décadas en el mundo.
Por Leonardo Valenzuela
Sociólogo UC
Fuente: verdeseo.cl